Perdón por ser el Capitán Obvio aquí, pero hacer películas no es cosa fácil. No solo se necesitan millones de dólares para financiarlas, también deben alinearse los planetas para que todos los colaboradores puedan dedicarle hasta años a cada proyecto, incluyendo la energía creativa que implica poder tener en la cabeza una historia y una visión que se “desarrolla” durante mucho, mucho tiempo.
Siguiendo con las obviedades, por cada película que llega a nuestras pantallas hay cientos de proyectos que no lo logran, y se quedan ahí en el camino para siempre, pese a que tenían todo para ser un éxito. Son tantas las películas que nunca fueron, y tantos los proyectos que PODRÍAN haber sido increíbles, que se han escrito hasta libros al respecto (como este). También se han hecho documentales y cientos de artículos sobre el temita, de los cuales este es uno más.
Así que juguemos un poquito al universo paralelo, y conversemos sobre algunos de los proyectos fliméfilos que nunca veremos, pero que apuesto habrían sido maestros. Si les interesa este tema pueden buscar mucha información al respecto, pero vamos viendo aquellas películas que nunca fueron.
Qué onda: La adaptación de una de las historias más cuáticas del escritor terroroso H. P. Lovecraft. Se trata de una expedición que encuentra en la Antártica rastros de una civilización milenaria que en realidad son monstruos gigantes capaces de extinguirnos, pero que a la vez están conectados con la creación de la raza humana. Brígido. Guillermo del Toro soñó con hacer esta película durante años, y si uno es nerd hace rato sabe que el compadre DE VERDAD soñaba con hacer esta película, llegando a tener diseños, casting, pre-visualizaciones y cuadernos llenos de notas y dibujitos.
Lo mejor: Que si había alguien en el planeta capaz de llevar a película las creaciones amorfas e indescriptibles de H.P. Lovecraft ese era Guillermo del Toro. Imagínense las batallas épicas de Pacific Rim pero con monstruos cósmicos de terror indescriptible. Habríamos salido del cine con patatús.
Por qué no se hizo: La culpa aquí la tiene UNA PELÍCULA. Tal cual. Porque Guillermo del Toro botó a la basura el proyecto completo después de ver Prometeo, esa otra película sobre una expedición que encuentra cosas monstruosas que están conectadas con la creación de la raza humana. Según Guillermo del Toro todo lo que pasa en la película de Ridley Scott es demasiado parecido a la otra historia, y mejor ni intentarlo. Aunque me gusta Prometeo, escojo creer que En las montañas de la locura habría sido mucho, mucho mejor.
Qué onda: Kubrick siempre fue famoso por demorarse mucho en hacer sus películas, y la demora era principalmente porque el compadre tenía doscientos proyectos en carpeta, y nunca se decidía bien qué hacer. Con Napoleón llegó muy lejos, eso sí. Porque no solo investigó obsesivamente la historia de don Bonaparte durante años, sino también hizo pruebas de producción, reclutó a 30.000 extras para las escenas de batallas, y tenía listo el casting que le llevaba a David Hemmings (Blow-up) como Napoleón y a Audrey Hepburn como Josefina. Iba a ser su próxima película después de 2001: Odisea en el espacio y en cambio nunca fue.
Lo mejor: Que Stanley Kubrick ya había demostrado que se la podía con películas épicas de época (Espartaco, hello), y por su propia personalidad era el candidato perfecto para contar la historia del líder francés.
Por qué no se hizo: Porque a los estudios que ponían las lucas se les hizo. Tanto tiempo llevaba el loco planificando la película que los compadres se empezaron a asustar, más todavía cuando vieron que a las películas históricas les estaba yendo mal. Al final Napoleón quedó en nada, y don Kubrick terminó usando mucho de su trabajo en la que sí terminó haciendo: Barry Lyndon. Esa película es una obra maestra, pero será siempre el amargo recordatorio de la película que pudo haber sido Napoleón.
