¿Talca, Arica o Caleta Tortel? ¿Río, Anchorage, Bangkok o Timbuktú?
No se necesita tener una fortuna para salir de la ciudad, región, país o continente,
ni una maleta gigante para llevar todas las pilchas. Hay un montón de pequeños detalles que se van aprendiendo a medida que se viaja, pero hay
seis consejos que van a ahorrarte tiempo, dinero y dolores de cabeza y, al mismo tiempo, ayudarte a que tengas una buena experiencia.
Haz una lista con las cosas que quieres llevar
No significa que seas obsesivo compulsivo, ni que seas ultra ordenado. A no ser que seas alguien con memoria infalible, hacer un checklist es probablemente de las más sabias maniobras antes de viajar. Puede ser algo tan simple como dejar un archivo de texto en el computador e ir tipeando cosas a medida que se va acercando la fecha del viaje. Aunque suene de Perogrullo, parte por lo obvio: pasaportes, pasajes, impresiones de check-in, etcétera. Luego viene el resto como ropa, electrónicos y tu peluche favorito si quieres. Así te aseguras de no tener esa sensación de que algo se te olvidó, hasta que te pegas en la frente y dices: “¡Chuuu, el desodorante!”
Si eres una de esas personas que se pasa la mitad del viaje preguntándose “¿Será que cerré todas las ventanas?”, “¿Dejé apagada la estufa, horno y calefacción?” o “¿Le puse llave a la puerta de entrada?”, puedes imprimir una lista con las cosas que debes hacer antes de salir e ir tachándolas a medida que las hagas. Los pilotos de avión hacen algo similar antes de despegar, para asegurarse de que no se les quede nada traspapelado, y es un método infalible para reducir errores.
Revisa si necesitas visa
Chile tiene muy buenas relaciones y tratados de libre comercio con muchos países, por lo que a menudo no necesitamos preocuparnos de tener que llenar tediosos formularios de aplicación para poder ingresar a otro país. Sin embargo, según el ministerio de relaciones exteriores (detallado
en un artículo de La Tercera), son
68 países para los cuales aún se necesita visa para entrar. Puedes encontrar un cuadro con la mayoría de los países en
este link del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Mientras que en algunos –como Nepal y Camboya, por ejemplo– se puede resover la visa al llegar al país, hay otros que no lo permiten, o las aerolíneas simplemente no te dejan subir al avión en caso de no tenerla. Y ojo, que a veces incluso para hacer escala, se debe tener visa de tránsito en países como Canadá y Australia. Esto puede sonar obvio para los más experimentados, pero conozco casos de personas que han perdido vuelos y viajes completos por no tener visa de tránsito.
Lee comentarios sobre los lugares en que planeas quedarte
Cuando se está viajando al “tres y al cuatro”, a veces se opta por el hostal más barato que se pueda encontrar. ¿Pero si por un par de dólares más pudieras quedarte en un lugar casi igual de barato, solo que limpio y con gente amistosa, o mejor ubicado? Por otro lado, muchas veces,
un hotel costoso no implica que el servicio, calidad o habitaciones sean equivalentes al precio que se paga. Todo esto se puede solucionar
revisando los comentarios en sitios como TripAdvisor y Booking.com, por ejemplo.
Ve cuántos comentarios buenos y cuántos malos hay; lee los no-tan-malos (los pésimos tienden a venir de situaciones poco afortunadas o de clientes que pueden estar encizañados) y pon atención en caso de que la gente reclame sobre un tema reiteradamente (¡sus camas tienen pulgas!) y las respuestas que dé el hotel, hostal o bed & breakfast (si es que las hay). En los comentarios positivos puedes encontrar información útil también: todo desde qué es rico comer en los alrededores, cuál es la habitación con la mejor vista (que se puede pedir a veces), o incluso que cuando hagas check-in preguntes por Pepito, Juanito o Pedrito y le mandes saludos (una vez hice esto y me valió un descuento).
Se puede hacer lo mismo respecto de restaurantes, pero en lo personal encuentro que los comentarios son bastante más subjetivos que los alojamientos.
