María Paz Wolleter (26) y Cristina Ossa (27) son amigas desde que estaban en el colegio. Ambas están ligadas a la educación. María Paz es pedagoga en educación básica y Cristina, educadora de párvulos. Desde chicas soñaban con hacer un tipo de colegio o instituto donde pudieran usar sus propias ideas, sin tener que seguir tantas reglas.
Este año lo llevaron a cabo. Se lanzaron a la piscina y crearon su propio instituto: I Like English!, donde lo esencial es aprender a través del juego y donde los niños pueden comenzar a adquirir los primeros conceptos de inglés, pero pasándolo muy bien.
"Este verano, conversando una tarde cualquiera, empezamos a imaginar cómo sería nuestro propio instituto. Eran sólo ideas sueltas de actividades, del lugar, etc. Pero con las horas ya iba tomando forma hasta que llegamos a ponerle un nombre", cuenta Cristina.
El nombre del instituto está inspirado en el libro de texto con el que durante toda su infancia aprendieron inglés en el colegio. Pero como cuentan las dos jóvenes, la experiencia busca estar lo más alejada a los libros posible.
"Primero partimos conversando sobre la idea de hacer clases particulares, pero en grupos chicos y de forma más dinámica. Después nos preguntamos, ¿Qué es lo que de verdad está haciendo falta hoy en día en la educación y cómo podemos ayudar en eso?", asegura María Paz.
La respuesta fue: el inglés. Aprender idiomas te hace, literalmente, más inteligente. Distintos estudios lo sugieren. Y no sólo eso, sino que también te ayuda a aprender herramientas de multitasking, a combatir enfermedades como el Alzheimer y la demencia y también te ayuda a mejorar la memoria.
"Podemos decir que el inglés es una herramienta fundamental para insertarnos en el mundo laboral, que nos da más posibilidades de trabajo y que nos abre más oportunidades en la vida. Todo eso es cierto, pero lo que nosotros queremos lograr es que los niños agarren el gusto por aprender inglés, que tengan la curiosidad por saber más y que más adelante, gracias a lo que aprendieron desde chicos, les sea más fácil seguir aprendiendo. Estamos acostumbrados en el colegio a que nos enseñaran distintas cosas sin saber por qué teníamos que aprenderlas. Hoy en día es importante que los niños entiendan la importancia y la necesidad que tiene aprender ciertas cosas. En nuestro instituto queremos que ellos logren motivarse por saber inglés y que disfruten de la experiencia de ir aprendiendo", dice Cristina.
Lo que explica Cristina está probado científicamente. Desde a más temprana edad se empiece a estudiar inglés, será más fácil imitar el acento. También porque está comprobado que los niños disfrutan de aprender. No les interesa si una actividad los ayudará a mejorar sus habilidades cognitivas o motoras, ellos sólo quieren pasar un buen rato. También, a diferencia de muchos adultos, probarán cosas sin preocuparse necesariamente si son correctas o no y esto aplica al lenguaje. Los niños están más dispuestos a mostrarle a otros estudiantes y adultos sus nuevas palabras y vocabulario.
"Los niños hasta los tres años absorben cualquier idioma como si fuera el propio. Mientras más grandes están, más conciencia tienen de las reglas y formas de hablar en su idioma nativo, lo que les dificulta más aprender un nuevo idioma. Cuando son más chicos, les sale más natural hablar un idioma desconocido, incluso inventan palabras para poder decir lo que están pensando. Hasta los nueve años los niños absorben un segundo idioma sin mayores problemas, después viene lo que se llama el “critical point”, que es el punto donde ya son consientes de las reglas y estructuras que conforman el idioma nativo haciéndoles más complejo el aprendizaje del segundo", explica María Paz.
- ¿Por qué el juego es una buena herramienta para enseñar algo?
"El juego en sí, es una instancia entretenida de risas y de pasarlo bien. Educar a través del juego implica generar aprendizaje significativos para los niños, en que ellos, a partir de un momento lúdico, estén aprendiendo algo. Es importante tener en cuenta que los juegos deben ser acordes a la realidad y contexto en que se encuentran los alumnos, para que de esta forma se cree un aprendizaje con sentido", cuenta Cristina.
El taller está enfocado en niños de 3 a 7 años y su principal objetivo es reforzar y desarrollar las habilidades de comunicación oral en el idioma inglés, a través de la música, la literatura, los movimientos y el arte.