Qué onda: Tarantino es otro compadre que, igual que Kubrick, tiene un montón de “películas que nunca se hicieron” en el currículum. Alguna vez calentó la sopa con The Vega Brothers sobre los personajes de Perros de la Calle y Pulp Fiction, después dijeron que iba a dirigir Casino Royale (¿se imaginan?) y mucho tiempo se reporteó sobre Kill Bill: Vol. 3, una película que los nerds del mundo todavía esperan llegue a hacer algún día. Pero para qué estamos con cosas, las películas de Kill Bill cuentan una historia perfecta que no necesita nada más, y las especulaciones sobre una tercera parte cuentan que se iba a tratar de a) Historias del equipo de asesinos liderados por Bill o b) La venganza de la hija de Vernita Green (a la que le dice que la busque si algún día quiere saldar cuentas). Todos queremos ver cualquiera de estas dos cosas, para qué estamos con cosas… No va a pasar.
Lo mejor: Puro cariño por el universo de Kill Bill, y su violencia ridícula mezclada con historia humana de alto impacto. Qué ganas de que haya más películas, así de simple.
Por qué no se hizo: Me la juego porque Tarantino simplemente no encontró una historia buena para contar. Sí, las aventuras de los asesinos puede ser divertido, pero el corazón de las películas de Kill Bill no solo es la venganza, es la historia de amor entre Bill y Beatrixx. ¿Y la venganza de la hija de Vernita? No sé si da para tanto. Por último, se nota que Tarantino siempre quiere hacer cosas nuevas, distintas a lo que acaba de hacer, y no es la clase de peliculasta que se queda pegado. Así que a ver las Kill Bill de nuevo mejor y olvidarse de terceras partes que nunca fueron.
Qué onda: ¿Cómo? Pero si esta película se hizo, de qué estás hablando, Mermes. Lo que pasa es que antes de ser una película de Christopher Nolan, Interestelar iba a ser una película de Steven Spielberg. El loco trabajó el guión durante años con Jonathan Nolan y era una aventura espacial a toda raja. Mostraban el mundo “agónico” en detalle, con planos aéreos de la devastación y anécdotas en que quedaba claro qué pasaba con el hambre en la Tierra. El protagonista tenía un solo hijo, y llegaba a la NASA gracias al drone perdido (que sí aparece en la de Nolan, pero sin importancia). Después durante el viaje el compadre llegaba a un planeta y se encontraba con una misión fracasada de los japoneses, que murieron porque se encontraron con una forma de vida extraterrestre. La doctora se enamoraba del compadre, y había una escena de sexo en gravedad cero. El final era mucho más cuático, y no tenía nada que ver con una hija-abuelita. ¿Suena divertido? ¡Lo es!
Lo mejor: Que Steven Spielberg siempre la rompe cuando hace ciencia-ficción (Encuentros cercanos, A.I., Sentencia Previa), y nunca ha hecho una película de viajes al espacio. Y no sé ustedes pero a mí me gustaría morir habiendo visto una película de Spielberg sobre viajes al espacio. ¿Quién no?
Por qué no se hizo: Porque a Spielberg nunca lo convenció cien por ciento el guión, y porque decidió hacer cosas que le gustaran más. El guionista rápidamente decidió llevarle el guión a su hermano, y ahí el compadre borró casi todo dejando las cosas más lateras y conservando otras sin explicación alguna (como el final, donde el compadre parte a buscar a la doctora al planeta aunque habiendo borrado la historia de amor este final queda pésimo).
Qué onda: Eso mismo. El director de las Terminator, Aliens y Titanic quiso hacer una película a toda raja de Spider-Man, a principios de los noventa. Le había echado el ojo a Leonardo Del Caprio para hacer de Peter Parker y tenía a su compadre Schwarzenegger listo para hacer de Electro. Tenía casi escrito el guión (que pueden leer en Internet) que incluía cosas tan pulentas como una batalla final en las Torres Gemelas entre Spider-Man, Electro y El Hombre Arena, o una escena de amor con Mary Jane arriba de una telaraña gigante en que el loco hacía rituales de apareamiento arácnido (WTF!). El compadre estaba experimentando efectos especiales además, para mostrar cosas nunca antes vistas hasta ese momento. Filete.
