Marion King Hubbert fue un geofísico que trabajó para la petrolera Shell, en Houston, Texas. En 1956, presentó una investigación al American Petroleum Institute, indicando que la producción norteamericana de petróleo alcanzaría su máximo entre 1965-1970 y luego comenzaría a descender. Su propuesta fue recibida con numerosas críticas... hasta que en 1970 Hubbert se volvió famoso, porque efectivamente ese año la producción de petróleo se proyectó a la baja de forma irremediable.
Además, Hubbert hizo una predicción mucho más profunda, respecto a un descenso de la producción mundial de petróleo en el mediano plazo (hace 40 años atrás), utilizando un método bastante razonable.
Como es sabido, el petróleo es un recurso no renovable, esto es, hay una cantidad limitada. Así, en cada pozo de petróleo, existe un volumen determinado que se puede sacar, antes que se vuelva antieconómico. O sea, en un momento dado, se gasta más petróleo en las maquinarias que lo extraen y lo transportan, que el obtenido del pozo. Y es ahí cuando se deja de explotar, no cuando se acaba.
Entonces, cada pozo tiene una curva de explotación, desde su descubrimiento, hasta que alcanza un máximo de extracción, y luego poco a poco el petróleo se va volviendo más caro y más difícil de sacar, hasta que se abandona definitivamente el pozo. Se forma una curva como esta, donde la parte más alta, es la mayor producción:
La curva de Hubbert. Kenneth M. Klemow. |
Lo que hizo Hubbert, fue encontrar la manera de asociar todas las curvas de producción de un campo petrolífero, descubriendo que cada campo tenía una curva muy semejante a la de un pozo individual, sólo que más amplia. Queda de la siguiente forma:
Curva de Hubbert aplicada a un área geográfica. ASPO Italia. |
Como se ve, hay un punto en que se ha extraído aproximadamente la mitad de todo el petróleo disponible, y desde ese momento, la producción comienza a disminuir.
El siguiente paso de Hubbert, fue aplicar su procedimiento a países completos y luego a nivel mundial, considerando no sólo los pozos ya existentes, sino la tasa conocida de descubrimientos petrolíferos, extrapolándola al futuro y también estimando la tasa de descubrimientos tecnológicos que podrían facilitar la explotación. Eso, nos da el siguiente resultado:
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Producción de petroleo proyectada por Hubbert. Universidad de Cornell. |
Podemos apreciar que el máximo se alcanza justo a comienzos de este siglo, y Hubbert específicamente señaló que esto ocurriría entre los años 2000 y 2005.
Por supuesto, se pueden hacer objeciones y observaciones respecto a este modelo. Por ejemplo, que es imposible saber si ocurrirá un descubrimiento revolucionario que cambiará por completo la forma de extraer el petróleo, y que evitará que se vuelva antieconómico sacar la totalidad del petróleo de un pozo. Otra objeción es que tal vez Hubbert subestimó los posibles yacimientos de petróleo aún por descubrir (después de todo, Hubbert no tenía un DeLorean con condensador de flujos…), sin embargo, no se debe olvidar que los yacimientos más accesibles ya han sido descubiertos y, mientras más inaccesibles, mayor la inversión de recursos y de energía para realizar la extracción. Y al hablar de energía, hablamos de petróleo invertido, que se debe descontar de lo que se obtenga. De todas maneras, hasta el momento los últimos descubrimientos revolucionarios, como el fracking y el shale oil, han tenido un efecto transitorio en la producción de petróleo.
Pues bien, ¿cómo se condice todo esto con la realidad? La producción de mundial de petróleo crudo no ha aumentado significativamente desde el año 2004 y estamos en una meseta productiva, o sea, el petróleo disponible no aumenta, pero tampoco disminuye. En efecto, durante el año 2005, Kuwait corrigió sus proyecciones, determinando que no podría alcanzar sus metas productivas proyectadas para el 2020. Asimismo, el año 2007 la OPEP no pudo aumentar su producción, pues los costos de transporte lo hacían prohibitivo.
