La vida está llena de elecciones y este año se nos viene una grandota: las presidenciales. Así es, en menos de ocho meses tendremos que ir a nuestro local de votación para hacer valer nuestra opción. Pronto, ¿verdad? Y en medio de toda esta carrera, ya se están asomando algunas líneas de los programas de gobierno de algunos precandidatos.

De hecho, ya les contamos hace poco de la idea del precandidato Nicolás Shea, del partido TODOS, quien propone un sueldo mínimo universal llamado SUBA. Y ahora es el turno del presidenciable de Evópoli, Felipe Kast.

Hace un tiempo dio a conocer su plan para reformar al Estado y dentro de sus ideas, apareció una que llamó la atención de varios. Y consiste, básicamente, en reducir los 23 ministerios que tenemos actualmente a tan solo 13. Sí, casi la mitad (aunque también contempla la creación de una subsecretaría de Emprendimiento).

¿De qué se trata?

La idea sería reducir el aparato estatal en aspectos clave, pues considera que así sería más eficiente. Obviamente esto no significaría eliminar las tareas del Estado, sino reorganizar su funcionamiento, por lo que Kast propone que los ministerios queden así:

- Los que se mantendrían igual: Hacienda, Defensa, Relaciones Exteriores, Educación y Salud.

- Ministerio del Interior y Gobierno: aquí se incluirían lo que ahora es la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), Secretaría General de Gobierno (Segegob), Interior y Seguridad Pública.

- Ministerio de Desarrollo Social y Vivienda: se unirían los ministerios de Desarrollo Social y de Vivienda y Urbanismo.

- Ministerio de Ciudadanía: sería una combinación de los ministerios de la Mujer, del Deporte, del Consejo Nacional de Cultura y las Artes y también se contemplaría los Asuntos Indígenas.

- Ministerio de Desarrollo Sustentable: se juntaría el ministerio de Medioambiente y el de Ciencia y Tecnología.

- Ministerio de Empleo, Capacitación y Seguridad Social: sería un mix de los ministerios de Trabajo y Previsión Social y también el de Vivienda y Urbanismo.

- Ministerio de Economía y Desarrollo Productivo: se juntarían los de Minería; Energía; Economía, Fomento y Turismo; y Agricultura.

- Ministerio de Infraestructura y Conectividad: sería una mezcla de Bienes Nacionales; Transporte y Telecomunicaciones; y Obras Públicas.

- Ministerio de Justicia y Derechos Humanos: sería una nueva versión del ministerio de Justicia.

La visión de Felipe Kast

Con estos cambios se espera lograr ahorrar hasta CLP$ 100 mil millones al año, los que serían íntegramente destinados a financiar el Servicio Nacional de Menores (Sename). Pero definitivamente hay muchas preguntas al respecto, así que en El Definido hablamos con Felipe Kast para conocer con mayor profundidad su propuesta. Esto fue lo que nos dijo.

¿Cuál es el diagnóstico que tienen del aparato estatal?

"El diagnóstico es que así como Chile logró crecer y avanzar mucho gracias a la economía social de mercado (y logramos reducir la pobreza gracias a la creación de empleo de un 43% a un 7%), lo cierto es que el país se quedó en el pasado en su modernización del Estado.

Esta propuesta de modernización del Estado no es simplemente tecnócrata. Se trata de poder reconstruir el músculo para generar justicia social. Es decir, no dejar solo al crecimiento económico bajo la lógica del chorreo para distribuir riqueza y generar justicia. Porque el Estado, en lugar de servir a los ciudadanos en forma moderna y profesional, se empezó a transformar gradualmente en un botín de campaña y en una agencia de empleo para los partidos políticos.

No tiene por qué ser normal que el Estado sea un lugar capturado políticamente. Nos gusta la idea que los servicios públicos sean más autonómos, por ejemplo, logrando que Benito Baranda pueda ser reclutado para trabajar en el Sename y que no tenga miedo de ser utilizado políticamente por el gobierno de turno".

Fuiste ministro de Desarrollo Social durante el gobierno de Piñera. ¿Qué cosas viste ahí que te motivaron a hacer cambios?

"Me tocó ver que cuando nosotros llegamos, en gran parte de los servicios públicos del mismo ministerio, todos sabían de qué partido político eran y a quién les rendían honores los funcionarios públicos. Y en nuestra reforma también planteamos que no debería haber un estatuto administrativo, sino que un código del trabajo. Alguien que trabaje en el servicio público no tiene por qué tener un estatus laboral distinto al de todos los chilenos.

Así, si eres un funcionario público, no vas a tener que seguir vendiendo tu libertad o visión política a un jefe que quizás piensa distinto a ti. No vas a tener que seguir asustado de que si no fuiste a volantear por un candidato vas a perder tu pega. Y de esa forma, van a terminar saliendo los que están ahí por cuoteo político y quedándose los que hacen bien su pega".

Se buscan recaudar CLP$ 100 mil millones al año. ¿Cómo?

