“Nadie es pobre. Pobre es el contexto donde la persona habita”.Este es el lema de Proyecto Propio, fundación que nace el año 2004 con el fin de desarrollar proyectos comunitarios a partir de las ideas de la propia comunidad. Su idea rectora es que la manera en que entendemos la pobreza determina la manera de abordarla y que por eso es necesario que los dirigentes y vecinos sean protagonistas del cambio y desarrollo de sus barrios. Es decir, como bien dice el nombre de la fundación, que ellos mismos decidan qué se quiere del barrio y que trabajen en conjunto para que ese cambio se produzca.

Proyecto Propio nació como una actividad universitaria, iniciativa de un grupo de jóvenes de distintas carreras y universidades. Hoy, 12 años después, ya se ha convertido en una fundación de gran impacto, con 28 personas trabajando a tiempo completo y con obras permanentes de Arica a Puerto Montt, donde a la fecha se han desarrollado cerca de 300 proyectos en los distintos barrios y con los propios vecinos. Además, ya cuentan con una empresa constructora propia y con una agencia comunicaciones, que les permite implementar los proyectosm además de gestionarlos.

Conversamos con Sebastián Cantuarias, ingeniero comercial, fundador y director ejecutivo, quien lleva casi 12 años a cargo de la fundación, para que nos contara cómo se trabaja con los vecinos y las claves del éxito de sus proyectos.

- ¿Cómo nace la idea de crear Proyecto Propio?

- Nos creamos el año 2004. Éramos un grupo de voluntarios con distintas vocaciones, de distintas carreras y universidades. Varios veníamos de Un Techo para Chile (hoy Techo) y teníamos la inquietud de que en Chile no había una organización que propusiera trabajar desde las ideas de los vecinos, desde la propia comunidad. En esa época la industria era súper asistencialista, de regalar cosas, y nosotros queríamos hacer algo disruptivo frente a eso. Así nació la Fundación que se llama Proyecto Propio, porque lo que queríamos y lo que hacemos hasta hoy, es meternos en una comunidad y a partir del trabajo con la comunidad levantamos los proyectos que se van a hacer. No tenemos un producto estandarizado de lo que ofrecemos, sino que ofrecemos gestión de proyectos, lo que salga del interés de ellos.

- ¿En qué sectores trabajan y quienes forman el equipo?

- Trabajamos entre Puerto Montt e Iquique. Somos 28 personas. No tenemos voluntarios, porque el trabajo que realizamos es de una expertiz técnica muy importante. Las juntas de vecinos tienen muchas reuniones para conversar con gente, entonces lo que tratamos es que el trabajo con nosotros sea súper concreto, de llevar a desarrollar proyectos que se puedan ejecutar, técnicamente viables, factibles, gestionados económicamente, entonces en ese camino hemos ido profesionalizando mucho el trabajo.

- ¿Proyecto Propio se encarga de la gestión de proyectos solamente?

- El corazón de nuestro trabajo es la gestión de los proyectos con la comunidad, pero también tenemos áreas donde nosotros implementamos. Creamos una empresa constructora y una agencia de comunicaciones. Cuando implementamos un proyecto y éste requiere de una estrategia de comunicación en el barrio, nuestra agencia la hace. Cuando desarrollamos un proyecto y hay que construir una obra, nuestra constructora lo hace, y tenemos una inmobiliaria que articula subsidios desde el Estado para la comunidad, que es una forma para que la comunidad pueda acceder a financiar los proyectos que necesita. Entonces, de este corazón que era como el diseño de proyectos con la comunidad, nosotros hemos ido generando empresas que nos permiten estar también en la implementación, porque el impacto se juega tanto en la etapa de diseño como en la implementación.

- ¿Qué tipos de proyectos han realizado?

-Los proyectos se agrupan en: proyectos de desarrollo productivo, que es cómo fortalecer a los comerciantes del barrio, las pymes, feriantes, almaceneros. Ahí generamos sinergia con ellos. Que se junten para negociar mejores precios de los productos que compran.

Lo otro es infraestructura de recuperación de barrio. Recuperación de espacios públicos, iluminarias, recuperación de fachadas, todo lo que tenga que ver con que el barrio mejore en su estado físico, por lo tanto impacta mucho en su plusvalía.

