*Esta nota fue publicada originalmente en 2016.
Christopher Pons, trabaja en el Club Deportivo de la Universidad Católica, y lleva algunos años en el cargo de director deportivo de competencias como Ironman de Pucón, y Doite Trail Run UC, que tiene lugar de partida en el mismo cerro que la competencia The North Face Endurance Challenge. Su experiencia en deportes outdoor es de hace años, y su rol como organizador de estos eventos lo tiene al tanto de los cuidados básicos que hay que tener al momento de subir un cerro o montaña.
Pons cuenta a El Definido, que el gran primer error es subestimar la actividad. “La gente subestima un poco, o mucho, el tema del cerro, y sobre todo el tema de la montaña. Lo ven como algo que es súper rápido llegar, y en un par de horas llegas donde se aprecia la pre cordillera”.
Según información de Carabineros, en promedio, en el cerro Manquehue (uno de los más populares en Santiago), se extravía una persona por semana. Y eso, que no está controlado ni contabilizado de forma permanente la cantidad de personas que suben diariamente.
Lo primero, es entender qué es el trekking o senderismo. Caminar por montañas, cerros, quebradas, valles, bosques, y hasta playas... lo que llama tanto la atención de esta actividad, son los paisajes que se pueden llegar a encontrar y apreciar, en especial desde las cumbres. Sin embargo, al igual que en varias otras disciplinas, existen diferentes grados de dificultad.
Muchas veces, las cosas más básicas se olvidan. Cosas tan obvias que solemos quitarles importancia, pero en un deporte de alto riesgo, como es el trekking o trail, es sumamente necesario seguir estos pasos. Aunque solo sea que quieras ir a subir un cerro una vez en tu vida. Christopher explica que lo primero es revisar el tiempo (clima), que habrá durante todo el día.
“Tú, sabiendo cómo va a estar, te puedes preparar mucho mejor para ver lo que tienes que llevar. Por ejemplo, si revisando eso te das cuenta que el clima no es favorable, que hay posibilidades de lluvia o vientos muy fuertes, es mejor cambiar la salida, postergarla, que arriesgarse, sobre todo si no se tiene la experiencia”.
Pero no solo hay que tener precaución si el día estará frío, también si es que será uno de aquellos de verano donde el calor es casi insoportable. Ambos extremos pueden significar un peligro para quien decida hacer trekking, si es que no se toman las medidas adecuadas. En el caso del calor, una deshidratación puede hacer que te desorientes o te desmayes, y mucho frío, está asociado a una baja visibilidad, principios de hipotermia, o quedarse atrapado en una neblina o lluvia intensa, perdiendo así el camino.
Una vez visto esto, tienes que ver la ropa que llevarás; si bien él nos explicó que depende de la comodidad de la persona, sí se recomienda llevar una chaqueta en caso de cambio de clima, pero algo muy importante, son las zapatillas que ocuparás.
Una suela muy lisa, hasta en un cerro pequeño, es peligrosa. De hecho, muchas veces, ni siquiera una zapatilla de running sirve al momento de evitar un deslizamiento brusco.
“El dibujo que tiene la suela, pasa a ser algo muy importante al momento que estas metido en el cerro, es verdad que son costosas, pero marcan la diferencia, esas zapatillas son para trekking y de trail. Si el camino es más liso o hay piedras, con unas de running te vas a deslizar”
La comida también es importante, si bien es bueno llevar comida para el trayecto e irse hidratando y tomando descansos, se debe tener comida de emergencia en caso de que el paseo por el cerro se alargue más de lo que se pensaba. Sándwich, galletones, frutos secos, frutas, etc., son algunas de las cosas fáciles de llevar.
“Siempre que vas a pre cordillera, con frío o con calor, tienes que tener un equipamiento básico, que va desde un camelback (bolsa para el agua) con un mínimo de dos litros de agua, un corta viento, una manta térmica (…) y un silbato”, dijo Pons.
