En promedio, cada chileno utiliza 500 bolsas plásticas al año, es decir, 1,5 bolsas diariamente. Haz memoria, recuerda en qué utilizas esa bolsa y media diariamente, en tu día a día. Pues bien, esa bolsita con paracetamol que te pasan en la farmacia, esa bolsa del pan que te dieron en la panadería o ese par de bolsas que te llevaste del supermercado con detergente y verduras, no las usaste más de 15 minutos, desde el comercio hasta tu casa. Considerando la huella de carbono que provocó su producción y las consecuencias que tendrá el hecho de que, tras su uso, las botes a la basura, ¿vale realmente la pena el haberlas utilizado? ¿No hubiese sido mejor llevar tus propias bolsas hasta la tienda?
El proyecto Reduce +, liderado por WWF Chile (Fondo Mundial para la Naturaleza) inició a fines del año pasado una iniciativa que busca reducir el uso de bolsas plásticas en nuestro país, para disminuir el impacto que éstas tienen en nuestro planeta.
Inventando formas de concientización
Que las bolsas plásticas son dañinas para el medioambiente es un hecho: matan a más de 10 mil mamíferos marinos y tortugas al año y a un millón de aves marinas. Ello, sumado a que su elaboración requiere del 8% de la producción mundial de petróleo, lo que es equivalente al consumo mundial del combustible en África. Por esto y muchos más, se trata de algo que debemos parar y pronto.
Considerando este problema, WWF Chile echó a andar en octubre pasado el proyecto Reduce +, destinado a impulsar iniciativas de educación y difusión ambiental, así como proyectos de innovación, que promuevan la reducción de las bolsas plásticas en el país y la promoción de alternativas sustentables. Con el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente y de Walmart Chile, crearon un fondo de CLP$16 millones para repartir a las 8 iniciativas más sustentables y creativas que participaran de una convocatoria nacional.
De acuerdo a Pablo Badenier, Ministro de Medio Ambiente, “si tomamos en cuenta que a más del 80% de los chilenos le importa el tema medioambiental, al fomentar iniciativas como la participación en el fondo concursable REDUCE+, le estaremos dando a la ciudadanía más y mejores herramientas para mejorar su entorno y participar activamente de la protección de nuestro planeta”.
Postularon en total 32 proyectos, ganaron ocho de ellos y en El Definido quisimos destacar los cinco que nos parecieron más originales.
Taltal: gánate una canasta familiar al no usar bolsas plásticas
English for the Greatest Taltal, una escuela de inglés de la ciudad norteña, y fue una de las entusiastas organizaciones que participaron y ganaron. Su iniciativa pretende reducir el uso de bolsas en la comuna a partir de tres fases.
La primera corresponde a educación en reciclaje mediante difusión de centros de acopio. La segunda es una original propuesta que llama la atención, pues consideró la participación del comercio de la zona. La idea es premiar a los clientes que lleven su propia bolsa al ir a comprar. Cada uno tendrá una tarjeta llamada TALTAL 4R CARD, la que será timbrada por cada compra. Después, entre todos los participantes, se sorteará una canasta familiar. Por último, durante la tercera etapa se enseñará a la comunidad la técnica de reciclaje de termofusión, que consiste en planchar bolsas de plástico juntas para crear un tejido resistente que se puede utilizar en la creación de todo tipo de cosas, en este caso, materiales didácticos.
Región de Valparaíso: ponte en las aletas de un lobo marino
La ONG Saberes propuso este verano concientizar a los turistas de la Región de Valparaíso, particularmente de Las Cruces, El Tabo, Isla Negra y El Quisco, sobre la importancia de no botar bolsas plásticas en las playas, mediante el proyecto “Ponte en mis aletas. No + bolsas”. La iniciativa consistió en disfrazar a niños menores de 14 años de lobo marino o tortuga y hacerlos pasar por una serie de obstáculos de bolsas plásticas, intentando nadar en un entorno contaminado, ¡lo que les resultó muy difícil! La actividad educativa fue apoyada con información sobre el daño que provocan los desechos plásticos en el ecosistema.
Llico: transforma una vieja malla de pesca en bolsas reutilizables
La Unión Comunal Lago Vichuquén, propuso recoger antiguas mallas de pesca de la playa de Llico y reutilizarlas para convertirlas en bolsas, así el plástico queda fuera. El Liceo Entre Aguas, la Municipalidad, la Junta de Vecinos La Playa, el Sindicato de Pescadores y la Cámara de Comercio y Turismo, han recolectado voluntarios que se encargarán de recorrer las costas y hablar con los pescadores, en búsqueda de las preciadas redes abandonadas. Luego, se llevará esa materia prima hasta el liceo y la junta de vecinos para comenzar a trabajar en el producto final. Para ello, será muy útil la experiencia de tejedoras y la creatividad de los estudiantes.
Barrio Las Telas: los comerciantes se ponen con retazos para crear bolsas de género
El tradicional barrio Las Telas, en la comuna de Independencia en Santiago, también decidió unirse a la iniciativa de WWF. El proyecto, presentado por el Comité Ambiental Comunal de Independencia, consiste en la elaboración de bolsas reutilizables a partir de retazos sobrantes de telas de los comerciantes de la zona; en vez de ser desechados, la idea es que se conviertan en útiles y lindas bolsas para ir de compras. De paso, esta idea pretende generar un cambio en un sector que produce muchísima basura diariamente. Tanto los clientes como los comerciantes se verán beneficiados, y la organización de vecinos también jugará un papel importante en la administración de la iniciativa. En conjunto con esto, se informará a los clientes sobre temas medioambientales y se realizarán talleres para la elaboración de las bolsas, llamadas “Re-Telas”.
Chiloé: planchando bolsas para reutilizarlas
El último proyecto que queremos destacar, también recurre a la termofusión como medida para reutilizar las bolsas de plástico que tenemos en la casa para crear otras mucho más resistentes, durables y reutilizables. La iniciativa “PLANCHA TU BOLSA. Por una Isla sin plástico”, creada por la Organización Cultural Resucitarte, propone realizar capacitaciones a domicilio para jóvenes y adultos de las localidades de Castro, Ancud y Quellón, enseñando la técnica de la termofusión, con las mismas planchas de la casa. El calor y la presión fusionan las bolsas, creando un material que puede servir de materia prima para crearotro tipo de bolsas, mochilas, capas para la lluvia o individuales. De esta forma, las mismas comunidades pueden transformarse en agentes activos del cambio, llevando sus propias bolsas al comercio y concientizando a otros sobre el tema.
Cada uno de estos proyectos recibió CLP$2 millones para su implementación, y se espera que pronto el trabajo de estas organizaciones genere un cambio real entre las comunidades. Poco a poco, las distintas comunas a lo largo del país han ido tomando conciencia del problema, y ya son casi 50 las que regulan la entrega de bolsas en los comercios, entre ellas, Vicuña, Isla de Pascua, Pichilemu, Pucón, Valdivia, Tortel y Punta Arenas. Esperamos que pronto se sigan sumando localidades a esta lista.
¿Utilizas bolsas plásticas para hacer tu compra del supermercado?
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