Por otro lado, están los proyectos de eficiencia energética, donde la comunidad levanta sus requerimientos respecto a emisiones, a contaminación y desarrollar proyectos que permitan la mejora de condición de vida de las familias.

- ¿Algún proyecto favorito?

- Uno de los proyectos más bonitos que hemos hecho es el de la Isla Mocha, que fue afectada por el tsunami del 2010. El municipio de Lebu no tenía la capacidad para hacerse cargo de la reconstrucción y el Ministerio de Vivienda recurrió a nosotros. Así articulamos el diseño del proyecto, la gestión de las políticas públicas, y junto a la Armada realizamos el traslado de 10 mil toneladas de material a la isla, instalamos oficina y gente en la isla y construimos las viviendas con los mismos mochanos, que son pescadores. Entonces fuimos generando las capacidades para que ellos pudiesen ser constructores además. Fuimos el brazo operativo del municipio, fue muy lindo.

Los proyectos los deciden los vecinos

La clave de Proyecto Propio es que el desarrollo del barrio sea decisión de los vecinos, que ellos propongan qué proyectos hacen falta, en qué sectores hay que mejorar la infraestructura, qué pymes potenciar, dónde realizar plazas, etc. Porque nadie conoce el barrio mejor que ellos. Por ende, nadie conoce las carencias como sus propios habitantes. El equipo de Proyecto Propio actúa como un acompañante del proceso, porque aquí los protagonistas son los vecinos.

- ¿Cómo llegan a las comunidades y con quiénes trabajan?

- Trabajamos directamente con las municipalidades. Muchas veces los municipios no tienen la capacidad para realizar los proyectos y nosotros se los hacemos. Somos un buen vínculo entre municipio y comunidad. Nos metemos en una comunidad y nos vinculamos con los dirigentes formales, presidentes de la junta de vecinos y de las organizaciones comunales formales de la comunidad, y también con líderes informales, que está lleno; como la persona del barrio que la lleva, que es bien movida, pero que no tiene ningún cargo. Nosotros hacemos un trabajo súper inclusivo, donde puede participar cualquiera, hacemos hartos talleres para que la gente entienda lo que estamos haciendo. No nos concentramos sólo en un dirigente. Entre más inclusivo es el proyecto, más potente.

- ¿Cómo determinan el proyecto a trabajar?

- El foco nuestro es que el proyecto lo escoge la comunidad. Nosotros nos metemos en una comunidad y ni siquiera les damos un ejemplo de lo que hemos hecho. La necesidad sale de ellos y claramente que esa idea tiene que ser factibilizada, técnicamente posible, tiene que ser inclusiva. Proyectos inteligentes y comunitarios que permitan que el territorio se desarrolle y tire para arriba respecto a su plusvalía, condiciones de vida, organización. Son proyectos largos, pero de gran impacto, nos metemos en temas de alcantarillado, iluminación, en recuperación de espacios tomados por microtraficantes, en reconstrucción de vivienda, etc.

- ¿Cómo los financian?

- Una parte de nuestro financiamiento son políticas públicas y otra parte son programas de RSE que tenemos con empresas. Como fundación no recibimos donaciones, porque nos gusta mucho la idea de ser independientes.

También trabajamos con (la red de financiamiento colaborativo) Cumplo, lo que nos ha permitido acceder a una red importante de inversionistas que ha creído en los proyectos que hemos desarrollado, permitiéndonos que muchas de las carteras de proyectos tengan financiamiento para trabajar. Lo más bonito de Cumplo es que hemos accedido a una red grande de personas, son más de 400 personas que no conocemos, que han invertido en nuestros proyectos, personas que se acercan e interesan por nuestro trabajo y que finalmente creen en nosotros. Ha sido una experiencia súper bonita.

La importancia de las palabras

El enfoque de trabajo de Proyecto Propio, excluye las visiones estigmatizadoras y segregadoras respecto de quien vive en un contexto de pobreza, no sólo desde las formas de nombres a las personas, sino también, respecto de cómo se retratan en fotografías, cómo se refieren a ellas con un nivel metodológico, entre otras aristas.

- ¿Cuál es la clave para trabajar codo a codo con los vecinos?