Estos implementos no tienen un presupuesto tan alto. A pesar de que él recomienda un camelback, una mochila donde puedas poner botellas con los dos litros de agua, también funciona. Por otro lado, la manta térmica puede protegerte de un frío extremo y solo cuesta $5.000. “Esa manta térmica, en verdad te puede salvar la vida”, dijo Pons.
En el caso del silbato, puede costarte $3.000, y servirá mucho para orientar a las personas que te están buscando, en caso de perderte.
Christopher recordó la historia de un conocido del mundo del trail running, y amigo suyo, José Antonio Ruiz, quien sin esta manta térmica, no hubiera tenido la oportunidad de contar su historia. Ruiz había subido el Cerro Provincia varias veces, se conocía las rutas y senderos para llegar a distintos puntos del macizo. Este año, un domingo decidió subir, revisó el clima y era casi perfecto, despejado; salió con short y polera, agua, algo de comida y su manta térmica.
Subió y subió, ya estaba en el Cerro Provincia, cuando lo agarró una nube y perdió el 100% de la visibilidad. “Dijo, chucha, no sé dónde estoy. Siendo que era un gallo que subía siempre ese cerro”, contó Pons.
Tomó su celular y avisó que estaba en peligro, pidió rescate lo más rápido posible, y se largó a llover como nunca antes. Era una tormenta la que tenía encima, y por protocolo del personal especializado en rescate, no se puede subir en dichas condiciones, por lo que estuvo atrapado ahí durante dos días completos; el agua se le fue acabando, comida no le quedaba, y estaba en short y polera. ¿Qué fue lo que lo salvó? La manta térmica, que lo protegió de la gran helada de la que estaba rodeado. Cuando lograron rescatarlo, tenía síntomas de hipotermia, pero había logrado resistir.
“Lo que se recomienda para gente que no está muy metida en la actividad, es que parta en parques que estén concesionados y habilitados para el público”, dice Pons. Por ejemplo, el cerro Manquehue no está concesionado y no existe una correcta habilitación para el público; se pueden recorrer sus alrededores, pero llegar a la cumbre es más complicado de lo que se piensa, en especial en bajada.
Hoy en día hay cerros que están bien señalizados, que tienen información y señalética a lo largo de todo el trayecto, como para partir practicando esta actividad.
Un ejemplo en la capital es la Quebrada de Macul, en Peñalolén, donde no te dejan ingresar sin antes anotarte con nombre, apellido, Rut, número de teléfono, contacto de emergencia, y que indiques hasta qué punto llegarás, para así calcular un estimado de lo que te vas a demorar. Porque claro, también debes avisar cuando llegues sano y salvo a la base nuevamente. Como si eso fuera poco, te hacen anotar un número de celular al que debes avisar en caso de cualquier emergencia.
“Lo más importante es que las personas sepan identificar las capacidades que tienen, no van a ir a hacer un trekking de seis u ocho horas si no tiene experiencia. Para hacer cosas de ese tipo hay que prepararse progresivamente”.
Sirve mucho que al momento de ir subiendo, vayas anotando puntos de referencias, qué había, qué vista tenías (un edifico, o una casa, etc.), así podrás darte cuenta rápido si es que te perdiste o no.
Ya lo habíamos dicho, pero tener un celular cargado es sumamente importante. En caso de extraviarse o accidentarse, lo que se recomienda es no moverse del lugar, en especial si estás perdido. Volver a encontrar la ruta puede ser más complicado de lo que piensas, por lo que lo mejor es dar aviso de la situación y esperar un rescate.
“Es mejor quedarte ahí y pedir ayuda, que seguir avanzando y perderse más. Muchas veces las personas siguen avanzando pensando que encontraron la ruta, y finalmente hasta se complica la labor de la búsqueda de los especialistas”, dijo Pons.
Por estas mismas razones, es que no se recomienda subir solo, siempre acompañado de una persona que sepa más y que conozca las rutas que se van a tomar.