crítica, Magdalena Walker, muerte, familia, dolor

El Patio de Domingo - Asumir la muerte de un hijo

El libro de Magdalena Walker relata la experiencia en primera persona de la muerte de un hijo. Un hecho más que doloroso, donde afloran todo tipo de emociones que la autora no oculta, sino que a partir de ellas, busca las herramientas para sobrellevar esta dura realidad y salir adelante.

Por Clara Peñafiel | 2014-04-24 | 10:57
Tags | crítica, Magdalena Walker, muerte, familia, dolor

“Hay viudos y huérfanos. Pero no hay nombre para los padres y madres que pierden a un hijo"

Así inicia su libro la periodista Magdalena Walker Mena: "El Patio de Domingo".

Sin intención de dar recetas acerca de cómo vivir el duelo tras la pérdida de un hijo, ni tampoco de hacer fama ni gloria por medio de su escritura, Magdalena realiza una entrega generosa de su experiencia, tanto individual como familiar, tras la dolorosa partida de su hijo menor.

Aliñando de humor el relato, pero sin maquillar el dolor de la vivencia, la autora describe de manera relativamente objetiva –asumiendo la subjetividad que lo que un proceso de esa naturaleza implica– el cómo se han enfrentado ella y sus cercanos a esta experiencia.

En el libro Magdalena señala la constante ambivalencia que se vive entre la aceptación y la negación que forman parte del duelo, y la manera en la que, con ayuda de la buena voluntad de ciertas personas, el proceso de reconstrucción se ha podido ir desarrollando. Este camino, desde la perspectiva de la autora, es un desafío de reinserción y de reconstrucción en el que hay que reinventarse, pues remarca que la posibilidad de concluir en una vida similar a la que se tuvo previo "al suceso", es prácticamente imposible. Sin resentimientos, ni falsas esperanzas, Magdalena enfatiza el "vivir aunque duela el alma" como antídoto inicial para este mal. No pretende dar recetas ni verdades absolutas, sino que muestra que su forma de comenzar a vivir con el dolor inició con la reinserción rápida al mundo, para que ella con su marido no corrieran el riesgo de nunca más poder hacerlo, e influir por consecuencia, en que tampoco pudieran sus hijos. 

Magdalena logra transmitir desde una perspectiva humana y humilde, el cómo a pesar del dolor, la rabia y la incomprensión, el aferrarse a la fe le resulta de gran ayuda. Aclara que no le da felicidad que su hijo esté allá, y asegura creer que él sí quería permanecer acá. Sin embargo, declara tener la convicción de que Dios acoge las cosas malas, mas no quiere que éstas sucedan. En su opinión, así como una madre o un padre no quiere la partida de un hijo suyo, tampoco la quiere Dios, quien es primero que nada, Padre. Es bonita la forma en que la autora revela de manera muy generosa y cercana, el cómo a pesar de las dudas, rabias y rebeldías, es a Dios y a todos a quienes –en su visión– Él le envía, a quienes ha recurrido para afrontar el dolor.

Lleno de agradecimientos, reflexiones, lindas anécdotas y humor, Magdalena hace de un libro que nace desde la pena y el dolor más inmenso, una oportunidad de aprendizaje valiosísima para quienes lo leemos, aunque esa no sea su intención.

El propósito de este artículo es propagar la existencia y lectura del libro. Éste, sin embargo, no es un aporte solamente para quienes han vivido experiencias similares. También lo es para todo el resto de nosotros, los mortales. Todos quienes transitamos día a día por la vida, a paso rápido por la vorágine que arrastra el tiempo, y que limita el goce de cada una de las horas, de los minutos, de los segundos. En lo personal, considero que es un relato, que entre risas y llantos, entrega un impulso entre sus palabras que aumenta el deseo de vivir todos los días como si fueran el último.

Parque del Recuerdo te invita a la charla gratuita sobre el duelo que realizará la periodista Magdalena Walker Mena, escritora del libro “El Patio de Domingo”, en el que relata su experiencia de cómo sobreponerse y volver a vivir tras la pérdida de su hijo. La charla se realizará el 16 de octubre a las 19:30 horas. Para más información ingresa a www.parquedelrecuerdo.cl - Cupos limitados -
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Comentarios
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Daniel Cifras | 2014-04-24 | 13:35
2
Me imagino que el simple hecho de leer este libro ya es toda una experiencia, seamos padres o no.
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Allan Rodriguez | 2014-04-24 | 14:41
3
Dicen que es mas doloroso que un padre entierre a su hijo que un hijo al padre. Pero nadie esta preparado para un perdida de un ser amado, es muy motivador leer y saber diferentes experiencias ayuda a despejar un poco la mente.
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Paper Luis | 2014-04-24 | 22:45
4
Hay veces que te dicen "no hay posibilidades", te lo repiten "no se haga ilusiones" y te insisten "ya no hay nada que hacer"... pero el amor que uno tiene es tan grande por un ser amado, que te bloqueas.. la cabeza es incapaz de pensar racionalmente y te aferras a ese 1% de probabilidad, que se achica cada vez más... Y luego ese ser amado se va, y uno no lo deja irse, porque siempre faltó algo, siempre quisiste hacer algo más, siempre quieres esa sonrisa o esa palabra que falta...

Pero uno debe ser justo: Todos sabemos que nos vamos a morir algún día y sabemos que los que nos rodean también lo harán. Y es un deber dejarlos descansar en paz, ya que creyendo o no en la vida eterna, ellos jamás morirán, porque el recuerdo permanece siempre y el amor no es algo que se acabe cuando ya se fue, sólo que se transforma en nostalgia y lágrimas sobre las mejillas.

Saludos
@paperluis

PS: Espero NUNCA, PERO NUNCA ser yo el que entierre a mi enanito: Que sea pega de él ponerme el traje de madera..y ojalá cuando ya nos hayamos tomado muchas cervezas juntos y me haya presentado a sus hijos =) (Pensamiento egoísta, lo sé..)
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Ángela Ferrari | 2014-10-03 | 13:17
1
No creo que sea tan egoísta. Pienso que un hijo siempre está más preparado que un padre, por dos razones:

Primera, por ser 'lo natural' o mejor dicho lo más común, la sociedad, el medio y su propio pensamiento crítico los va guiando y preparando para eso. Todos hemos respondido crueles preguntas inocentes que van desde ¿Que edad voy a tener cuando te mueras? hasta ¿Me puedo quedar con tu peluche gigante-computador-guitarra-etc cuando te mueras?, pero que significan que en el fondo van a estar bien cuando nos vayamos. (Cuando ella sea grande por favor).

Segundo, porque creo que para el padre siempre va a haber un sentimiento de culpa o remordimiento porque nos pasamos la vida intentando que no les pase nada malo y cuando no podemos, vienen los pensamientos de debí haberlo cuidado, o debí estar ahí, incluso cuando son cosas totalmente fuera de nuestro alcance, como enfermedades o accidentes en el colegio o cosas así.
Pienso que cuando el resultado es la muerte, ese sentimiento se multiplica hasta el infinito, además del dolor obviamente.

Y sí, yo también espero nunca tener que ser yo la que entierre a mi hija.
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