"Creed II": el relevo que despide a Rocky Balboa

Nos subimos al ring junto al Chaya de Nerdix.cl, para analizar la reciente entrega con la presencia el boxeador de Philadelphia, que además de salir victoriosa por nocaut en críticas, dice adiós al mítico boxeador italoamericano después de 40 años.

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El pasado 28 de noviembre en su cuenta de Instagram, el incombustible Sylvester Stallone lanzó un video donde, después de cuatro décadas, colgaba los guantes de su rol como Rocky Balboa, o del apodado “semental italiano de Philadelphia”, el personaje más exitoso y legendario del cine deportivo.

Pero más que un “adiós para siempre”, nos entregó un relevo, una nueva saga que toma su pasado, encumbrándose por sí sola al futuro, hablamos de la secuela de Creed, que esta semana se estrenó en las salas locales y promete dar una buena pelea de despedida y conmemoración.

Yo soy tu hijo

¿De qué trata Creed II? Bueno, primero hay que mencionar que es la continuación de Creed (2015), film escrito y dirigido por Ryan Coogler (Black Panther), el cual se pensaba que pasaría sin pena ni gloria por la cartelera, pero no, sacó un uppercut sorpresivo y, además de romperla en taquilla y aceptación de la crítica, estuvo nominado a diferentes premios, incluso el mismísimo “Sly” obtuvo un Globo de Oro a Mejor Actor de Reparto.

Este película contaba el despertar en el boxeo del joven Adonis Creed (Michael B. Jordan), hijo no reconocido del fallecido Apollo Creed (Carl Weathers), o mejor dicho del mejor amigo de Rocky Balboa, que durante años fue también su más importante adversario. Así, un solitario, renegado y viejo Rocky, debía volver al cuadrilátero esta vez para batallar contra el cáncer y entrenar al primogénito de su compadre. Sumando a la trama a una cantante con problemas auditivos, Bianca (Tessa Thompson), que sería la pareja de Adonis y la fuerza femenina del film, el resultado fue una cinta llena de emoción, acción, hip hop y un combo de creatividad, corazón y fuerza, como los mejores tiempos de Balboa en los años 80.

Los guantes en los mejores puños

Entonces esta semana, compitiendo por el cinturón de peso pesado, llega Creed II, dirigida por Steven Caple Jr. y escrita por Coogler, secuela que si bien dista de la perfección y luz de su predecesora, igual golpea con fuerza y se mantiene en las cuerdas con su esencia, bravura y sentimiento. 

Juega con la nostalgia al retomar el duelo contra el clan Drago, rememorando la cuarta cinta de la franquicia de Rocky, estrenada en 1985, donde el semental italiano debía vengar la muerte en el ring de su querido compañero Apollo Creed a manos del gigante, imbatible y ruso, Ivan Drago (Dolph Lundgren), para muchos fanáticos el más terrible y letal contrincante de Rocky en su historia.

Ahora Lundgren repite su rol como Ivan Drago, esta vez como el obsesivo y enceguecido entrenador de su hijo, Viktor Drago (Florian Munteanu), quienes lamentablemente han sufrido la pobreza, desolación y ninguneo de su apellido por la derrota del pasado. Cicatriz y cruz que solo se puede sanar venciendo y quitándole el título de campeón mundial al moreno Adonis.

Aquí los puntos destacables están no sólo en revivir esa batalla que emulaba la Guerra Fría entre EE.UU y la URSS, con referencias y escenas de acción-drama tremendas, sino por enfocarse en la lucha de Creed, Bianca y su hija, descubriendo si esta importante batalla es para limpiar el nombre de su padre o alzarse como un equipo que debe olvidar el pasado y cimentar su propio camino. Esto, sumado al sabio y adolorido Rocky como mentor, que por lo demás anhela olvidarse del boxeo y retomar lo poco y nada de familia que le queda. Asegurados están los homenajes, el romance, las lágrimas y muchos puñetazos.

La primera gran pelea

Pocos saben que Sylvester Stallone ganó un Oscar a Mejor Guion al escribir la inicial Rocky (1976, dirigida por John G. Avildse, que luego se sumaría a otro proyecto similar, Karate Kid), película que marcó un antes y un después no sólo en su carrera, sino en el género de dramas-deportivos. Construyó esta historia a pulso, cuyo espíritu era esencialmente Romeo y Julieta, contando el amor casi imposible entre un tipo bruto, inculto y pobre italoamericano, que sólo podía alcanzar el corazón de una humilde chica, Adrian (Talia Shire), boxeando. El film finalizaba con su derrota ante el campeón Apollo Creed por puntos, pero siendo victorioso al pasar de ser un don nadie, al esposo que puede darle seguridad a su chica. Así se inició un mito con escenas (las escaleras del Museo de Philadelphia) y personajes icónicos (su cuñado Poly y su entrenador Mickey), y un soundtrack comandado por la canción Gonna Fly Now, de Bill Conti. Por eso si la primera Rocky era en realidad una novela romántica tortuosa, el caso de la nueva Creed II, es un drama familiar afroamericano.

Una saga de caídas, empates y triunfos

Lo que siguió después en estos 40 años es casi sinónimo de la carrera de un boxeador, es decir, con puntos altos, porrazos y hasta combates para el olvido. Algo digno de remarcar es el ejercicio de marketing y publicidad que la saga de Stallone edificó, de manera sumamente exitosa y según cada era, imponiendo hits musicales (Eye of tiger, de Survivor), incluyendo actores famosos y todo un mito del personaje.

Rocky II (1979), contó con el guion y dirección del propio Stallone (también repetiría este rol en la tercera, cuarta y sexta entrega), donde siguió la magia al ver la relación de amigos y rivales de Balboa y Creed, junto con mostrar el nacimiento de su único hijo y el no poder trabajar en otra cosa que no fuera pelear, y por fin convertirse campeón con todas las de la ley.

Lo mejor del tercer film, que muestra los grises y oscuros del éxito de Rocky con la fama, son el “bromance” que tiene con Apollo Creed en sus entrenamientos, y la inclusión de Mr. T y Hulk Hogan, ambos íconos de acción de los 80s, quienes deben hacerle la tarea difícil a Balboa. En Rocky IV(1985), a pesar de ser errática y parecer un eterno videoclip, se marca tal vez la mejor pelea de Sly en su rol, que no por nada fue la excusa para construir el motor de Creed II.

De Rocky V (1990) y Rocky Balboa—o Rocky VI- (2006), no hay muchas cosas a destacar, salvo que en la quinta producción ya vemos a Balboa como entrenador, con dramas con su hijo, un inescrupuloso manager y la gran pelea es contra un tipo más joven y en la calle. Del último film con Stallone como protagonista, es interesante que vive el luto de su fallecida esposa y sólo puede sobreponerse peleando después de 16 años de retiro y con 50 años a cuestas, contra el campeón del momento, algo así como un Floyd Mayweather que les ha ganado a todos salvo al más grande de todos los tiempos. Balboa pierde estrechamente por puntos, pero se va contento por volver a vivir.

En conclusión, esta nueva saga de Creed es el recambio de los aspectos más brillantes y entretenidos de la franquicia de Rocky, apelando a los recuerdos y nostalgia, pero con un sello actual que puede llegar muy lejos.

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