Los puntos turísticos "imperdibles" de nuestro territorio, se convirtieron precisamente en eso, cuando algún viajero decidió hacer una parada en un lugar poco conocido que resultó ser, ecológica, gastronómica o patrimonialmente hablando, una joyita. Resultado del boca a boca, atrajeron visitantes, negocios, prensa y terminaron en las portadas de nuestras guías turísticas, volviéndose un destino obligado para cuando se decide recorrer el país. Así pues, esos destinos turísticos ya consolidados tienen bien ganada su fama, pero... ¿Cuándo nos damos nosotros el tiempo y trabajo de salir a descubrir un lugar nuevo y volverlo un imperdible? Alguien nos adelantó ese trabajo. 

Tras pasar una prueba de selección basada en que aportaran una oferta distinta al turista, ya fuera por su naturaleza, gastronomía o patrimonio, pero por sobre todo, que la comunidad tuviera las ganas de convertirse en un atractivo turístico y la voluntad de trabajar por eso, el Servicio Nacional de Turismo (Sernatur) escogió 10 destinos para potenciar turísticamente: Ollagüe (Antofagasta), caleta Los Hornos (La Serena), Matanzas (O'Higgins), Romeral (Maule), Quinchamalí (BioBío), Laraquete (Biobío), Caleta Queule (La Araucanía), Chaihuín (Los Ríos), Contao (Los Lagos) y Villa Punta Delgada (Magallanes). 

El director de Sernatur, Daniel Pardo, asegura que esta selección es sólo el punto de partida para potenciar "diamantitos en bruto" y poder levantar el turismo en las regiones. El primer paso concreto por parte de la institución para ayudar a dar a conocer estas localidades, es haberlos escogido como parte de "los 10", pero hay más.

¿Daniel, cómo más van a ayudar a poner a estos pueblos en el mapa?

Queremos llevar la difusión a algo un poquito más potente, como puede ser un plan de promoción de cada uno de esos destinos y por eso lo que hemos hecho son inversiones en 'folleterías' que ponemos a lo largo de Chile, en nuestras oficinas de información turística. Probablemente saquemos un nuevo folleto y es lo que estamos trabajando con los pueblos emergentes. 

Después está la capacitación: Muchos de estos pueblos seleccionados son caletas pesqueras, por ejemplo, y hacen actualmente paseos en bote para los turistas. La idea es que también podamos trabajar con ellos para que aprendan a dar un servicio turístico que no necesariamente es lo que están acostumbrados, porque son pescadores, artesanos y esas capacitaciones las vamos a hacer a través de seminarios en esos destinos. Lo más importante al final del día es que no nos quedemos sólo con los destinos ya posicionados.

¿No son lugares con infraestructura para convertirse en un destino turístico ¿A qué público están dirigidos?

Hay algunas excepciones que están un poquitito más avanzados que otros, que tienen cabañas, alojamiento, otros son para paseos por el día, pero la verdad es que son para todo tipo de público, para disfrutar sobre todo el tema gastronómico. Buscamos ir reconociendo cuáles son los potenciales de desarrollo de cada uno. Está enfocado en que el turista vaya, experimente, los lugareños los reciban y vean que este plato no gusta tanto, que este otro más, lo mismo con los paseos y en esa línea se va perfeccionando un destino turístico. Necesitamos llevar gente para que, a punta de prueba y error, se potencie el turismo.

Uno va por partes, dependiendo del grado de madurez del destino. Siempre empezamos con turismo intrarregional, después interregional y después eventualmente nacional e internacional

¿Cuál es el patrón común de los pueblos escogidos?

Yo diría que más bien tiene que ver con algo intangible que son las ganas de empezar con el turismo desde el punto de vista de lo que tienen que ofrecer con sus recursos productivos. Todos son atractivos a partir de lo que hacen comúnmente como actividad productiva, como artesanía o pesca, el tema es cómo eso se convierte en un producto turístico y eso es lo que queremos alinear. ¿Cuál es el patrón común? Yo diría que efectivamente son lugares distintos, con cercanía y por lo tanto conectividad para que los turistas puedan llegar y con muchas ganas. Además todos tienen un tipo de gastronomía característica. 

¿Cuál es la meta a corto plazo?

Nosotros tenemos metas en la Estrategia Nacional de Turismo, en la que contamos con una línea de acción de 46 puntos, uno de los cuales es levantar nuevos destinos y dentro de esos hay una meta de determinarlos y potenciarlos. Va en esa línea, no va particularmente en la cantidad de turistas, si no que Sernatur pueda empezar a entrar y apoyar a nuevas localidades y obviamente va a depender de los recursos de los que podamos disponer.

Un destino se desarrolla sólo a través de un apoyo público-privado y lo que esperamos es justamente eso: Que a partir de estas intervenciones definamos una línea para levantar cada vez más pueblos y que se sumen a esta red de destinos de Chile.

Alojamientos confortables (y sustentables)

La semana pasada se dio el vamos a una iniciativa que se está utilizando en varios países y que ya aterrizó en Chile: Sello verde en los destinos turísticos. Los visitantes que vienen a conocer nuestra naturaleza como producto estrella, alojar, comer, transitar, lo harán en medios que cuiden el medioambiente, aunque esto encarezca el viaje. Según Daniel Pardo, director de Sernatur, el 34% de los alemanes está dispuesto a pagar más por una empresa sustentable frente a otra que no lo es.

Con el sello verde se busca fomentar y motivar a que los empresarios generaren buenas prácticas de sustentabilidad para desarrollar nuestra faceta de destino verde. Como parte del plan, seis hoteles fueron distinguidos con el sello: Dos en la Región Metropolitana, dos en la Región de Valparaíso y dos en la Región de Los Lagos.

"Tenemos que tener esa visión de futuro, cuidar nuestros recursos naturales porque eso es lo único que va a permitir que la industria pueda crecer y perdurar en el tiempo. El sello verde lo que hace es una primera línea de trabajo, específicamente con los servicios de alojamiento turísticos, donde se han establecido más de 60 criterios, que incluyen consumo energético, auto sustentabilidad, manejo de residuos sólidos y una serie de factores en las tres líneas de la sustentabilidad que son la económica, medioambiental y social", comenta Pardo.

Si un servicio de alojamiento quiere contar con el sello debe ingresar al sitio web de sustentabilidad, autocalificarse según los criterios que se piden y postular. Sernatur revisa posteriormente si efectivamente existe el potencial y luego el lugar de alojamiento debe contratar a un inspector que verifique la información y envíe un informe a la institución gubernamental. Si pasa la prueba, consigue su sello. 

"No es tan complejo como suena el proceso. Tiene que ver con que la implementación del hotel esté bien hecha y por eso hemos creado tres niveles. El nivel uno es de 45 a 65 por ciento de cumplimiento sobre los 60 criterios, el nivel dos de 65 a 80 por ciento y el nivel tres, sobre 80%. Eso hace que haya un incentivo a mejorar... Es difícil si uno apunta sólo al nivel tres, porque significan inversiones y creemos que este modo gradual es la manera de seguir motivando a que hayan más", concluye Pardo.

La meta para este año impuesta por Sernatur, es que 75 servicios de alojamiento cuenten con el sello verde en sus puertas. A pesar de ser un objetivo agresivo, según ellos mismos admiten, están confiados en que lo lograrán, porque los empresarios quieren competir con otros destacando sus atributos, en este caso particular, el de la sustentabilidad. 

¿Conoces alguna de las localidades que serán potenciadas?