El crimen de Ámbar, de Sophie y la solicitud de las víctimas de Karadima al gobierno, han reflotado la discusión sobre los plazos que existen en nuestro país para perseguir los delitos sexuales contra menores. Porque uno de los principales obstáculos para quienes buscan justicia luego de haber sido abusados sexualmente durante la niñez, es la prescripción de este delito, que hoy en Chile es de diez años desde que la víctima cumple la mayoría de edad.
Es decir, si una persona fue abusada en su niñez (no importa si a los 3, 8 o 18 años), tiene plazo hasta los 28 para denunciarlo, 10 años después de haber cumplido la mayoría de edad. Después de eso el crimen prescribe, o sea, “se extingue” la responsabilidad del agresor, por haberse cumplido el plazo legal. Esto es de acuerdo a la actual legislación, promulgada el 2007 por la Presidenta Michelle Bachelet, que puedes conocer en esta nota.
Todo niño que ha sido víctima de tan macabros abusos, tiene derecho al tiempo; tiempo para entender su sufrimiento, para armarse de confianza y valor y, finalmente, para revelar aquel horrible episodio de su vida, sin importar de cuántos años le tome. Para que nunca más vuelva a repetirse.
El 2010, como también indicamos en la nota anterior, los senadores Patricio Walker (DC), Ximena Rincón (DC), Fulvio Rossi (PS) y Jaime Quintana (PPD), impulsaron un proyecto de ley para que esta materia no prescribiera nunca, tomando como base la idea presentada por el antes diputado Walker, el 2005.
El proyecto terminó siendo archivado hasta la semana pasada, en la que el presidente Sebastián Piñera anunció la indicación sustitutiva que establecería la imprescriptibilidad total de los delitos sexuales contra menores de edad. Una sorpresa para varios, ya que en principio se había hablado que el gobierno iba a proponer ampliar el plazo de prescripción a 30 años.
Con todo esto nos surge la duda, ¿seremos los primeros en lograr esto? ¿O seremos los últimos? ¿Qué pasa en otros países? A continuación te contamos algunos casos.
El 2015, Argentina se convirtió en el primer país latinoamericano en el que los abusos sexuales contra menores de edad no prescriben nunca, e incluso se incorporó bajo esas mismas normas el delito por trata de personas. La ley trasandina permite ahora, además, la inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos de “quienes valiéndose de un cargo perpetraron este tipos de abusos".
En el último mes se desató el escándalo al otro lado de la cordillera por denuncias de abuso sexual a menores involucrados en el mundo del fútbol, lo que incluye al equipo más ganador de la historia de Argentina: el Club Atlético River Plate. Según El Clarín, en el país se detectan cinco casos de abuso sexual por día, pero es el delito que menos se denuncia.
Fue el 2002 el año en que el diario norteamericano Boston Globe, expuso uno de los mayores escándalos de abusos sexuales en la historia de la Iglesia Católica, el primero que generó un efecto dominó que dura hasta hoy.
En este país, los delitos de abusos sexuales a menores no prescriben solo en 21 de los 50 estados. Otros han eliminado o alargado el plazo de prescripción en el caso de que haya sido contra menores de edad.
A principios de este año, los ecuatorianos realizaron una consulta popularcon el fin de modificar la Constitución y ciertas leyes. Una de las siete preguntas que contemplaba la consulta, era referente a la posibilidad de modificar la Carta Magna para evitar totalmente la prescripción de los delitos sexuales a menores de edad, lo que fue aprobado.
En la actualidad las causas por delitos sexuales en contra de menores de edad, se archivan definitivamente en el mismo tiempo que la pena máxima del delito cometido que, en el caso de violación a un menor, es entre 10 y 22 años. Con la aprobación de esta consulta, el Parlamento puede legislar para reformar la Constitución y el Código Orgánico Integral Penal. Así, los delitos sexuales a menores no prescribirán.
Lamentablemente, en los últimos años estos delitos han ido creciendo de manera exponencial. De hecho, en octubre pasado se destaparon cientos de abusos contra niños en varios colegios de Ecuador.
Lo primero que muchos vimos en la televisión cuando el Papa Francisco llegó a Perú después de visitar nuestro país, fue un afiche que denunciaba los casos de abuso sexual en ese país, aludiendo a los dichos del pontífice en Chile sobre este mismo tema: “Francisco, aquí sí hay pruebas".
En el cartel se podía ver la cara de Luis Fernando Figari, fundador del movimiento católico Sodalicio de Vida Cristiana, quien fue acusado por abusos sexuales contra menores y hoy está viviendo en una casa de retiro en Roma, amparado por un decreto del Vaticano que no le permite tener contacto con los miembros del movimiento ni volver a Perú.
En el país vecino, la ley que ampara a los menores abusados sexualmente es similar a la que teníamos antes de que la Presidenta Bachelet la modificara en 2007, la cual establecía un plazo de prescripción de cinco o diez años desde la ocurrencia del hecho, dependiendo del tipo de delito. En Perú, la prescripción se activa cuando el delito ocurre y el plazo es el mismo que la extensión de la pena.
Son varios los países que ya no perdonan de ninguna forma a los pederastas y violadores de cualquier tipo.
En Reino Unido, por ejemplo, los delitos sexuales de cualquier tipo contra víctimas de cualquier edad no prescriben nunca.
En Suiza, el 2012 el parlamento determinó que los crímenes sexuales a menores no prescriban, siempre y cuando la víctima hubiese sido menor de 12 años en el momento en que ocurrió el delito.
Otros países como Irlanda, Canadá, Nueva Zelanda y Australia, decidieron también no perdonar a quienes abusan sexualmente a menores de edad.
Quienes están a favor de que los delitos sexuales a menores prescriban, son en general quienes apoyan que todos los delitos lo hagan, por más graves que sean. El abogado Gustavo Balmaceda aclara en esta carta que “socialmente es más valioso que las situaciones jurídicas no queden inconclusas. Es decir, es menos costoso asumir la impunidad del castigo a un delito por no haberse ejercido su acción durante un lapso de tiempo, en vez de asumir que la comisión de un delito quede inconclusa”. Según él, no se debe olvidar que el derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable es garantía fundamental de toda persona. La imprescriptibilidad de los delitos por abuso sexual a menores vulneraría esa garantía.
El hecho de que el presidente haya hecho el anuncio de la semana pasada sobre la imprescriptibilidad de los delitos sexuales contra menores, es un gran paso para el país, especialmente para las víctimas de abuso sexual que son o fueron menores de edad. Nos acerca un poco más a ser un país en el que haya justicia y donde todos puedan sanar correctamente sus heridas.