En diciembre pasado, 4.328 médicos, chilenos y en su mayoría extranjeros, rindieron el Examen Único Nacional de Conocimientos de Medicina (Eunacom), un test de conocimientos y habilidades clínicas realizado por la Asociación de Facultades de Medicina de Chile (Asofamech), y exigido para acceder a cargos médicos y programas de especialización financiados por el Estado, para poder firmar convenios FONASA y para entregar prestaciones del Auge/GES.
Como pueden ver, la aprobación del examen es fundamental, especialmente para médicos extranjeros, ya que les permite revalidar de forma automática su título para poder ejercer en Chile. Y vital también para la salud pública de nuestro país, ya que de su aprobación depende la cantidad de médicos habilitados para ejercer su profesión en hospitales (a los médicos que trabajan en clínicas o centros médicos privados no se les exige el Eunacom).
¿Cuál es la polémica actual al respecto? En enero de este año se entregaron los resultados del examen, los que evidenciaron una enorme crisis: un 73% de médicos titulados fuera de Chile no aprobó el Eunacom (de los titulados en Chile reprobaron solamente un 3,4%). Esto quiere decir que 277 médicos deberán dejar la red de salud pública de nuestro país a partir de este mes, aunque la gran mayoría lleva años atendiendo sin problemas, ejerciendo incluso importantes cargos de jefatura en la salud primaria del país.
Los resultados, entonces, evidenciaron un conflicto urgente y un déficit en el sistema de salud público chileno, el que se ve amenazado con la fuga de médicos y la inhabilitación de otros, lo que dejaría una carencia importante de profesionales de la salud pública, alargando de paso las eternas listas de espera de atención para consultas con médicos especialistas y cirugías (más de 1 millón y medio. Imagínense lo que significa ir a pedir un número, que el contador vaya en el 0 y que te toque el 1.520.000).
Como era de esperarse, rápidamente los resultados del Eunacom y las medidas de desvinculación provocaron gran polémica. Médicos, académicos, autoridades y diversos sectores de la opinión pública se pronunciaron de inmediato. Necesario, justo, injusto, discriminador. Juzguen ustedes luego de ver en detalle el por qué de este examen y lo que están haciendo ahora los 110 municipios que se verían afectados por las bajas médicas y el Ministerio de Salud para resolver la crisis.
El Eunacom nació el año 2003 bajo el nombre de Examen Médico Nacional (EMN), y era una iniciativa voluntaria de las facultades de medicina de Chile para medir la calidad de formación de sus egresados. Sin embargo, el 2009, el gobierno propuso legalizarlo para asegurar la calidad de profesionales que quisieran trabajar en el sistema público de salud y para que los médicos titulados en el extranjero pudiesen revalidar sus títulos en Chile. La propuesta se aprobó en la Ley 20.261.
¿Qué mide el Eunacom? El examen, en manos de la Asociación de facultades de Medicina de Chile (ASOFAMECH), consta de dos partes. Primero se debe rendir la prueba teórica que contiene 190 preguntas, las que van variando año a año; y sólo si se aprueba esta unidad, los postulantes podrán rendir y cancelar el costo del examen práctico, el que se divide en cuatro pruebas de cinco horas cada una, en cuatro servicios clínicos distintos: medicina, cirugía, obstetricia y pediatría. Para aprobar el examen teórico se debe responder correctamente el 51% de sus contenidos, y para aprobar el práctico, se deben resolver las cuatro pruebas de situaciones clínicas.
¿Quiénes deben rendirlo? Todos los médicos titulados en el extranjero y los egresados de universidades chilenas sin acreditación, como la Universidad del Mar, que estén o pretendan integrarse al sistema público de salud o postular a la especialización financiada por el Estado, como explicábamos al principio. ¿Y qué hay de los otros? Los egresados de universidades chilenas acreditadas, solamente realizan el examen teórico en sus respectivas escuelas (las que también lo financian), y se eximen del control práctico ya que se les suple con el internado que se les exige durante su formación.
Está claro el panorama, pero la polémica se da por la enorme reprobación presentada por los médicos extranjeros, quienes no pueden revalidar sus títulos, tampoco optar a trabajos en el sector público de salud, ni postular a becas de especialización. Y esto corre para todos, tanto para los médicos nuevos, como para aquellos que llevan años trabajando con contrato en Chile. Todos quienes reprobaron deberán dejar sus trabajos a más tardar en abril de este año e inevitablemente la salud pública quedaría con un déficit profesional enorme e incluso algunos consultorios quedarían sin médicos.
