La salud mental es un tema serio, de eso no hay duda. Pero tanto o más seria es la desinformación en medio de la que está inmersa. Vivir con un trastorno quizás no sería tan difícil, si la sociedad no cargara de estigmas la historia de vida de las personas que los tienen. Y de eso todos somos responsables.

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Sea para darles tintes heroicos, tildando de genios o almas sensibles a quienes padecen trastornos mentales, o para juzgarlos injustamente por debilidad o locura; lo cierto es que no hay mejor trato para quienes padecen algún trastorno, que simplemente ser tratados como personas.

Hoy hablaremos de dos trastornos mentales, cada uno con una creencia falsa asociada, y usaremos la historia de vida de un artista o creador famoso para desmentirla.

Por supuesto, sería irresponsable generalizar una enfermedad completa a partir de un caso individual, así que respaldaremos cada historia con la máxima rigurosidad posible, complementando con publicaciones científicas y notas de medios serios. Que se sepa que aquí no hacemos las cosas al lote.

“La esquizofrenia es sinónimo de genialidad”

- ¿Qué le pasó a Frank? Algo debe haberle pasado para ser así.

- No le pasó nada. Tiene una enfermedad mental.

- El tormento por el que pasó… para componer tan buena música.

- No compuso la música por el tormento. Siempre tuvo talento para la música, la enfermedad simplemente le entorpeció.

Este diálogo, extraído de la película Frank (2014), ilustra con elocuencia el romanticismo que cubre a la figura del “loco” en la cultura popular: la creencia de que es la locura la responsable de que esas “pobres mentes incomprendidas” logren convertirse en grandes creadoras.

Lo que muchas veces olvidamos, sin embargo, es que la genialidad en personas esquizofrénicas ocurre a pesar de la enfermedad, y no gracias a ella.

El deterioro cognitivo que acarrea la esquizofrenia es solo una parte del problema. Junto con los síntomas propios de la enfermedad, como los delirios y la pérdida de interés y motivación; la persona puede presentar problemas de memoria y de lenguaje, que a la larga suelen ir en detrimento de sus relaciones sociales y sus oportunidades profesionales.

Veamos el caso del músico Daniel Johnston. Diagnosticado de trastorno bipolar y esquizofrenia, y resistiéndose al tratamiento durante años, Johnston se ha convertido en un personaje de culto de los últimos 30 años gracias a su prolífica discografía, compuesta por música sencilla y sin grandes arreglos, despojada de toda posible careta. Su música, casi toda grabada de forma casera, es un relato honesto de sus propias vivencias, incluida su dura relación con la locura.

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Y aunque su música se ha ganado el reconocimiento de gigantes como David Bowie y Kurt Cobain, la carrera de Daniel Johnston se ha visto constantemente truncada por su esquizofrenia. Por alteraciones en su juicio es que ha rechazado convenientes contratos discográficos, ha visto su creación interrumpida por largas hospitalizaciones, e incluso ha puesto en riesgo su vida.

A día de hoy Johnston es un músico reconocido que ha podido llevar su carrera con un relativo éxito, en parte gracias a que su familia ha tomado el timón de su vida profesional, en parte también gracias a que hoy sí lleva un tratamiento consistente. Pero, aunque jamás ha dejado de crear, es innegable que su creatividad lo podría haber llevado mucho más lejos, de no haber tenido encima una enfermedad tan agresiva y mal tratada como su esquizofrenia.

“Las personas con Síndrome de Asperger son frías e insensibles”

Partamos haciendo una aclaración: el Síndrome de Asperger no es una enfermedad. Sí es una condición, un trastorno también, pero quienes son Asperger no son personas enfermas. Son solo personas neurológicamente diferentes.

El Síndrome de Asperger es un trastorno de desarrollo que se encuentra dentro de los Trastornos del Espectro Autista. Esto, sin embargo, no significa que sea una forma de autismo leve.

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Y aunque la cultura popular tiende a mostrar a las personas Asperger como seres insensibles, extremadamente pragmáticos y muy hábiles en los campos de las matemáticas y las ciencias exactas (Sheldon Cooper, te estoy mirando), la realidad es que los Asperger son tan sensibles como cualquier individuo neurotípico (no usaremos la palabra “normal” en este artículo).

Lo que sí es cierto es que las personas Asperger suelen ser concretas para comunicarse, y es usual que tengan dificultades para entender sarcasmos o dobles sentidos. Por esto es que se les ha caricaturizado como personas con poca empatía y nulas habilidades sociales. Sin embargo, en muchos casos esto obedece a una conducta aprendida de autoprotección: son personas conscientes de que les cuesta ajustarse a las formas típicas de interacción y por eso muchas veces evitan las instancias sociales.

A pesar de que la cultura popular los ha categorizado como personas frías y limitadas emocionalmente, el mundo está lleno de mentes creativas con Asperger.

Veamos a Dan Harmon, por ejemplo. Una mente creativa de la cual han salido obras maestras de la historia reciente de la televisión, como Community y Rick and Morty. En la vida diaria, es un individuo con dificultades para iniciar conversaciones y establecer contacto visual con sus interlocutores.

Durante su vida, los problemas sociales fueron parte de su formación. De ahí que practicar la comedia fuera una forma de aprender a relacionarse con sus pares en la escuela; y su personalidad obsesiva (característica recurrente de los Asperger), una vía de escape que, finalmente, le llevaría a alcanzar un nivel de entendimiento de la narrativa televisiva que hoy utiliza como su método personal e infalible para escribir guiones.

Mientras trabajaba en la serie Community, hubo un personaje que le hizo plantearse ciertas cosas. Abed Nadir (interpretado por Danny Pudi), es en la serie un estudiante de ascendencia palestina con serias dificultades para entender a las personas. Aunque en ningún momento se habla explícitamente de que tenga Asperger, sus rasgos y su forma de actuar (obviando la exageración) apuntan a que lo es.

Cuando el personaje de Abed comenzó a tomar más forma, Harmon fue dándose cuenta de que su perfil era sospechosamente similar al de su personaje, y visitó a un especialista para diagnosticarse. Allí, luego de atar varios cabos entre recuerdos de su infancia y actitudes del presente, terminaron de confirmar su condición.

Dan Harmon ha hablado abiertamente del tema en diversas ocasiones y, aunque reconoce que a veces esto le ha traído dificultades, lo cierto es que el Asperger no ha sido para él un impedimento para triunfar en lo que hace. Incluso, puede ser que el Asperger haya forjado en parte su forma de trabajar y sea un responsable parcial del humor que lo ha hecho famoso.

Todos estos personajes lograron darles una vuelta a sus condiciones, mostrando su talento en una lucha constante por lidiar con las consecuencias que éstas traían en sus dinámicas diarias y sus personalidades. No son famosos por ser Asperger o esquizofrénicos, eso es solo un rasgo en sus vidas, sino por sus destrezas. El relato de sus historias y sus detalles en los medios, solo vino por añadidura.

¿Qué otra condición desmitificarías?