"Básicamente, parte de la reducción de los ministerios nos permite liberar muchas cosas que se duplican. Cada vez que tienes un ministerio nuevo, tienes una nueva administración, un nuevo centro de costos, etc. Hay toda una burocracia asociada y esos recursos los queremos destinar íntegramente al Sename, en donde hoy ocurre una aberración bien grande.

Todas las organizaciones que ayudan al Sename reciben del Estado solamente un 40-45% de los costos que necesitan para cuidar a un niño cuyos derechos han sido vulnerados. Eso es una inmoralidad, porque no hemos puesto como prioridad nacional eso. Por lo tanto, esos recursos de eficiencia en la modernización del Estado los queremos para más que duplicar el financiamieno destinado al Sename.

Es decir, menos ministerios y más eficientes, con más servicios públicos. Es un paradigma distinto que desgraciadamente la élite no le ha puesto mucho énfasis, porque no necesita al Estado. Pueden pagar clínicas privadas, colegios privados, guardias privados, transportes privados y al final quienes pagan la mediocridad del Estado son el 85% de los chilenos que no pueden acceder a los servicios privados".

Se viene una serie de batallas con esta propuesta. Sin ir más lejos, hace poco estábamos celebrando la creación del Ministerio de la Ciencia. ¿Son los ministerios la solución a los problemas?

"O sea, los ministerios no son la solución. Tenemos el problema de que en lugar de focalizarnos en los fines, lo hacemos en la burocracia para lograrlo. Eso hace que mucha plata quede a mitad de camino y eso es justamente lo que nos tiene promoviendo este cambio de paradigma.

Ahora, nada va a funcionar bien si no cambiamos cómo se eligen los directivos públicos y les damos capacidades de modernizar en verdad, pudiendo sacar a las personas que no funcionan y meter a los que sí. O premiar a los que funcionan mejor que otros. Si no, al final nos vamos a acostumbrar a que lo privado sea siempre mejor que lo público".

¿Cuál es el criterio para suprimir algunos ministerios y otros no?

"Por ejemplo, Hacienda (que queda intacto) juega el rol de llevar las finanzas del país. Es difícil pensar ese papel pueda ser modificado. Pero los criterios que se fueron sumando son los de aquellos ministerios que tenían la opción de transformar sus funciones en servicios públicos y que por familiaridad o economía de ámbito, podían agruparse, pero claramente Hacienda, que es el que le lleva la cuenta a todos, es difícil agruparlo con otro si no es eliminándolo.

Por eso nace esta arquitectura. Un aspecto innovador es juntar vivienda con pobreza. Es entender que la ciudad juega un rol muy importante, porque el gran segregador que tenemos hoy en día es la ciudad, por ejemplo".

Pero en medio de la eliminación de ministerios, se propone crear una subsecretaría de Emprendimiento…

"Así es. Creemos que el motor de la sociedad son los emprendedores. Por lo tanto, necesitas un Estado que en lugar de poner a los emprendedores al servicio del Estado, lo haga al revés. Que un panadero no tenga que sufrir siete fiscalizaciones distintas, sino que sienta que el país lo favorece para que le vaya bien.

Ahora el emprendedor está más preocupado de cumplir normativas para que no lo cierren, en vez de estar enfocado en entregar un mejor servicio".

Se podría interpretar que se le está restando importancia a temas como Cultura, Mujer, Deportes y Asuntos Indígenas al juntarlos en un ministerio. Sobre todo cuando se habla de crear un Ministerio Indígena.

"Creo que es todo lo contrario. Que alguien me diga si creen que hoy el Sernam por ser ministerio tiene más fuerza. Yo no lo veo. Así que ojo, esto es un cambio sistémico. Tener un servicio puede ser mucho más eficiente. Eso nos pasó con turismo: salió la idea de crear una subsecretaría de Turismo que duplica lo que hacía el Sernatur. Al final, nos pasamos dando vueltas en círculos en torno a la burocracia.

Lo relevante no es tener más operadores políticos, sino que tener mejores servidores públicos. Pero ellos no se van a los ministerios, porque los ministerios se cambian cada cuatro años, pero lo que no cambia cada cuatro años son los servicios públicos".

¿Cómo ven la experiencia internacional en este tema?

"Bueno, nuestro paradigma es Nueva Zelanda, que hizo esta reforma hace bastante tiempo y hace tres semanas fue nuestro jefe programático. Aunque más que el número, se trata de la forma de organización del Estado, devolvérselo a los ciudadanos y quitárselos a los partidos políticos.

Por eso esta reforma es tan difícil, porque significaría que los partidos tendrían que estar dispuestos a abandonar sus privilegios. Y hay tres matices que rescatamos de Nueva Zelanda: primero, que es un Estado más chico y eficiente, segundo, que tiene un sistema de meritocracia pura en su gran mayoría (no se les pasa por la cabeza que alguien llegue a un cargo sin ser el mejor del planeta, incluso trayéndolos desde otros países) lo otro es que tienen oficinas de evaluación, así que siempre están reportando sobre la gestión y el monitoreo".

¿Cómo encuentras esta propuesta? ¿Estás a favor o en contra?