Paulina Gacitúa, es de Temuco, profesora de inglés, tiene 35 años y 8 años de experiencia laboral. Pero no es una profe común y corriente; Paulina utiliza una metodología que implica juegos didácticos para aprender idiomas, pero nunca pensó en lo que su metodología podría llegar a lograr.
Hace tres años, cuando dejó su trabajo en colegios particulares y municipales, y decidió fundar una academia de inglés para niños en Temuco: HiFive. Ahí partió explorando las formas más didácticas para que los niños aprendieran inglés de forma entretenida y rápida, y lo más importante, efectiva.
“Fue entonces cuando recordé la forma en que disfrutaba jugando la versión chilena de Monopoly en mi infancia: El Gran Santiago y Metrópoli (o La Gran Capital). Recuerdo perfectamente, a mis 9 años, jugar junto a mis primos y hermanos durante horas, vibrar con la idea de ganar dinero de mentira y de colores, comprar ciudades, nombres de calles (…)”, señala Paulina.
Ese vivo recuerdo se transformó en una idea, que luego pasó a un emprendimiento y hoy es una nueva forma de enseñar inglés, tan efectiva, que empresarios chinos decidieron comprar el juego. ¿Te estás preguntando de qué juego estamos hablando?
En El Definido te contaremos todo sobre MiniCity, este exitoso juego para aprender inglés que está cambiando la forma de enseñar.
Un día cualquiera, luego de recordar lo bien que lo pasaba a sus 9 años, Paulina llevó el juego de mesa “Metrópoli” a sus talleres en el instituto. Ese curso se llamaba “Speakers Club”.
El desafío para los alumnos, que tenían entre 10 y 13 años, era ir traduciendo y adaptando el juego, tanto las tarjetas, las calles, los lugares y hasta las expresiones, al vocabulario inglés. Ese día el resultado fue fantástico; todos se habían divertido mucho con el juego y en un contexto real de ciudad y oficios.
El éxito de la clase fue tal, que se empezó a cuestionar distintas ideas: “¿Por qué no ubicar en el tablero nombres de tiendas y lugares representativos de una ciudad, en vez de nombres de calles? ¿Por qué no agregarle a cada lugar un personaje con su oficio y productos relacionados a cada lugar, en vez de solo casas y edificios? ¿Y por qué no diseñar el juego completamente en inglés?”
En un tablero de cartulinas y recortes, tres días después estaba jugando MiniCity con sus alumnos. Hoy, el juego se utiliza en escuelas particulares y municipales, como parte del programa de enseñanza de inglés de los alumnos.
“Realizamos adaptaciones importantes que generan el diseño de un juego cuyo objetivo es aprender vocabulario, expresiones y estructuras simples en el contexto de una ciudad, con sus lugares, oficios, productos y servicios, y por sobretodo (…) que permitiera comunicarse en inglés mientras los alumnos juegan en grupos”, cuenta Paulina.
La entretención, que muchos la pueden ver como una distracción al momento de estudiar o enseñar, inspiró a Paulina, porque ella consideró que significaba una herramienta efectiva para que los niños adquirieran conocimientos y vocabulario, sin que fuese un trámite tedioso.
Sin darse cuenta, había creado un juego que traspasaría fronteras; primero Temuco, después la región y luego el país. Pero no se detuvo ahí. Hoy, MiniCity será comercializado en China, tanto en escuelas como en tiendas para que las familias lo adquieran. Mal que mal, los chinos tienen que subirse sí o sí al carro occidental, así como va la globalización.
En este gran emprendimiento, Paulina no está sola. Su socio, Jaime Sandoval, fue quien comenzó a buscar empresas asiáticas para mejorar la calidad de la producción del juego. Entonces llegaron a la empresa HCH Games, quienes testearon el juego en colegios de Ningbo: los resultados fueron excelentes.
“Cuando estábamos encargando una segunda partida, nos ofrecen comprar la licencia del juego. Nos cuentan que probaron en los usuarios y MiniCity funcionó también allá”, contó Paulina.
Bárbara Salas estaba cursando octavo básico, en la Escuela Vista Verde en Temuco, cuando ganó el concurso de deletreo “Spelling Bee” en 2014, en su ciudad.
Para ella, Minicity cambió la forma en que junto a sus compañeros veían las clases luego de que lo llevaran a su curso para jugar. “Todos quedamos fascinados, era un juego divertido”, dijo Bárbara. ¿Por qué tanto?
Del juego, hay bastantes cosas que llaman la atención de los niños. Por ejemplo: el juego tiene tarjetas que hacen referencia a los celulares, en donde las indicaciones salen como si hubiera llegado un whatsapp o un Twitter, como un email o por Facebook. Lo que más destaca, es que no es complicado, que juegan de grupos de 4 a 5 compañeros y que “la pasamos súper”.
“Yo creo que la mayoría de los niños tienen muchos diccionarios inglés – español en su casa, pero no creo que ellos una tarde se sienten a leerlos”, expresó Bárbara, agregando que por otro lado el gran problema de MiniCity es que es tan entretenido que no pararán de jugarlo.