*Esta nota fue originalmente publicada en 2016. Hoy la destacamos al conmemorarse 127 años del fallecimiento del religioso persa Bahaullah, fundador del bahaísmo.
En octubre de 2016, los santiaguinos vieron cómo se alzaba en Peñalolén una inmensa flor de mármol: “¿Viste esa construcción redonda sobre los cerros?”, “¿será una iglesia, una universidad o el nuevo edificio de la Muni?”. Pocos habían oído sobre la existencia de la fe Bahai, una religión con alrededor de 7 millones de seguidores en el mundo, que erigió uno de sus más importantes templos en la ladera oriente de la cordillera de nuestra capital.
¿Quiénes son?, ¿cuáles son sus creencias? Con la ayuda de un entusiasta seguidor de origen iraní, Hormoz Bastani, en El Definido les develamos algunos de sus secretos y les contamos detalles sobre este nuevo templo y sus posibilidades de visitarlo.
Templo Bahá'í de Sudamérica |
Es usual que una pareja que tiene determinada religión, inicie a su hijo desde pequeño en ella. Quienes son cristianos, en general bautizan a su hijo cuando aún no cumple un año, o bien, quienes siguen el judaísmo circuncidan a sus hijos poco tiempo después de nacer. Los bahai no.
Hormoz Bastani es un hombre iraní que nació sin creencias, al igual que todos los niños que vienen al mundo. Recién cuando cumplió 15 años comenzó a estudiar la fe Bahai por iniciativa propia: “oficialmente comencé a ser un seguidor bahai a la edad de 19 años, debido al principio de 'investigación independiente de la verdad'. Uno no nace siendo bahai, es a través de la búsqueda de la verdad como se llega a tener convicciones y aceptación de la fe”.
Lo más interesante es que los padres de Hormoz seguían esta religión, así y todo, él debió convencerse antes de dar el paso definitivo: “Soy la cuarta generación bahai en mi familia. Mi bisabuelo, Mulla Ahmad-i-Muallim, fue el primero en responder el llamado de el Báb y Bahaullah, los fundadores del movimiento a mediados del siglo XIX”.
Una educación religiosa distinta, donde los niños no nacen con la resolución paterna de convertirse en seguidores de determinado dios, sino que tienen la libertad de estudiar, buscar y llegar a convicciones propias, aunque se sea heredero de una larga generación de devotos.
Hormoz actualmente es un exitoso arquitecto que vive en Houston, Texas, y ha recorrido el mundo entero a causa de su profesión y de su inquietud espiritual, visitando comunidades bahai, desarrollando proyectos y estudiando las relaciones entre la arquitectura y la fe en diversas universidades. ¿Cuál es el principal objetivo del bahaísmo?
Hormoz Bastani |
“Bahaullah, el fundador de la fe Bahai, afirmó que el bienestar de la humanidad, su paz y su seguridad, serían inalcanzables a menos que la unidad esté firmemente establecida. Para llegar a esa meta, la humanidad requiere pasar por una transformación espiritual; cada individuo y la sociedad completa. Debemos eliminar todo tipo de prejuicios, ya sean raciales, religiosos, nacionales, de género o de clase. Es una parte fundamental de la transición”, señala Hormoz.
Para ellos, Bahaullah es el último mensajero divino que tocó la Tierra, tal como Abraham, Krishna, Zoroastro, Moisés, Buddha, Jesús o Mahoma. Él y muchos de sus seguidores fueron perseguidos, torturados, metidos a prisión y exiliados por Persia y el Imperio Otomano a causa de sus creencias. Así y todo, creen que en el respeto y en la unidad de la humanidad está la clave para su bienestar.
De acuerdo a la religión Bahai, todos los seres de la Tierra provenimos de un único creador, que para cada quien puede tener un nombre distinto. El papel de la religión es que todos los hombres tengamos un destino común, pues el ser humano es noble por naturaleza y cuenta con poderes espirituales capaces de hacer grandes cosas.
Dentro de las principales preocupaciones de los seguidores de Bahaullah está la educación. La idea es que, mediante el estudio, los seres humanos puedan llegar a comprender su verdadera identidad, sus capacidades espirituales y su propósito en el mundo. Sólo conciéndose a sí mismos a través de la educación, los hombres podrán construir una civilización en permanente avance. Es por esta razón que cuentan con círculos de estudio, a donde están invitados todos sin importar credo, que tienen por objetivo el autoconocimiento espiritual para lograr una transformación individual y colectiva.
Templo Bahá'í de Sudamérica |
¿Y qué tiene que ver Chile en todo esto? Una religión que nació al otro lado del globo terráqueo y que poco y nada se relaciona con nuestra tradición y cultura… ¿o no? Resulta que, por inverosímil que parezca, el bahaísmo cuenta con comunidades muy activas en Chile.
Según la página web de la fe Bahai en Chile, existen seguidores de Bahaullah en nuestro territorio desde 1919, aunque la religión agarró vuelo sólo a partir de 1940. Ya en las décadas de 1980 y 1990 se establecieron tres escuelas bahai en suelo patrio: una en la Región Metropolitana y dos en la Araucanía. Así es, existen niños mapuche que son educados en los principios bahai, partiendo de las ideas de aceptación, unidad y preservación de todas las culturas y etnias del mundo. Aquí, los alumnos tienen educación espiritual y se empoderan para crecer de manera integral en sus comunidades. También en la zona existe una radio Bahai, en donde los pueblos originarios tienen una amplia participación.
De acuerdo a lo que Hormoz nos cuenta, en octubre de 2016 se reunieron en Chile más de 5 mil miembros activos de la religión, de alrededor de 110 países, para inaugurar el nuevo Templo Bahai de Sudamérica. Nuestro país fue elegido porque alberga una comunidad creciente de fieles, cerca de 6 mil. El año 2002, la Asamblea Espiritual Nacional de los Bahai en Chile lanzó un concurso internacional de arquitectura para licitar el proyecto de construcción. Los ganadores fueron la firma de arquitectos Hariri Pontarini Architects, a cuya cabeza quedó Siamak Hariri.
Templo Bahá'í de Sudamérica |
El diseño elegido está inspirado en las características esenciales de otros templos bahai en el mundo: Ashgabat en Turkmenistán, Willmete en Estados Unidos, Kampala en Uganda, Sydney en Australia, Frankfurt en Alemania, San Miguelito en Panamá, Tiapapata en Samoa y Delhi en India. La idea con el edificio chileno fue crear “un templo de luz”: “los pétalos de esta flor serán las alas que darán la impresión de estar flotando sobre un espejo de agua, el cual permitirá que la luz se filtre a través de ellas durante el día y emita un brillo cálido desde su iluminación interior durante la noche”, señala el arquitecto. La estructura, construida en mármol translúcido y vidrio fundido, emerge del suelo convergiendo en un óculo central que invita a la contemplación y al recogimiento espiritual.
Las puertas del lugar están abiertas para todos quienes quieran vivir un momento de conexión espiritual, admirar el increíble edificio y su mística (¡un regalo para la arquitectura de nuestro país!) o simplemente ver la linda vista de la ciudad desde un lugar privilegiado. Todos los credos son aceptados, lo único que se exige es respecto, pues se trata de un lugar sagrado para los seguidores de esta religión. Porque en El Definido nos la jugamos por la libertad de credo y porque cada chileno tenga la opción de vivir su espiritualidad de la mejor manera posible, te invitamos a conocer este maravilloso lugar. El templo abre de martes a vienes, de 9:00 a 18:00 horas, y los sábados y domingos desde las 8:00 a las 20:00 horas.