En Chile, principalmente en la zona Norte, existe una gran escasez de aguaque afecta directamente la agricultura, a trabajadores que la utilizan y a muchas familias de la zona.

Frente a esto, pocos han sido los planes innovadores que se han llevado a cabo para combatir esta grave situación que se presenta en muchos lugares áridos del país. Aunque hay proyectos grandes en mente, como la carretera hídrica por ejemplo, pero que aún no se materializa.

Para combatir el problema, en Copiapó se está llevando a cabo una idea llamada Yakka, un atrapanieblas que captura hasta 10 litros de agua por día.

Fue diseñado por el ingeniero industrial Alejando Abarcia (26 años), quién decidió mejorar la crisis de agua potable que afecta a toda la región, el objeto aprovecha la niebla, un recurso natural sin mayor impacto en el ambiente y con un bajo costo económico.

“Lo mejor de Yakka es que se convierta en una alternativa real y que solucione el problema concreto de la escasez hídrica, porque los agricultores ya no tienen cómo mantenerse, y ojalá con el uso de Yakka puedan volver a producir”, señala Alejandro.

Capturando el agua de las nubes

Los atrapanieblas existen en muchos lugares del mundo, sin embargo, el sistema clásico se compone de una gran malla sostenida en una estructura (generalmente dos postes), que capta el agua en sus redes y la deja caer a un canal. El mayor problema es la resistencia del sistema, ya que con el viento suelen romperse.

Este nuevo sistema es diferente y además integra tres funciones: recolectar el agua, almacenarla y dosificarla para cuando se necesite. ¿Cómo funciona? Los Yakka son módulos en forma de esfera con un diámetro de 60 cms., que se instalan sostenidos por un tubo a tres metros de altura. En su interior tienen una turbina que recolecta agua de la niebla, generando fuerza centrífuga, almacenando el agua y permitiendo el sistema de riego por goteo.

Así obtiene el agua a partir de la niebla y el rocío en las laderas de los cerros con un 95% más de eficacia que los sistemas tradicionales de atrapanieblas, según han indicado hasta el momento las pruebas.

La palabra Yakka viene del dialecto quechua “yaku” que significa agua, y “Katari” que significa serpiente. Es decir, “serpiente de agua”, pues los módulos al girar pareciesen ser una serpiente ondulada.

La necesidad de capacitar a los agricultores

Yakka pretende no sólo instalar su nuevo sistema para que los agricultores de la zona gocen de sus beneficios, además, busca crear una conciencia sobre el uso del agua a través de talleres y distintas actividades.

La idea es que una vez concretado el proyecto, quienes instalen el sistema reciban una capacitación con respecto al cultivo de su zona. Además se creará en cada lugar un cuadro pequeño de cultivo, para recuperar semillas y para que los beneficiarios aprendan a cultivarlas, cuidarlas y cosecharlas.

Sin embargo, aún queda trabajo para poder ponerlo en práctica en la zona: “Debemos aún hacer estudios de calidad del agua, para que el agricultor sepa con exactitud la calidad del agua que está entrando vía Yakka”, afirma Alejandro.

El sistema es capaz de producir alrededor de 10 litros de agua por día, y en una sola hectárea pueden instalarse 2.880 dispositivos entre sí con una separación de 3 x 3 metros. Además, puede instalarse en cualquier región del país que posea las condiciones metereológicas costeras.

Y aunque aún no está a la venta, Alejandro asegura: “Esta tecnología es altamente rentable, ya que hemos constatado que la inversión se recupera en 3 años, para una hectárea de riego, resultados bastante más atractivos si se compara con otros sistemas tradicionales de obtención de agua por canales subterráneos. Pretendemos llegar a viñedos y plantaciones de otras regiones”.

¿Qué otros proyectos conoces que ayuden a tratar el problema de las escasez de agua?