Si vemos que la solución o respuesta que nos ofrecen simplemente no es aceptable y detectamos que la persona que nos atiende no tiene el poder para solucionar nuestro problema, es hora de cambiar de interlocutor.
Es increíble como muchas veces la palabra "quiero hablar con el jefe de local" o "¿cómo me comunico con la gerencia?" basta y sobra para que haya un cambio total de actitud en el personal de servicio. Es bueno en esta etapa no apuntar demasiado alto, obviamente van a negarse a llevarte a la oficina del presidente de la compañía. Parte por el superior directo de quién te atendió y sigue la cadena de mando hacia arriba, de ser necesario.
Cuando estés ante este nuevo interlocutor, repite las técnicas que conversamos anteriormente: Explica calmadamente el problema, exige una solución con firmeza, señala tus derechos y prepárate a negociar.
Es muy raro que en esta etapa no logres una solución satisfactoria. Yo, al menos, la he aplicado en compañías telefónicas, restoranes y aerolíneas y casi siempre he obtenido algo mejor de lo que había ido a buscar o un sustituto razonable.
Lamentablemente, aún quedan muchos servicios y empresas que intentan entorpecer el derecho a reclamo de sus clientes. Otras veces, es el personal de atención el que intenta bloquear el acceso a sus superiores, para evitar dejar en evidencia su incompetencia. Como sea, cuando vemos que no nos van a resolver el problema por la buena, es hora de aplicar la artillería pesada.
Aquí tenemos varias cosas que podemos intentar dentro de la empresa:
Si todo lo anterior falla o crees que no va a pasar nada, es hora de recurrir a las autoridades y organizaciones civiles que defienden a los consumidores. Pero ojo, que es importante tomárselo en serio y llevarlo hasta las últimas consecuencias. Nada sacamos con amenazar con ir al Sernac o poner una demanda y luego, cuando se nos quita la rabia, olvidarnos del tema. Si queremos que las cosas cambien, tenemos que tomarnos en serio nuestro rol fiscalizador, sobre todo cuando la asimetría de poder es mucha.
Opciones tenemos muchísimas más de las que podemos listar en este artículo, así que sólo mencionaremos algunas.
Por último, si hay un lugar donde a una empresa le duele que le golpeen, es en su imagen de marca, razón por la cual las redes sociales han significado un fuerte empoderamiento de los consumidores.
El sitio web Reclamos.cl se dedica a recopilar los reclamos contra diversas empresas, clasificándolas y rankeándolas en base a estos. Según señalan en su web, el reclamo puede ser enviado a la empresa aludida, abogados e incluso a la prensa, aunque en mi caso nunca ha ocurrido.
Por otro lado, las empresas se han apurado a incorporarse a las redes sociales, principalmente Twitter y Facebook, así que un reclamo público con copia a sus cuentas en dichas redes suele recibir una respuesta inmediata. No es mala idea, para ponerles un poco más de presión, copiar la información también a algunos medios de prensa y líderes de opinión.
Y si tu lucha va contra alguna mala práctica extendida, levantar un grupo de facebook o una campaña online contra ella puede ser una manera muy efectiva de generar un cambio, aunque esto ya requiere de ciertos talentos y un nivel de organización bastante grande.
El punto, finalmente, es no aceptar que te pasen a llevar y efectuar un estilo de reclamo efectivo e implacable. Después de todo, si queremos que las empresas empiecen a actuar más responsablemente, debemos ser sus principales fiscalizadores.
Asegúrate de felicitar y recomendar a quienquiera que haya mostrado buena disposición en ayudarte y que se haya esmerado por darte un buen servicio, incluso si no logró finalmente resolver tu problema. Así como debemos denunciar los abusos, debemos asegurarnos de que quienes están trabajando por hacer nuestra vida mejor, reciban su merecido premio. No escatimes halagos ante sus superiores, no dejes de rellenar la encuesta de calidad de atención que te hacen al final. Si merece un aplauso, dáselo. Queremos que esa persona ascienda en la empresa y empiece a entrenar a otros.
Así, tal vez más que con todas las otras formas de presión, lograremos un mejor servicio.