Ni Carlos Pinto, ni el Comisario Vallejo han podido con ellos. La verdad la conocen sólo sus protagonistas o quienes lanzaron la teoría. Por años han sido temas de sobremesas, fuente inagotable de encendidos debates y tierra fértil para que cada uno condimente la historia como mejor le parezca. Aquí algunos de los que (para mí), son grandes misterios de Chile sin resolver.
Primero ¿han escuchado algún himno nacional que de corazón encuentren lindo y conmovedor? Que sea tan atractivo que los obligó a contratar la cuenta Premium de Spotify para bajarlo. Yo no. Reconozco que el himno chileno me hizo botar lágrimas en ese partido de Brasil 2014 contra España. Pero podrían haber cantado “El Meneíto” y sólo por la pasión que le pusieron hubiese llorado igual.
Entonces ¿de dónde viene esa historia que nos hace merecedores del segundo puesto en un mundial de himnos?
Hice la pega. Fui a Google y dicen que esta teoría es más mula que billete de 15 lucas y que lo mismo se cuenta de la canción nacional de México, Guatemala, Colombia y Bolivia.
¿De dónde salió? Verdadero misterio sin resolver.
Esto me lo he preguntado cada vez que veo un condoro en los que me dan ganas de presentarme a Reina de Playas y Piscinas. Porque si ellos pueden salir senadores ¿cómo yo no lo voy a lograr después de 4 partos? En serio. Todos los que hemos postulado a trabajos tenemos que elegir colores en pruebas sicológicas, ver mariposas felices en el test de Rorscharch y responder que nuestro peor defecto es “ser perfeccionista” o “demasiado sincera”. Por ese proceso pasa un junior y un gerente general. ¿Por qué las personas que ejercen cargos de elección popular no? Mal que mal decidirán qué hacer con mis impuestos, cuándo puedo fumar y si la educación de mis hijos será gratuita o no. Es power pensar que le podría estar dando esa tremenda responsabilidad a un sicópata. Y ¿por qué? Porque es así no más.
Nuestros niños recordarán el triunfo de Chile en la Copa América como un día de clamor popular. A nosotros nos marcó cuando Cecilia salió coronada Miss Universo en 1987 y este país estalló. La gente salió a celebrar a las calles y nos compramos la pomada completa que catapultaba a nuestra miss como la mujer más linda del planeta. Pero además Bob Barker (el animador del concurso), durante esas maravillosas entrevistas que se hacen en estos certámenes, le dijo algo al oído a Cecilia. Y de ahí en adelante, el festival de la especulación. Que la invitó a salir, que le sopló la respuesta, que le dijo que se le veía la tirita del sostén y una larga listas de etcéteras más entretenidos que el momento mismo.
Fui a nuestro querido oráculo otra vez y ¡sorpresa! ¡Ni ella sabe! No escuchó muy bien porque él le habló muy rápido y ella sólo alcanzó a oír “Santa Claus”. Mi decepción fue tan grande como cuando supe de la inexistencia del mismo.
Si hay alguien que merece todos mis respetos profesionales, mi admiración, a quien le pediría un poster autografiado y una selfie emocionada, es al músico que hizo el jingle de la candidatura presidencial de este caballero. Jóvenes lectores, perdonen que les hable del medioevo, pero este abogado quiso ser nuestro presidente en 1999, sacó casi 27.000 votos (menos que 1 punto de rating), sin embargo jamás nadie lo olvidará. ¿La razón? Su canción era más pegote que la Gotita y todo Chile la tarareaba. Si alguien conoce al que lo creó, me avisa. Y si saben en qué está Don Arturo le estaremos eternamente agradecidos.
Corría el 2010 y en Chile (que nos gusta mandar a los deportistas a La Moneda hasta cuando ganan en el cachipún) se celebraba la participación de nuestro país en el mundial de Sudáfrica. Todos en llamas. La gente pegada a la TV abierta y el asombro llegó a su punto más álgido cuando el Loco Bielsa le negó el saludo a nuestro entonces Presidente.
Debate nacional: ¿Mal educado o consecuente con sus convicciones? El tema es que el rosarino mando una carta días después disculpándose con los chilenos y diciendo menos que Kenita en Primer Plano. Nunca supimos si fue un tema político, personal o sobre las supuestas negociaciones del gobierno piñerista para buscar una candidatura alternativa a la de Mayne-Nicholls para la ANFP. El tema dio para conversaciones de asados, sacar la vuelta en la oficina, conseguir pololo, pero a la verdad… nunca llegamos.
Quiero ser honesta: veo mucha tele. Me gusta el Pabellón de la Construcción, Quintavisión y hasta extraño “La Línea Chacotera”. Pero este reality no lo vi. Sólo el capítulo final y mi olfato me hizo dudar del real interés de la rubia en Edmundo Varas. Convengamos que el cabro estaba más enamorado que el Lucho Jara de la Myriam; era amor y devoción real. Y al ver ese beso, más frío que el pasillo de los yogurt, supe que el hombre saldría dañado. Reconozco que sin haber sido fan del programa me dio rabia con la famosa Cari.
Pero después me acordé que todas hemos hecho lo mismo alguna vez, que ilusionamos a algún remotamente posible candidato a algo porque tal vez en una noche de aburrimiento y desolación pensamos que nos podría gustar. Y probablemente a Cari le pasó lo mismo con la diferencia que ella tenía 40 cámaras y a todo un país pendiente. Y cuando se dio cuenta que no había ninguna posibilidad, ya era demasiado tarde. Por eso mientras escribo esto, resuelvo este misterio. A Cari nunca le gustó Edmundo. CASO CERRADO.