Manuel Araneda, vocero de la Asociación Chilena de Médicos Extranjeros, plantea que la evaluación discrimina y vulnera derechos, principalmente de especialistas extranjeros, argumentando que el examen “no está diseñado para profesionales en ejercicio, sino que es un examen para evaluar alumnos recién egresados de universidades para establecer un ranking para becas de especialidad. No está hecho para evaluar médicos en centros de salud primaria, que ven muchos temas y tienen poco tiempo para capacitarse".
Araneda argumenta además que el sistema de medición es injusto, porque es administrado por la Asofamech, asociación que, según señala el profesional, prepara y entrena a sus alumnos para la rendición del Eunacom versus los extranjeros que no tienen esta preparación. “Cuando la vara es distinta para extranjeros y chilenos, hay una discriminación. El chileno solo debe realizar la parte teórica y el extranjero debe realizar esa parte y otras cuatro evaluaciones prácticas, muy poco objetivas que están al árbitro del evaluador”, sostiene el vocero, agregando que, por lo demás, quien está definiendo las políticas de competencia para el trabajo en salud pública es un “ente privado con intereses creados”.
Representado la postura contraria está Manuel García de los Ríos, Premio Nacional de Medicina 2016, quien señala en una entrevista que el examen “es importantísimo y estoy muy en contra de la asociación de extranjeros que están reclamando y poniendo en duda la importancia del Eunacom. ¿Tú crees que a un médico chileno que se va a Estados Unidos, lo van a autorizar a recetar y trabajar? Antes tienen que conocer la calidad de los médicos (…) deben tener las mismas exigencias que los médicos chilenos”.
García explica además que el problema no es el examen, sino la mala preparación y las graves lagunas formativas que presentan gran parte de los médicos extranjeros para con el sistema de salud chileno. “Si en el Eunacom se siguen dando los mismos resultados de hoy, donde el 70 a 80% de los médicos extranjeros salen mal, ¿es porque los están persiguiendo? No, es que tienen una formación inadecuada. No tienen la formación y las exigencias de nuestra medicina. Yo no voy a perseguir a nadie, porque hay un 20 a 30% de extranjeros que sí salen bien”.
Para resolver la brecha abismante de los resultados del examen, García propone que los extranjeros realicen cursos de recuperación antes de realizar el Eunacom, porque muchos llegan con mala base. Además sostiene que el examen debiese extenderse también al sistema privado.
La polémica por la aplicación del examen, ha dejado en evidencia la crisis que existe en el sistema de salud público chileno. La escasez de médicos en el sistema primario de salud, la falta de hospitales, insumos, y la situación de las regiones que carecen de especialistas que atiendan las diferentes patologías, son algunos de los conflictos que han quedado de manifiesto.
¿Qué se está haciendo al respecto? Los municipios afectados están tomando medidas para retener a sus médicos, pidiendo más plazo a la Seremi de Salud hasta que lleguen nuevos médicos recién egresados como encargados de zona, y pidiendo autorización para contratar a médicos que no hayan aprobado el examen en casos excepcionales como zonas extremas.
Por su parte, la Asofamech propuso al Minsal la creación de una mesa de trabajo para analizar la reformulación del Eunacom, y los médicos perjudicados han comenzado a organizarse acudiendo a la justicia para evitar las desvinculaciones y han hablado de la posibilidad de movilizaciones.
Y pensando en la salud pública, a nivel más macro, se han escuchado propuestas diversas como, por ejemplo, la del médico y vocero de la Confusam (Confederación Nacional de la Salud Municipal), Esteban Maturana. Él profesional propone que todo profesional médico titulado en las universidades chilenas tenga la obligación de trabajar para el sistema público uno o dos años. Y también menciona la necesidad de que el Estado invierta en más recursos para la salud pública y evitar que los miles de millones de pesos que reporta anualmente el AUGE/GES, vaya a parar a clínicas privadas, porque las públicas no tienen recursos.
El Premio Nacional de Medicina 2016, también considera que la inyección de dinero es la gran clave, aludiendo a que “hay que contratar gente, buscar estímulos para que la gente trabaje, ¿hoy qué quieren los médicos? Trabajar lo mínimo en el sistema público por lo que ganan en el privado, eso no puede ser. Hay que generar estímulos tanto en dinero como en formación para que la gente vuelva al sistema público, y para que la atención en hospitales sea de 24 horas, no sólo de 4 horas intensas en la mañana”.