Debemos considerar también, que la producción mundial se ha estabilizado en alrededor de 73 millones de barriles diarios, porque se han ensayado todo tipo de nuevas técnicas y tecnologías para extraer petróleo (como el fracking y el petróleo de esquisto - shale oil-, la inyección de fluidos como nitrógeno, etc.). Sin embargo, a pesar de ello, EE.UU. ya declaró su producción de 2016 a la baja (de 9.22 millones a 8.82 millones de barriles diarios).
Asimismo, ya varios países han alcanzado su cénit de producción y han ido disminuyendo la extracción de petróleo: Le ocurrió a Omán y Noruega, el año 2001, a Inglaterra el año 1999, a Indonesia en 1977, a Malasia en 2005, entre muchos otros países.
La situación es aproximadamente la siguiente:
Producción Mundial de Crudo. Energy Matters. |
Algo que además conspira contra esto, es que el precio del barril de petróleo se ha mantenido muy bajo, por lo que los costos de producción paulatinamente se vuelven insostenibles.
Todo esto quiere decir que parece razonable pensar que en algún momento, alrededor del año 2020, la producción comenzará a declinar de forma consistente (esto, si tomamos un punto medio entre el anuncio de la Agencia Internacional de Energía de que ya el próximo año declinará la producción mundial y las compañías de petróleo como Exxon que lo plantean recién para los alrededores del 2030).
Esto, por supuesto, resulta preocupante.
Las políticas de gobierno en Chile, orientadas a basar el 20% de nuestra producción energética en fuentes renovables para el año 2025, van en la dirección correcta. Pero no es suficiente. Es muy lento y es muy poco.
Consideremos lo siguiente: la crisis que eventualmente ocurrirá, puede manifestarse de dos formas. Una, es a través de un descenso gradual en la producción, que permitirá a los países ir adaptando sus esquemas energéticos, o bien, a través de una disminución brutal en la producción de petróleo, que en cinco años puede dejar a los países importadores sin insumos.
¿De qué dependerá esto? De un hecho muy sencillo: no debemos olvidar que el petróleo es un producto limitado, no renovable. Por lo tanto, en la opción que yo llamo “catastrófica”, existe la posibilidad de que la producción presente, se esté manteniendo a costa de la producción futura de petróleo, lo que en un momento dado llevará a una situación de racionamiento, donde sólo los países productores tendrán acceso, pues existirá cada vez menos petróleo que extraer a un precio razonable.
En efecto, EE.UU. posee una reserva estratégica de petróleo con una capacidad sideral de 713.5 millones de barriles, los que comenzaron a llenarse en 1977, y que aparentemente, aún no se completan.
Pero también existe la posibilidad de que ello no ocurra, y que el descubrimiento de nuevas técnicas y yacimientos permita mitigar el descenso continuo de la producción, de forma que haya un tiempo relativamente razonable (10 a 15 años después del descenso definitivo de la producción), para empezar a adaptar las matrices energéticas y nuestras formas de consumo.
Lo cierto es que el descenso de la producción de petróleo ocurrirá y que es imprescindible comenzar a cambiar nuestros hábitos de consumo, los que al implicar energía renovable, también ayudarán a nuestra ecología. Es irónico que cuando toda nuestra preocupación ambiental por los estragos naturales que estamos provocando, el cambio climático y el riesgo de desaparecer como especie, no ha logrado cambiar nuestros hábitos de consumo ni convencer a nuestros gobiernos y empresas a abrazar con fuerza las fuentes renovables, sea el propio petróleo y nuestro excesivo consumo del mismo, el que se encargue de obligarnos a hacerlo.
Les dejo, a manera de reflexión final, una frase del propio M. King Hubbert:
"Estamos en una crisis en la evolución de la sociedad humana. Es un momento único tanto en la historia humana como geológica. Nunca ha ocurrido antes, y posiblemente no ocurrirá otra vez. Sólo se puede usar el petróleo una vez. Sólo se pueden usar los metales una vez. Pronto todo el petróleo será quemado y todos los metales extraídos y dispersados por el mundo."