Seguro de viajes: ¿sí o no?
Este siempre es un punto de discusión. En lo personal, viajé por años sin seguro de viajes y nunca tuve problemas,
hasta que un día, bueno, los tuve. Si bien la “gracia” salió relativamente barata para ser una emergencia médica y tomando en cuenta que casi estiro la pata (algo así como 700 dólares, incluyendo hospitalización, radiografías, traslado, etcétera), igual
dolió tener que desembolsar dinero forzadamente.
Tanto los bancos como compañías aseguradoras ofrecen varios planes con diversas opciones, que a veces no exceden los 30 dólares dependiendo de dónde y por cuánto tiempo vas. Eso sí, te recomendaría que leyeras la letra chica; una amiga tuvo que “evacuarse” por orden médica desde Sucre, Bolivia, debido a un caso agudo de mal de altura y el seguro que tenía le pagó una pura consulta médica (obligándola a pagar los vuelos de avión y remedios).
Lo que yo hago, al menos, es asegurarme que el seguro cubra traslado en caso de emergencia, consultas médicas en caso de accidente y, si estoy llevando algo de valor, reembolso en caso de pérdida de equipaje. Claro que hay muchas opciones más, que pueden adecuarse a las necesidades dependiendo del tipo de viaje que hagas.
Habilita tu tarjeta de crédito para compras en el extranjero
Si hay una sorpresa desagradable que te puedes llevar durante un viaje, es darte cuenta repentinamente que no tienes dinero. A la precaución básica de llevar suficiente efectivo sobre tu cuerpo para sobrevivir durante algunos días en caso que algo salga mal, debes sumar el llamar a tu banco para verificar que tu tarjeta de crédito tenga cupo para compras internacionales y avisar que te aprestas a realizar un viaje, pues muchos bancos bloquean las compras efectuadas en el extranjero para prevenir fraudes.
Ya que estés en eso, y si cuentas con varias tarjetas, es conveniente consultar por las comisiones y tasas que cobra cada una para giros en cajero automático y compras en comercios extranjeros, para tener claro qué tarjeta te conviene usar para cada ocasión. En general, las que cobran un porcentaje del valor de compra son convenientes para gastos más pequeños, y las que cobran un fijo, para hacer transacciones por valores más altos. Algunas incluso ofrecen costo cero. Aún así, toma en cuenta que los cajeros del país al que llegues probablemente agregarán un cobro adicional sobre el que haga tu banco.
Otra medida prudente para no quedarte "pato" sin previo aviso, es llevar un control de tus gastos (basta anotar los más relevantes en una libreta y hacer una suma al final del día), pues entre souvenires, transporte público, comidas, tentaciones, regalos, propinas, gastos inesperados y otros, uno suele superar su presupuesto diario sin darse cuenta.
Qué hacer en caso de emergencia
Es muy probable que, si tienes precaución y sensatez, nunca te pase nada mientras viajes, pero no está de más saber por último a qué número llamar a la policía o una ambulancia, o qué hacer en caso de que se te pierda o te roben el pasaporte. Uno siempre se las va a arreglar de una u otra forma, pero te puede ahorrar un montón de angustia e, incluso, te puede ahorrar tiempo en reaccionar ante una situación. Dedicar unos minutos a averiguar los números de emergencia, el fono y ubicación de tu embajada y otros datos claves, antes de partir o apenas llegas al lugar, puede hacer la diferencia entre una aventura y una tragedia.
Alguien podría decir que no seguir los consejos de arriba puede contribuir a la experiencia, pero, personalmente, prefiero tener aventuras caminando por ciudades antiguas, en un barco en medio de una tormenta o perdido en el desierto a estar parado en un aeropuerto porque no me quieren dejar subir al avión por no tener visa.
La idea de un viaje es lograr el objetivo o intención que tengas en mente (recorrer, descubrir, cumplir metas) de la manera más satisfactoria posible, y nunca está de más contar con un poco de ayuda para evitar aquellos pequeños errores que pueden causar más de una situación incómoda.
¿Qué recomendación tienes tú cuando preparas tus viajes?