Lo mejor: Que esta película habría cambiado la historia del cine. En los noventa las películas de superhéroes eran ahí no más (acéptenlo), y leyendo lo que escribió James Cameron uno entiende que el compadre estaba adelantado a su época. Con su ojo para la acción y los efectos especiales, seguro habría dejado la grande, y habría adelantado casi dos décadas la fiebre de superhéroes que hoy nos tiene con caleta de estrenos anunciados. Tan seco fue Cameron, que Sam Raimi le robó ene ideas cuando por fin se hizo una película de Spider-Man, una década después.
Por qué no se hizo: Por los estudios pasteles. Primero estaban los de Fox que querían demandar a Cameron por andar metiéndose en proyectos con otros estudios (tenía contrato de exclusividad). Después los que le habían prometido el carísimo financiamiento se fueron a quiebra antes (plop), y después terminó de funar todo cuando Marvel le vendió los derechos a Sony y dejaron este proyecto pagando.
Qué onda: Esta es una de las que más me duelen. George Miller, el director de las Mad Max, estuvo trabajando años en una película unitaria de La Liga de la Justicia, en la que iban a estar Batman, Superman, Aquaman, Linterna Verde, la Mujer Maravilla y más, todos luchando para salvar el planeta, de una. Nada de películas independientes, ni de presentar nada. La historia iba a partir con la liga ya armada, y los rumores son que iba a ser pura acción demente. Si vieron el tráiler de Mad Max Fury Road ya saben lo que eso puede significar.
Lo mejor: Todo lo que se sabe de esta película hace pensar que iba a ser un clásico de clásicos. Los de WETA (El Señor de los Anillos) estaban haciendo las pruebas de efectos especiales y diseños de los superhéroes. George Miller estaba experimentando con cosas que nunca se habían hecho hasta el momento y el casting era a toda raja, incluyendo a Santiago Cabrera (chilensis) como Aquaman, a quien tuvo como un año entrenando con delfines y criaturas marinas. Batman iba a ser Armie Hammer, el gemelo de La Red Social. Locura.
Por qué no se hizo: Porque Warner le tuvo miedo a Marvel. Claro, los otros lo estaban haciendo tan bien y todo tan a largo plazo, que a los de las lucas les dio miedo lanzarse así no más a la piscina, sin películas unitarias ni nada. Pensaron que la gente no aceptaría una película así tan llena de personajes de la nada. Obviamente cambiaron de opinión porque es justamente lo que van a hacer ahora con Batman vs Superman, pero eso no quita que le hayan bajado la película a uno de los directores más maestros que existen, aunque eso les haya costado millones de dólares que ya habían gastado. Una pena.
Y finalmente…
Qué onda: Esta es tan famosa que hicieron un documental maestro contando todos los detalles posibles de un proyecto cuático y apasionante. La cosa es simple: Alejandro Jodorowsky quería adaptar la novela famosa Dune de Frank Herbert, y se fue en la media volada. Quería que durara diez horas (mucho antes de Peter Jackson). Salvador Dalí iba a hacer de emperador. La música la iba a hacer Pink Floyd. Estaban metidos Orson Welles y Mick Jagger. Artistas increíbles de renombre mundial (Moebious, Giger) estaban diseñando criaturas, etc. Y todo terminó en la basura. O casi.
Lo mejor: Es que pese a que no se hizo, el proyecto terminó inspirando un montón de películas que de verdad no habrían existido sin él. O habrían sido muy distintas. Como Alien, cuyo guionista trabajó en la adaptación de Dune y terminó internado en el siquiátrico por la experiencia.
Por qué no se hizo: Por lo ambicioso del proyecto. Los que ponían las lucas rápidamente salieron arrancando, y antes vendieron los derechos de la novela para no salir tan para atrás. Jodorowsky no estaba dispuesto a transar nada, y al final no lo querían ver ni en pintura. Y también por muchas cosas más, así que por favor vean ese documental.
Ay, señor… Si tan solo, ah.