Es común escuchar que en Chile no existen proyectos relacionados al mundo de la ciencia, que los buenos científicos siempre migran a otras geografías en que se valora más su trabajo, se van a hacer el doctorado afuera y, finalmente, se quedan por allá. Sin embargo, este grupo de atrevidas chilenas decidió dar el paso en su propio territorio, creando un innovador proyecto a partir de la biotecnología, es decir, de la aplicación de la tecnología a proyectos biológicos, y lo hicieron en un campo que nos preocupa especialmente: la protección de nuestra piel contra los rayos UV, a los que estamos especialmente expuestos producto del agujero de la capa de ozono.

Un proyecto universitario que se convirtió en mucho más que eso

Carolina Canto, Gerente General de Kadewash e Ingeniera en Biotecnología, nos cuenta que el proyecto original nació en el ambiente universitario: “La idea nació en un curso de nanotecnología de la Universidad Andrés Bello, realizando un proyecto final en donde había que hacer uso de la nanotecnología en algún producto innovador. Buscando sobre partículas con potencial económico, nos encontramos con que existe un tipo que absorbe la radiación ultravioleta”.

Fue entonces que pensaron: ¿Qué tal si de alguna manera se pudieran adherir estas partículas a la ropa que usamos en el día a día? El uso de protector solar diariamente es muy poco frecuente, si se utiliza, la gente omite aquellas zonas que están cubiertas por la ropa, pensando que ésta protege su piel, lo que no es cierto; los rayos UV son capaces de traspasar los textiles y dañar la piel. Una forma eficiente en que las personas podrían protegerse del sol sería, entonces, mediante su ropa. ¿Cómo? Pues utilizando un aditivo para detergentes con protector UV.

La idea fue poco a poco madurando y finalmente elaboraron un proyecto que resultó atractivo para algunos inversionistas. En una primera instancia, recibieron el apoyo de su institución académica, la Universidad Andrés Bello y de Stgo LabSpace. Luego, a través de Start-Up Chile, recibieron gran parte del dinero que financiaría el proyecto. Entusiasmaron a la fundación Aplica tu Idea, de Copec, al Fondo de Desarrollo Institucional Unab y a algunos privados que creyeron en su idea. Así, a partir de una pujante motivación y de una creencia férrea en el proyecto, lograron juntar 37 millones de pesos, con los que estaban listas para lanzarse a la aventura.

El problema del cáncer a la piel en Chile

El gran problema del que este proyecto biotecnológico viene a hacerse cargo es el cáncer a la piel, una enfermedad que, de acuerdo a las últimas estadísticas, padecerá en el futuro el 10% de los chilenos.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la tasa de cáncer a la piel aumentó en Chile durante los últimos cinco años de 20 a 25 casos por cada mil habitantes, lo que nos resulta bastante aterrador. La zona del país que sufre más con la radiación solar excesiva es Antofagasta, “ya que hay una capa de ozono muy débil y la gente tiene poca resistencia al sol”, señala el subdirector médico asistencial del Instituto Nacional del Cáncer.

Kadewash

Frente a un problema de esta magnitud, Kadewash podría ser una solución bastante sencilla que, además, no necesitaría de ningún trabajo extra de parte del usuario. Lavas tu ropa, tal como lo haces todas las semanas y, además, quedas protegido contra los rayos solares. No obstante, siempre debes colocarte crema protectora en el rostro y sobre las zonas expuestas que no están cubiertas con tu ropa.

El producto final, llamado Kadewash, tiene un funcionamiento muy simple: el aditivo es capaz de intercalarse en las fibras de nuestra ropa durante el lavado. Así, cuando te expones al sol y los rayos pegan en tu ropa, son absorbidos por las partículas del aditivo con que fue lavada y no son transmitidos a tu piel.

El producto se ve muy atractivo, pero aún no está disponible en tiendas, pues están en etapa de prototipo y evaluando de qué manera lo van a comercializar.

El futuro de la biotecnología en Chile

Este proyecto, realizado por un grupo de científicas chilenas que creyeron en su idea y se la jugaron por sacarla adelant, nos demuestra que cuando se quiere, se puede. ¿Cuántas veces hemos visto a un grupo de chilenos llevando un proyecto científico más allá de las fronteras de un laboratorio, hacia el mercado? ¿Y más aún, a un grupo de mujeres científicas? Pocas veces, pero con este ejemplo, nos damos cuenta de que el espacio para crear e investigar efectivamente existe y así lo piensan también estas emprendedoras:

“Creemos que los emprendimientos basados en biotecnología están comenzando a generar un movimiento, los científicos estamos siendo capaces de abrir nuestra mente de manera de encontrar aplicaciones para la ciencia básica y crear productos que puedan generar cambios reales en la población”, es la afirmación de Carolina Canto.

De acuerdo a Carolina, la biotecnología tiene aún muchos usos que podrían ser de una gran ayuda en nuestro país; por ejemplo, mejorar ciertos frutos para que sean capaces de soportar las variaciones climáticas, tan en boga últimamente. Sólo falta quien crea en un proyecto y lo lleve a cabo con iniciativa; no miremos la falta de este tipo de proyectos en Chile como un fracaso, si no como una oportunidad para muchos que sí tienen ganas.

¿Usas protector solar en tu vida diaria?