Durante los últimos dos meses, por recomendación de mi hermana, me dediqué a ver completa Breaking Bad, serie de la cadena AMC (la misma de Walking Dead) que terminó el domingo recién pasado. Si no la has visto, al menos te habrás dado cuenta de la revolución que ha causado en internet durante estas últimas semanas. Extrañamente, una serie de la que nadie hablaba durante su primera temporada, es hoy considerada por muchos una de las mejores producciones de televisión que se han realizado. ¿Qué hizo tan bien Breaking Bad para ser tan bien evaluada por la audiencia y la crítica? Y la pregunta aún más interesante es ¿Por qué escuchamos tanto de Breaking Bad ahora y no cuando comenzó?
En general, existen tres modalidades de series gringas: Las por capítulo, las por temporadas y las de serie completa. Las por capítulo, como CSI y muchos sitcoms, ofrecen historias que concluyen dentro del mismo capítulo y permiten ver la serie sin necesidad de seguir la continuidad (se puede ver en desorden). Las por temporadas, como 24, Dexter y Damages, que presentan una historia por temporada de emisión. Tienen inicios de temporada tranquilos pero atrapantes y van in crescendo en intensidad, hasta que presentan el climax en el final de temporada, que nos deja rogando por ver más. Finalmente, series como Lost o la misma Breaking Bad, que desarrollan, aunque sea por etapas, una sola gran historia a lo largo de sus temporadas. Este tercer formato es lejos el más riesgoso de todos, pero que si llega a buen puerto, suele ser el que entrega relatos más potentes.
Para hacer una buena “serie completa”, que cuente una sola historia, no basta con tener buenas actuaciones, una buena premisa, un buen presupuesto y personajes interesantes. Series que cumplan todos estos requisitos ha habido miles. Construir una trama redonda de 5 años de duración tiene además dos grandes dificultades. La primera es que las historias necesitan el in crescendo, partir “de abajo” e ir aumentando en intensidad y tensión. Eso te obliga a realizar una primera temporada suficientemente buena como para que se sustente comercialmente y lo suficientemente piola como para tener terreno donde ir superándote en las temporadas siguientes. La segunda gran dificultad es el éxito. En una industria acostumbrada a explotar las gallinas de los huevos de oro hasta que pongan huevos podridos, conseguir que te permitan terminar el show según los planes de los guionistas es una proeza. El mérito de Breaking Bad es haber superado ambas, entrando a una categoría de series redondas donde viven realmente muy pocas y donde no entran otras grandes producciones como Lost (por culpa del alargue y otras hierbas) o Carnivale (por culpa de la falta de éxito comercial).
(Este párrafo fue escrito para evitar delatar los eventos del final de la serie, pero si no quieres saber absolutamente NADA al respecto, mejor sáltatelo).
Quizás a algunos les pareció levemente extraño el último capítulo de la serie. Es porque estamos acostumbrados a que “todo lo importante” pase en el último capítulo. En este sentido, nuevamente me saco el sombrero por los realizadores. Porque terminar en un solo capítulo de 40 minutos una historia que duró 5 años es imposible (Lost lo intentó con un capítulo de doble duración y aún así se sintió abrupto). Por eso, tomar la opción de hacer “explotar la bomba” (en sentido figurado) algunos capítulos antes del fin, me parece la decisión más acertada. Esto les permitió tener el espacio para ir cerrando la trama de forma natural y no dejar a la audiencia llena de preguntas. Además tuvieron la sensatez de dejar el último cabo suelto por resolver para el final del último capítulo, permitiéndoles cerrar la serie con una mini historia final.
No he visto todas las series de EE.UU., menos aún las de otros países, pero no hay que ser un genio para darse cuenta que esta destaca en el medio. Otras que fueron fenómenos y que siguen siendo muy bien consideradas, como Twin Peaks, The X-Files, Lost, Dr.House, Dexter y un largo etcétera, son series a las que tenemos que perdonarles muchas cosas, que tienen muchos peros. Si no se habló de Breaking Bad durante la primera temporada de emisión, es porque los guionistas sabían lo que hacían y estaban construyendo, de manera entretenida aunque quizás no demasiado vistosa, un edificio para, cinco años después, hacerlo explotar en mil pedazos, redondeando una de las mejores series que he visto. Si todavía no te animas, haz lo imposible por evitar los spoilers y date el tiempo para verla. Quizás la primera temporada no te vuele la cabeza, pero si decides recorrer el viaje completo, te aseguro que será una experiencia memorable.