Oportunidades: Desde regalos hasta terremotos

¿Cómo es que una oportunidad a veces sea una bendición y otras una bomba? El Barbón reflexiona al respecto.

Por Alfredo Rodríguez @AlfreoRodriguez | 2013-07-23 | 09:20

Estás feliz y tranquilo en tu cargo en la empresa y te ofrecen un ascenso a un cargo muy bien pagado pero muy demandante. Acaban de nacer tus mellizos y te ganas una beca para estudiar en Manhattan. O peor aún: todo al mismo tiempo. Se nos dice que siempre hay que aprovechar las oportunidades que nos ofrece el destino, que estas llegan en el momento preciso y que no se repiten. Pero la verdad es que muchas veces, una oportunidad que no pedimos y que llega en mal momento, nos puede desordenar por completo el naipe. ¿Cómo puede ser que una oportunidad a veces sea una bendición y otras una bomba?

¿Para bien o para mal?

Diremos que una oportunidad es esa posibilidad que se nos ofrece de hacer un cambio en nuestra vida, y que tiene fecha de caducidad, pues si la oportunidad no se toma, entonces se desecha. El problema es que estas ofertas se pueden volver una fuente de angustia o de infelicidad, porque no siempre llegan en el momento adecuado ni bajo las condiciones que quisiéramos. Y si eso no complicara lo suficiente la situación, muchas veces ni siquiera se nos da tiempo suficiente para tomar la decisión. ¿Nos tiramos a la piscina? Depende. Antes de saltar a la piscina, entendamos bien a qué nos enfrentamos. Porque no todas las oportunidades son iguales.

Tipos de oportunidades

Según yo lo veo, existen (al menos) cuatro tipos de escenarios a los que nos enfrentamos cuando se nos ofrecen oportunidades. A continuación describo cada uno utilizando como ejemplo una oferta de trabajo.

1.- Regalos del destino

Te ofrecen, con un sueldo mayor al que tienes, el trabajo que siempre soñaste.

Son esas situaciones que no hay ni siquiera que pensar dos veces, el destino te ofrece eso que siempre quisiste en el momento justo. Quizás nos de miedo tomar la decisión, pero este es claramente el mejor de los escenarios.

2.- Disyuntiva

Te ofrecen, con un sueldo menor al que tienes, cambiarte a un trabajo más entretenido.

Ahora ya no es tan claro lo que tienes que hacer. Te ofrecen algo que mejora en algunos aspectos tu vida, pero que implica sacrificios en otras áreas. La gracia de las disyuntivas es que tienes la tranquilidad para rechazar la oferta y seguir con tu vida sin realizar cambios. Es decir, tomas la oportunidad solo si te entusiasma.

3. Terremoto

Trabajas en una empresa muy competitiva y te ofrecen un ascenso a un cargo que no te interesa. Sabes que rechazar el ascenso es sepultar tu carrera en ella.

Este es el único caso en el que verdaderamente sales perdiendo, pues te ofrecen algo que no te gusta, pero la propia oferta produce un cambio en tu escenario que hace que el no tomar la oportunidad te sitúa en un escenario peor al original. Se cierra una puerta que te gustaba y se abren dos que no te gustan tanto. En este caso, creer que por eso la mejor opción es tomar el “ascenso” no siempre es correcto. Muchas veces, la mejor opción dentro de un terremoto es buscar una alternativa, como lo sería en este caso el buscar trabajo en otra empresa. Muchas veces estos terremotos sirven para darnos cuenta de qué cambios queremos hacer en nuestra vida, es una invitación a generar nuestras propias oportunidades.

4. Falsas oportunidades

Te ofrecen el trabajo de tus sueños, pero tienes que estar en 15 minutos firmando el contrato en París.

Esta es probablemente la peor de todas, pues solo llega para tratar de quitarnos nuestra felicidad. Es una ilusión que nos hace sentir que pudimos alcanzar nuestro sueño pero no lo hicimos. Lo que tenemos que entender es que no es así, que esto realmente nunca fue una posibilidad real, y por lo mismo, no tiene sentido apenarnos por ello. Entenderlo no quiere decir que sea más fácil, pero es el primer paso para combatir esa infelicidad innecesaria.

Las cosas nunca son tan así

Obviamente no siempre es tan claro que una oportunidad se enmarque en una de estas 4 categorías. A veces un regalo del destino implica un pequeño terremoto, o tenemos que plantearnos como real una disyuntiva para entender que se trata de una falsa oportunidad. Lo importante es ser capaz de ver cómo están distribuidas las fichas en el tablero para tomar una decisión. Pero aún más importante es conocernos a nosotros mismos y nuestras prioridades, tener claridad sobre el tablero en el que jugamos y las verdaderas razones por las que movemos las fichas. Mientras más claridad tengamos sobre las condiciones en las que estamos jugando, más posibilidades tendremos de responder de forma provechosa. Y quien sabe, si somos lo suficientemente creativos, quizás podremos agregar las fichas necesarias para hacer convertir un terremoto (o incluso una aparente falsa oportunidad) en un regalo del destino.

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Comentarios
Felipe Santibáñez | 2013-07-23 | 10:56
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lo peor es que no siempre llegan en el orden apropiado XD. ..
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Paper Luis | 2013-07-23 | 11:07
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Las oportunidades se pueden evaluar siempre y hay veces que el destino (o Dios, o los astros, o Buda, etc.) nos pone la cosa tan fácil...
A mi me pasó con la pega: Se estaba dando un giro muy raro y las tareas que me iban a tocar ya no iban a ser de mi agrado. Me iba a poner a buscar trabajo cuando me llamaron de mi actual trabajo. Puros beneficios: Más lucas, al lado de casa, mas relajada y yo feliz =)
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Claudia Torrealba | 2013-07-23 | 12:05
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Lo que me da más pena es que pareciera ser que los seres humanos tenemos la tendencia (adquirida por años de práctica) a fijarnos en primer lugar en los beneficios monetarios, lo que se entiende con lo costosa que es la vida cuando uno tiene una familia que mantener. Pero deberíamos hacer el ejercicio constante de equilibrar la ganancia de lucas con la de tiempo, el bien mas dificil de conseguir hoy en día.
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Enrique Ulloa | 2013-07-24 | 11:05
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De hace un tiempo a esta parte (quizás luego de leer algún artículo acá), comienzo a vislumbrar en todas partes la conjetura del "qué quiero vs qué necesito". Obviamente siempre querremos más dinero, pero quizás esa mayor carga de trabajo no es lo que necesitamos.
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Arlene Musume | 2013-07-23 | 13:23
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si la diferencia de lucas no es mucha, la pega nueva es mas entretenida y me llenara mas en lo profecional, me cambiaria incluso aunque fuera por menos plata (claro esta que siempre y cuando fuera poca la diferencia)
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