Cada vez que nos compramos un agua, jugo o bebida, tenemos en nuestras manos una botella que rápidamente termina en un basurero y luego en un vertedero o probablemente en el mar. Millones se producen y muy pocas se reciclan (13%). Peor aún, estamos pagando de más por el contenedor, cuando sólo nos interesa lo que está dentro. Sin embargo, sigue siendo la forma más práctica de llevar el agua con nosotros, pues no siempre contamos con una llave de agua para saciar nuestra sed. ¿Cómo detener esta sobredosis de botellas plásticas sin perder la comodidad que ofrecen?
Natalia Rozas, diseñadora, junto al ingeniero Javier Gaete, ambos de la Universidad Católica, crearon una solución que no solo resuelve este grave problema, sino que ofrece una alternativa mucho más barata para calmar nuestra sed.
Hidropunto se llama esta máquina expendedora de distintos tipos de aguas purificadas, donde cada usuario lleva su propia botella y la rellena con la que quiera: gasificada, sin gas y con diferentes sabores. Por solo $300 pesos o menos, se puede llenar una botella de 500 cc. Es decir, por la mitad o un tercio del costo normal del mismo producto envasado.
La máquina Hidropunto. |
Una alternativa mucho más barata que lo que hoy ofrece el mercado, además de ecológica y en línea con la nueva ley de reciclaje (REP). En solo dos meses, una sola máquina aportó con cifras impresionantes: 5.010 botellas (500cc) reducidas, 2.027 kWh y 2.775 litros de agua ahorrados, en comparación con la producción normal de agua envasada. Su potencial es enorme.
Basta con llevar una botella plástica para llenarla y elegir la opción de sabor que más nos guste. El sistema ofrece la opción de purificar la botella previamente con ozono, en caso de que sea necesario, eliminando las bacterias dentro de ella.
La Hidropunto tiene un sistema de purificación de agua con 8 etapas, donde 7 de ellas están enfocadas en filtrar, siendo la de osmosis inversa la más importante al eliminar hasta un 95% de las impurezas y una enfocada en esterilizarla con UV+ozono.
Con esto ofrecen agua de igual calidad equivalente a la embotellada, pero más económica y sin usar envases desechables, además de funcionar con la máxima eficiencia energética. El valor es de $200 pesos para el agua purificada sin gas y $300 para la gasificada, la sabor manzana y la sabor limón-pepino, ambas endulzadas con sucralosa.
Por lo general, no es fácil encontrar lugares donde rellenar las botellas en la ciudad, hay que buscar baños para hacerlo y a muchas personas les da desconfianza hacerlo, indica Natalia. Contar con agua totalmente purificada a un precio más razonable, es una opción que podría llegar a cambiar nuestros hábitos de compra.
La máquina es un prototipo que se lanzó en la Facultad de Ingeniería UC y tuvo un impacto inmediato. A semanas de su estreno, varias facultades solicitaron su instalación, ya que la alternativa es altamente competitiva en un lugar donde las aguas cuestan entre $700 y $1.100.
"La reacción de la comunidad ha sido excelente, hemos recibido mucho apoyo. Todos nos han dicho que les gusta la iniciativa porque nuestro producto es rico, más barato y sustentable", señala Natalia.
Para los más curiosos, este sistema no es nuevo, existe hace más de 20 años, nos aclara Natalia.
La diseñadora se inspiró a partir de unas vacaciones en Tahiti, donde todo era carísimo y encontrar agua potable en la isla no era tan simple. Allí fue cuando vio una máquina dispensadora de agua purificada, pero para grandes cantidades (10, 5, 2 litros), pero que igual era considerablemente más barata que otras opciones para hidratarse. Así fue como se le ocurrió traer la idea a Chile.
"Es una invención antigua que se adaptó al terreno local, se aterrizó a lo chileno", comenta, agregando que por las condiciones locales, nuestra agua tiene alto contenido de calcio, por lo que hubo que diseñar una máquina especial.
La tecnología cuenta con el apoyo económico de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), a través de un capital semilla y hoy está buscando nuevos horizontes.
Natalia nos cuenta que hoy están testeando nuevas tecnologías para mejorar aún más la máquina, pero que en el segundo semestre de este 2016, planean mandar a fabricar 6 nuevas máquinas, para instalar algunas en las facultades de la Universidad Católica y otras en mall y el metro. De hecho, están en conversaciones con la compañía de transportes para estudiar su viabilidad.
Además, están investigando a mediano plazo, cómo utilizar la parte del agua que se elimina en el proceso de purificación, que serviría para regadío, lavado de veredas y calles. Esto es algo que deben acordar con las instituciones que acojan el servicio y trabajarlo en conjunto.
A largo plazo planean indagar en otros tipos de máquinas, que puedan aprovechar las aguas lluvias e incluso el agua de mar, nos dice Natalia. Las posibilidades son muchas y, como el agua es el recurso del futuro, es importante explorar en nuevas alternativas que además cuiden al medioambiente.