La globalización nos ha ayudado a abrirnos al mundo, a conocer distintas culturas, diferentes estilos de vida y también nos ha permitido darnos a conocer como país, sin embargo, en general no ha sido una buena noticia para la ortografía española, ya que se han colado algunas malas influencias de otros idiomas, especialmente del inglés.
Muchas personas se encuentran confundidas respecto al uso de los signos de puntuación y no toda la responsabilidad recae sobre el cuestionado sistema educativo, sino que también algo tiene que ver el hecho de que en inglés la gramática tiene otras reglas, que muchas veces se replican en textos escritos en español, por lo que a veces queda una mezcla que no es ni chicha ni limoná.
Los signos de puntuación son algunas herramientas gramaticales que nos ayudan a expresarnos por escrito con la intensidad, claridad y énfasis con que lo hacemos al hablar.
Acá empezamos con la primera parte de una breve pincelada de sus usos y las reglas con las que solemos tropezar cuando los utilizamos.
El punto nos ayuda a darle fin a una idea una vez que ya dejamos clarita una parte o concepto de lo que queremos decir.
- El punto seguido permite seguir explicando una misma idea.
- El punto aparte nos posibilita continuar con una idea diferente.
Es importante recordar que el punto va al final de toda la oración, incluyendo comillas y paréntesis:
Tanto los textos con muchas comas como los que carecen de ellas a veces se vuelven confusos. Hablando a grandes rasgos, la coma nos ayuda a separar y unir al mismo tiempo:
- Separa las partes de una oración, como explicaciones y acotaciones relacionadas con una idea.
- Une ordenadamente los componentes, como enumeraciones, características y partes de algo.
Aunque hay situaciones en las que poner una coma corresponde al estilo de quien escribe, en muchas ocasiones el poner o no poner una coma es normativo. Por ejemplo:
¡Poderes de los gemelos fantásticos actívense! Bueno, sí, los dos puntos no son de los signos de puntuación más emocionantes, pero son bastante útiles para organizar las cosas, ya que se utilizan para enumeraciones, ejemplos y para que se ponga mayor atención a lo que sigue, dado que es importante.
Espero no arruinarles el día con esta revelación, porque es un error que se comete a menudo, pero la primera palabra después de los dos puntos va en minúscula. Como en todo, hay excepciones, pero la regla general nos indica que debe ir en minúscula.
Una de las excepciones corresponde a las citas textuales, ya que dentro de las comillas el texto tiene sus propias reglas.
He aquí el subvalorado punto y coma. El paria. El signo de puntuación que es discriminado por ser un híbrido.
Este poco utilizado, pero práctico signo es una gran herramienta para cuando se necesita hacer una enumeración larga de contenidos que deben incorporarse dentro de un párrafo, o bien, cuando el subconjunto de elementos incluye comas.
Los puntos suspensivos son un inseguro trío de puntos que sirven como una pausa para expresar duda, temor o suspenso. Por otro lado, si se ponen entre paréntesis, pueden servir para incluir una cita incompleta en el texto.
Los puntos suspensivos se llaman así precisamente porque generan cierto grado de suspenso respecto al texto que continúa, así que no es correcto utilizarlos en reemplazo de comas, raya, dos puntos ni punto y coma, ya que no corresponden al mismo uso.
Hay que considerar que la mayoría de los signos de puntuación tienen excepciones a sus reglas de uso, por lo que a veces podemos ver textos en los que no se aplican las reglas acá mencionadas.
En todo caso, también es bueno saber que muchos de estos errores vienen de una copia que hacemos de la gramática inglesa, como por ejemplo:
Bueno, sé que todos estaban recontra entusiasmados con esta fascinante guía, pero hasta acá queda la primera parte de los signos de puntuación. Pero no se preocupen, que aún falta la segunda parte y final de esta emocionante (?) y alucinante (!) historia gramatical.