Dirán este tipo está loco, que cómo puede vivir sin tarjetas en una sociedad consumista como la que vivimos, pero es así. Llegué a tener 2 cuentas corrientes, 4 tarjetas bancarias y creo que todas las tarjetas de tiendas comerciales. Todo esto con una renta normal para un mando medio, o como mi profesor de administración les decía, "MM" (no los dulces).
Mi fin de mes consistía en distribuir mi sueldo en distintos pagos: tarjetas, lineas de crédito, etc. Uno siempre critica a las mujeres con que son consumistas, pero los hombres somos peores, por cuanto vamos acumulando juguetes cada vez mas caros: el último celular, el utrabook, lentes de marca y el peor de todos: el auto.
Y para cubrir el costo de nuestros juguetes, vamos ocupando tarjetas de crédito y luego pagamos, así vivimos estresados varios años, hasta que quedé sin pega. Se me acabaron los pocos ahorros que tenia y tuve que vender varios juguetes para pagar las lineas de crédito.
Y de nuevo a empezar ¡Uf, qué lata!. Hacía 8 años que no iba a una entrevista, aunque trabajos para mis expectativas habían. Pero llegué a cada lado, en un trabajo dure 1 mes, luego me cambié y duré 6 meses, conseguí un tercer trabajo y duré 3 días. No es que me echaran, sino que yo no los soportaba, hasta que llegue al cuarto. Donde llevo un tiempo y por el minuto no pienso cambiarme.
¿Y a que tienen que ver las tarjetas y vivir sin ellas?. Bueno esa inestabilidad me enseño a priorizar los gastos así:
1.- Dividendo.
2.- Comida.
3.- Transportes
4.- Colegios (y esto puede incluso ser un cambio a uno de menos costo, pero al final uno debe elegir por calidad y la realidad de cada uno).
Cubiertos estos gastos fijos, uno se va dando cuenta de que lo que pagaba en cuentas y tarjetas ya no se ocupa y empieza a sobrar. Y puedes comprar en efectivo. Por ejemplo, cambié el living de la casa y en vez de comprarlo en una tienda, re-descubrí el Persa Bío Bio. Y el mismo sillón que costaba $400.000 en la tienda lo compre por menos de la mitad.
Para ropa y regalos, ver persas y cosas así. Y así he redescubierto Santiago y salido del Mall, que ya no es panorama. Vivo tranquilo, he descubierto que yendo a parques y con salidas fuera de Santiago a ferias artesanales y cosas así, se vive tranquilo y si para algo no me alcanza: solamente ahorrar y comprar al contado. Hoy no tengo auto, pero vivo al lado del metro, así que no lo necesito y si salgo puedo tomar un trago tranquilo y volver en taxi a la casa.