Cuando se presenta una idea de negocio a algún inversionista es normal escuchar que se pregunte por el valor agregado del producto o el servicio que se quiere ofrecer. Al final de cuentas, hoy, casi todo ya existe y si queremos lograr un acierto comercial con un emprendimiento probablemente debemos ser capaces de generar un valor adicional con nuestra propuesta. Es ahí donde muchas veces las ideas sólo quedan en proyectos y no logran despegar hacia el plano de la realidad, pero es también el momento donde uno puede hacer la diferencia generando valor y también sentido.
Un ejemplo airoso de esto es la aplaudida agua embotellada Late!. Un innovador proyecto de empresa B que desde hace varios años vende sus botellas de agua purificada en distintos puntos de la distribución (Homecenter, Tottus, Jumbo, Unimarc y otros) con el fin de entregar el 100% de sus utilidades a diferentes proyectos sociales, entre los que se encuentran la Fundación San José, Nuestros Hijos, Fútbol Más y muchas otras iniciativas. ¿Cuál es la mayor gracia de esta idea soñadora? Sencillamente que fue Late! quien puso el foco del valor agregado de un producto en el aporte social, logrando que miles de chilenos puedan valorar esto como algo que hace la diferencia a la hora de elegir qué marca comprar.
Late! tiene en su misión “el poder contribuir al desarrollo de un consumo ético en Chile y en Latinoamérica, invitando a los consumidores a tomar otra actitud al momento de preferir un producto”, lo que sirve como una verdadera declaración de principios para apelar a un cambio en la valoración social de un producto. ¿Qué significa eso? Algo así como que no sólo elegiremos por el más barato o el más reconocido, sino probablemente también por el producto que hace un aporte real. Una buena noticia y un modelo exitoso que sirve para mirar el consumo con otro prisma.
Es ahí también donde hoy muchos emprendimientos y empresas pueden poner el foco sin tener que perderse en el funcionamiento real del mercado. Son esas mismas compañías las que podrán apuntar a ganar y hacerse más rentables desde una vereda que nunca imaginaron: ayudando. Para un Chile que muchas veces se critica por su poca innovación o su falta de responsabilidad social en la economía esto sí representa una verdadera sorpresa. Ahora la elección es nuestra.