- A la comunidad no le hablamos de necesidades, hablamos de intereses. Intentamos sacar el foco del petitorio de cosas e ir a mirar el desarrollo. Nos sentamos a decir: dónde estamos, dónde nos gustaría que estuviera el barrio, qué barrio queremos heredarle a nuestros hijos y en base a eso, qué proyectos nos hacen falta. No los situamos en el petitorio actual, sino que los incentivamos a mirar hacia adelante.

Hablamos de que los vecinos son los expertos del barrio. Nuestros profesionales, por muy ingenieros que sean, por ejemplo, no saben cómo son las dinámicas del barrio, lo que es vivir ahí; entonces consideramos al dirigente un experto del barrio. Juntamos a los expertos del barrio con los expertos en técnica nuestros, entonces ahí nacen los proyectos de más alto impacto.

- Su definición de pobreza es: “Nadie es pobre. Pobre es el contexto donde la persona habita”. ¿Qué tan importante es el lenguaje para ustedes?

- El lenguaje es fundamental. Es una manera distinta de mirar a las personas, ponerlos en otra posición. Hay mucho trabajo nuestro ligado al lenguaje, en cómo nombras a las personas, cómo construyes realidad a partir del lenguaje en la intervención social, es algo que nos importa mucho. Es el corazón de la agencia de comunicaciones. Cómo a partir del lenguaje articulas relación con el otro. Por ejemplo, nosotros no hablamos de pobladores, hablamos de vecinos. No hablamos de pobres, hablamos de contexto de pobreza. No hablamos de beneficiarios, hablamos de personas participantes. Intentamos mantener un lenguaje donde al otro se le pone valor y la comunidad reacciona muy bien ante eso, se genera un vínculo bien entretenido, porque se sienten valorados.

Las claves para el desarrollo

Sebastián nos cuenta que uno de los principales factores para el éxito de un proyecto es que las personas se involucren activamente y que los dirigentes se empoderen. Y para que el desarrollo del proyecto perdure es necesario cuidar el entorno, invertir en espacios comunitarios, etc.

- ¿Qué es lo más difícil de trabajar codo a codo con las comunidades?

-La carencia más grande es la organización de los vecinos. Estamos en un momento del país en el que la gente no se organiza, no participa. Facebook y Twitter han ido ocupando el espacio de participación, entonces la gente está todo el día poniendo "me gusta", pero no va a las reuniones, no participan de la junta de vecinos. Entonces lo que pasa es que no se cuenta con los suficientes dirigentes para empujar un proceso de desarrollo y no lo podemos hacer sin ellos. Esto falta tanto en la comunidad rural como en la urbana. Faltan más dirigentes empoderados y responsables.

- ¿Qué hace que un proyecto sea exitoso?

- Hay dos cosas que influyen, uno: que exista una contraparte social en la comunidad que sea responsable y empoderado, y lo otro, es que hemos aprendido a desarrollar proyectos que sabemos que saldrán adelante y no trabajar con el realismo mágico del “creemos que lo vamos a lograr”. Somos súper exhaustivos y críticos en saber qué proyectos vamos a poder desarrollar y cuáles no, y en la mayoría llegamos a puerto con ellos.

- ¿Cuándo un barrio logra salir de esta pobreza?

- El barrio sale de la pobreza cuando está lo suficientemente articulado con los recursos del entorno, para poder desarrollar proyectos autónomamente. Cuando los almaceneros del barrio logran comprar a buen precio y poder competir con los supermercados que se les instalan. Cuando las viviendas no se deprecian, porque tú obtienes una vivienda social en un barrio que vale 20 millones de pesos y 5 años después vale 10 millones de pesos, porque el barrio se va empeorando, se llena de gente, entonces pierde valor. Las viviendas sociales son las únicas viviendas que tienen desvalía y no plusvalía, entonces este es un indicador súper interesante de pasar de un contexto de pobreza a un foco de desarrollo: que la vivienda no se devalúe. Que sea un activo que puedas heredarle a tus hijos, que sea un patrimonio. Eso se logra con organización, con mejorar la infraestructura, el entorno, con eliminar el microtráfico, y se puede hacer, lo hacemos.