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“Tú tienes la receta, la fórmula secreta / para poner en ritmo mi corazón / no existe medicina, doctores ni aspirinas / para el dolor que siente mi corazón”.
Si nunca has bailado esta canción, si no te suena, si consideras que es basura, que no se te ocurre nada más vulgar… quizás sea mejor que no sigas leyendo. Porque “Llamado de emergencia”, del gran Daddy Yankee, es mi canción favorita para prender una fiesta. La considero, por lejos , la mejor representante de un género musical que, a pesar de su corta vida y mala fama, enciende los motores de miles de personas: el reggaetón.
Por eso mi esfuerzo en reivindicar el estilo a través de esta columna, aportando con un análisis riguroso, de carácter histórico, social y musical. Estoy seguro de que después de leerlo, hasta el ballroom se verá más frívolo que el perreo. Aquí voy: siete datos que no sabías del reggaetón, y que te harán querer bailarlo (o al menos dejará de ser tu placer culpable).
El término “reguetón” viene del vocablo “reggae”, al que se le sumó el sufijo “tón”. Fue acuñado en 1988, según consta en la literatura especializada, por el productor panameño Michael Ellis, en Puerto Rico. Según contó en su momento el artista “Gringo el Original”, la palabra quiere decir ‘reggae grande’: “Con todo respeto les quiero decir que la verdad es que Michael Ellis, mánager de El General, me dijo que no dijera «reggae», que lo pusiera como algo grande y como a todo lo grande nosotros le ponemos «ón», como cabezón, camisón, etc, entonces, lo llamamos «reggaetón», un “reggae” grande. Es la plena verdad”.
Un poco de historia nos viene bien. Sabido es que el reggae surgió en Jamaica en la década del ‘60 y que con el paso del tiempo se ha ido mezclado con otros ritmos. Se puede asegurar que el reggaetón –originalmente conocido como “reggae en español”- nació de un intercambio cultural entre Panamá y Puerto Rico a comienzos de los años ‘90. Mucho antes, sin embargo, durante la construcción del monumental Canal de Panamá (1903), fueron miles los trabajadores negros que viajaron desde las Antillas… y con ellos llegaron ritmos afros, como la rumba, el mambo y el reggae. Fueron esos sonidos los que más tarde adoptaron artistas como El General, combinándolos y traduciendo las letras, melodías que han evolucionado hasta el reggaetón actual. Según registros extraoficiales, en Panamá fue el primer país donde se tocó oficialmente un reggaetón, en 1984.
El ritmo característico del reggaetón se llama “Dem Bow” y fue producido por los DJs jamaicanos Steely & Clevie, en 1990. El nombre se debe a una canción de Shabba Ranks, quien ayudó a popularizar este género.
“El taxi”, uno de los reggaetones más populares, siendo motivo de polémica y batallas en tribunales. Fueron los fanáticos del grupo jamaicano Chaka Demus & Pliers los que detectaron que la canción –interpretada por Pitbull junto al cubano Osmani García– no sería sino una copia del tema "Murder She Wrote", lanzada comercialmente en 1992. Los autores originales, amantes del reggae, fueron los primeros en Jamaica en obtener tres hits consecutivos en la lista de los “Top 5” del Reino Unido.
¿Es realmente un plagio? Hagan click, escuchen y juzguen:
De más está recordar que toda actividad física implica quemar calorías. Y el bailar no es la excepción. Lo bueno del reggaetón, sin embargo, es que es uno de los ritmos que más ayuda a bajar de peso. Bailando flamenco se queman hasta 350 calorías por hora, con salsa son 400, danza del vientre 400, ritmos africanos… 600. Con ballet clásico se pueden quemar hasta 500 calorías en 60 minutos. ¿Bailando reggaetón? ¡800!
El perreo, como estilo de baile que acompaña al reggaetón, ha sido origen de polémica. En Estados Unidos se lo conoce también como grinding o twerking. La idea, explican los entendidos en la materia, es “seducir” a la pareja con movimientos pélvicos, que imitan la actividad sexual de los perros. Cuando esta práctica ha involucrado a menores de edad, algunos tribunales de justicia han tomado cartas en el asunto: el año 2000 el Tribunal Supremo en Atlanta clausuró el club juvenil «Market» y sus dueños, Cliff Levingston y Taylor Williams, fueron enviados a prisión. En el local se sorprendió a menores de 10 años perreando, algo imperdonable para la justicia gringa de esos años.
En la vereda opuesta, fue la serie “Glee” la que salió en defensa del perreo. Y lo hizo contudentemente. Mister Schue, el querido profesor que protagoniza la historia, les enseñó a sus pupilos a perrear… y aseguró que en la historia de la música siempre ha habido bailes que generan provocación, pero que con el paso del tiempo son aceptados. Tal es el caso, por ejemplo, del twist, el tango o la lambada.
¿Una cosa más que no sabías del reggaetón? Daddy Yankee, en realidad, se llama Ramón Luis Ayala Rodríguez.