Una frase que muchos nos hemos acostumbrado a escuchar y encontrar en todas partes es que “lo único permanente es el cambio”… la evidencia parece confirmar estas palabras una y otra vez. El cambio social, cultural y tecnológico parecieran ir más rápido de lo que muchas veces podemos darnos cuenta a simple vista, e inunda nuestros espacios, la forma de hacer las cosas y como nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos.
Biológicamente, también vamos cambiando a lo largo de nuestra vida, al punto de que incluso nuestra composición celular es total y completamente otra luego de algunos años. Por lo anterior, se mantiene como una idea siempre plausible el que lo único que permanece es el cambio constante.
Pero cuando hablamos de cambio personal, de aquel que queremos realizar de manera consciente porque nos hemos convencido de la necesidad, beneficio o porque las condiciones del entorno así lo exigen, no siempre pareciera tan fácil llevarlo a cabo. ¿Cuántas dietas has comenzado (o prometido iniciar) sin gran éxito? ¿cuántas veces has dejado de fumar?… pareciera ser que hay ciertos cambios que cuestan algo más que el sólo hecho de dejar que las cosas ocurran por sí mismas.
Entonces, ¿cómo podemos avanzar hacia aquellos cambios que queremos implantar en nuestra vida? Existen tres preguntas importantes que debemos responder a la hora de proponernos una nueva meta o desafío personal.
La primera pregunta que uno debiera hacerse frente a un nuevo desafío o proceso de cambio que quiera iniciar, dice relación con ¿realmente quiero hacer esto?. Pareciera obvio, pero muchas veces hacemos cosas que realmente no son aquellas que queremos internamente y nos embarcamos en acciones o compromisos que nos llevan al destino que siempre supimos: a ninguna parte porque realmente nunca lo quisimos para nosotros.
Si efectivamente ese cambio lo quieres llevar a cabo, la siguiente pregunta necesaria de responder es ¿tengo las habilidades para realizarlo?. Quizás sea necesario desarrollar ciertas competencias específicas o algunas estrategias diferentes a las actuales para poder concretar aquello que ya sabes que realmente quieres realizar. Es importante tener presente que todas las personas estamos llenos de capacidades para hacer frente a nuestros desafíos y que, si por alguna razón nos faltara aquella que precisamos para nuestra nueva meta, contamos con la capacidad de desarrollar dicha cualidad.
Finalmente, si ya hemos resuelto que sí queremos realizar aquel cambio en nuestras vidas y que contamos con las habilidades para hacerlo, entonces ¿qué podría detenernos?… muchas veces las personas nos limitamos internamente por ciertas creencias de las que nos hemos convencido y que nos frenan a alcanzar aquello que es totalmente posible para nuestras vidas. Por lo tanto, una última pregunta necesaria sería, ¿me merezco los beneficios de este cambio en mi vida?. Puede sonar un poco fuerte, sin embargo la creencia de merecimiento es muy importante. Dos personas de similares características y condiciones hacen de sí mismos cosas muy diferentes, en parte, por lo que ellos creen merecer para sus vidas.
Entonces, aquello que te has pospuesto, soñado o que hoy está dentro de ti… ¿realmente lo quieres? ¿tienes la capacidad para hacerlo? ¿te lo mereces?
De seguro que sí. ¡Que sea un cambio transformador y una experiencia única!