En este caso se realiza una vez a la semana de 15:30 a 17:00. Cuando todos los niños llegan, se comienza con la rutina diaria o, como dicen estas educadoras, la "daily routine", en la que se cantan diferentes canciones para aprender cosas como: en qué día de la semana estamos, la estación del año, el clima del día y el tema general que se estará aprendiendo. Todo esto a través de imágenes y canciones. Aquí es donde se desarrolla la comunicación oral a través de la poesía, los cantos y la rima.
Después se comienza la clase del día recordando lo que aprendieron hasta el momento. Cristina y María Paz cuentan que, por ejemplo, el último tema que vieron fueron los animales de la selva. Para eso usan imágenes reales de distintos animales, realizan juegos y cantan canciones, poniendo mucho énfasis en la repetición y los gestos. La idea de esta actividad es adquirir un nuevo vocabulario a través de imágenes.
"Hemos podido notar que los niños disfrutan mucho en las clases. Les encanta bailar, cantar y escuchar cuentos. Una de las cosas más reconfortantes para nosotras, es ver cómo se sorprenden con lo más mínimo. Todo les parece algo increíble y la curiosidad es algo que llevan dentro. Por los comentarios de sus mamás también hemos sabido que lo pasan bien y que algunos llegan cantando las canciones a sus casas", cuenta María Paz.
Las educadoras cuentan que, de a poco, incluso los niños se van acostumbrando a la rutina de asistir a clases extra todos los lunes. Por ejemplo, una de las mamás les comentó que su hija, luego de varias clases, ya tenía asociado que los lunes al llegar del jardín "sólo tenía un rato chico para descansar" porque después le tocaba su curso de I Like English!.
A las 16:10 hay un recreo de 10 minutos "para que salgan al patio a jugar y correr un rato". Según estas dos educadores, siempre es bueno que los niños se estén moviendo y cambiando de lugar y postura para que no se aburran.
Al volver a entrar a clases comienza una instancia en donde los alumnos trabajaran en sus mesas con un material concreto. A esto se le llame el Table Time.
Por ejemplo, para la temática de "animales de selva" cada niño eligió su animal favorito e hicieron máscaras que luego se llevaron a sus casas.
Los últimos diez minutos se utilizan para bailar con canciones que tengan mucho movimiento. "Los niños aprenden bailando y además van relacionando las palabras con distintas acciones. Esto es lo que llamamos TPR (Total Physical Response), una estrategia para que los niños aprendan a través del movimiento", explica Cristina.
También tienen una hora del cuento o Story Time, para trabajar la habilidad de escuchar y trabajar distintas estrategias de comprensión lectora y los llamados Role Play donde, a través de dramatizaciones, se busca trabajar en su comunicación oral.
María Paz y Cristina cuentan que los padres demuestran mucho interés por lo que le están enseñando cada lunes a sus hijos y también en cómo lo hacen. Para ellas este punto es clave, ya que mientras más se involucren los padres en este proceso educativo, mejor será el resultado. Por lo mismo les envían un mail mensual contándoles qué están aprendiendo, para que así en sus casas puedan seguir reforzando y seguir aprendiendo. También están recopilando todas las canciones que utilizan en el taller para hacer un CD que cada niño lleve a su casa y escuche cuando quiera.
"Considerando que el taller es sólo los lunes, es bueno que los niños puedan tener acceso al inglés durante la semana para que vayan reforzando. Y qué mejor que sea en contacto con su propia familia", explica María Paz.
-¿Qué es lo más desafiante en este proceso?
"Hasta ahora podemos decir que nos queda mucho por aprender. Todo se ve tan sencillo en la teoría, pero la prática es la que realmente nos da la experiencia. Lo más importante es tener todo bien planificado clase a clase, que los niños noten nuestro interés por enseñarles y por hacerlo lo mejor posible. La improvisación no es una opción. Esta demás decir que la disposición y las ganas de hacerlo son esenciales, si una de las dos se desmotiva o parece estar más cansada, se contagia fácilmente", cuenta Cristina.
A cada alumno se le cobra una mensualidad, que se utiliza para pagar el arriendo de la sala y para comprar los materiales necesarios. Las clases se realizan todos los lunes de 15:30 a 17:00, para niños de 3 a 7 años. Si quieres obtener más información puedes contactar a María Paz y Cristina en el mail i.like.english.institute@gmail.com.
Por el momento las clases sólo se realizan en la comuna de Lo Barnechea, pero es un buen ejemplo de cómo los mismos padres y profesores de diferentes instituciones pueden empezar a reforzar distintos idiomas de manera entretenida a los niños.
¿Te gustaría que tus hijos aprendieran inglés de manera similar? ¿Crees que se pueda aplicar este sistema a toda la educación?