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¿Cómo era el rostro de Diego Portales? El Museo de Cera de Las Condes podría dar algunas claves

El Museo de Cera de Las Condes ha generado más de una polémica. Una de corte más histórico tiene que ver con el aspecto físico del icónico ministro del siglo XIX, Diego Portales. ¿Era calvo?, ¿rubio?, ¿sonriente o más bien serio?, ¿qué es lo que reveló el hallazgo de sus restos?

Por Diego Escobedo | 2019-08-07 | 07:00
Tags | diego portales, rostro, museo de cera, reconstrucción, escultura
“Nunca se supo realmente el rostro de Diego Portales. No había fotografías, y todo el mundo se basaba en su hermano para las pinturas. Y en la mayoría se ve de ojos claros y medio rubio. Revisé varias pinturas, y el billete de 100 pesos. Fui buscando un patrón, los detalles que más se repiten, y el resultado salió así” (Rómulo Aramburú, escultor del Museo de Cera de Las Condes)
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Por estos días, el alcalde Joaquín Lavín ha aparecido en los medios mostrando la nueva atracción turística de Las Condes: el Museo de Cera, el cual reúne esculturas de distintos personajes considerados por sus creadores como notables para la historia y cultura pop de Chile; desde próceres de la patria a personajes de la farándula.

Aunque logró capturar la atención del público, han sido constantes las críticas y burlas a estatuas de personajes como Stefan Kramer, Gabriela Mistral o Lucho Jara, por el poco parecido que algunos consideran que guardan con los personajes originales. Caso aparte es la del ministro Diego Portales. Varios se habrán dado cuenta que su cara no se parece a la del viejo billete de 100 pesos. En el Museo de Cera se le representa rubio, de ojos verdes y con una frente bastante amplia. Pero el artista no se equivocó… o no tanto, por lo que sabemos.

Antiguo billete de 100 pesos con la efigie de Portales/Billetes y Monedas

Estatua de Diego Portales en Museo de Cera de Las Condes/Diego Escobedo

En El Definido conversamos sobre este tema con Rómulo Aramburú, el cuestionado escultor detrás del museo, y esto es lo que nos dijo.

¿Y quién fue el caballero del ex billete de $100?

Diego Portales (1793-1837) es uno de los personajes más tratados por los historiadores. Aunque no fue presidente, muchos lo señalan como el político que organizó la república tras la independencia. Para algunos un estadista y para otros un tirano, en torno a su figura se teje el mito del “Estado Portaliano”, del gobierno fuerte, centralista y autoritario, tan característico de parte importante de nuestra historia.

Su vida fue breve pero muy intensa. Trabajando junto a su padre en la Casa de Moneda, este hijo de aristócratas desarrolló su vocación por el comercio y los negocios, lo que combinó con su ímpetu político. Consideraba que había que dejar caer "el peso de la noche" sobre los ciudadanos, para que así pudiesen desarrollarse los negocios particulares, privilegiando el orden por sobre las libertades. Y esto fue precisamente lo que recogió la Constitución de 1833.

Fue ministro del interior, relaciones exteriores, de guerra y marina, purgó el ejército y tomó medidas represivas contra el bandidaje. Le tocó organizar la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana, generando rivalidades con los liberales e incluso con partes del ejército. A causa de ello, el 3 de junio de 1837 y mientras pasaba revista al regimiento Maipú en Quillota, fue secuestrado y luego asesinado.

Un cuadro basado en el rostro de su hermano

Lo que sucede, es que no hay cuadros que se le hayan hecho a Diego Portales en vida. Como murió fusilado, su rostro quedó desfigurado, y el artista que contrató el gobierno para retratarlo, un italiano llamado Camilo Domeniconi, se basó en Miguel Portales, uno de sus hermanos, para dibujar el retrato que todos conocemos.

Pintura póstuma de Portales hecha por el artista italiano Camilo Domeniconi/Wikipedia

“Nunca se supo realmente el rostro de Diego Portales. No había fotografías, y todo el mundo se basaba en su hermano para las pinturas. Y en la mayoría se ve de ojos claros y medio rubio. Revisé varias pinturas, y el billete de 100 pesos. Fui buscando un patrón, los detalles que más se repiten, y el resultado salió así”, afirma Rómulo a El Definido.

La imagen del cuadro de Domeniconi fue el único referente que tuvimos durante casi dos siglos.

¿"El verdadero" rostro de Portales?

Para colmo, durante mucho tiempo tampoco supimos dónde se encontraba el cuerpo de Diego Portales. Una vez que se le realizó la autopsia de rigor, su cuerpo fue embalsamado y su corazón fue extraído y enterrado en el Cementerio N° 1 de Valparaíso. El resto de su cuerpo fue trasladado a Santiago. Dado que Portales murió dejando muchos enemigos en el camino, se optó por enterrarlo en un lugar secreto.

Afortunadamente, sus restos fueron redescubiertos en la Catedral Metropolitana durante obras de remodelación en 2005, y a partir de ahí se hizo un estudio forense, liderado por el médico cirujano Pablo Olmos, para reconstruir su rostro.

Cadáver momificado de Diego Portales siendo examinado por especialistas forenses.

La investigación fue recogida en el libro El verdadero rostro de Portales, publicación escrita por Olmos en colaboración con los historiadores Bernardino Bravo, Sergio Carrasco y José Díaz Bahamonde, donde aparecen varios datos interesantes. Por ejemplo, que Portales medía 1,75 cm. (alto para la época, aunque no se aprecia en la estatua, donde figura sentado); tenía ojos azules (en el museo son verdes); y lo más curioso de todo, usaba bisoñé (peluca parcial).

Según describe el libro, en su cuerpo momificado se encontró una peluca que cubría una incipiente calvicie. Ya en una carta de 1832, el mismo Portales se reconocía como “un joven [en ese entonces de 39 años] que no tiene todavía 10 mil canas en la cabeza, y cuya calva no alcanza a ocultar el espacio de una mano”.

Dos años después, le encarga al diputado Antonio Garfias “que me mande a hacer una peluca como la de Estanislao Portales, pero no la quiero con resortes, sino con candado”. Detalle que el artista respetó, la estatua tiene escaso cabello, pero largo y peinado hacia el lado.

A diferencia de Aramburú, el libro de Olmos es más tajante con sus resultados. “El verdadero rostro de Portales es el que corresponde al ahora publicado aquí […] y que no es resultado de simples parecidos o de idealizaciones, como las hasta ahora conocidas”.

Portada del libro "El verdadero rostro de Portales" con la reconstrucción digital hecha por el equipo del Dr. Pablo Olmos.

¿Chacotero o seriote?

Quizás la diferencia más notoria entre el artista y el médico, es en la emoción que revela la representación que se escogió: la reconstrucción digital hecha por Olmos muestra a un Portales sonriente, según explica en el libro, acorde con el carácter dicharachero y picaresco del ministro. Aramburú, en cambio, optó por retratarlo serio.

“Él nunca trató bien a las mujeres. Nunca quiso reconocer los hijos que tenía. Ahí tú tienes que reconocer el personaje, la personalidad. Yo no iba a hacer un personaje riéndose, sino uno calculador. Por eso que causan tanto revuelo los personajes que están en el museo. Casi todos tienen una visión diferente de las personas, que choca con la que pueda tener yo”, precisa el escultor.

Según lo que dice el historiador Alejandro San Francisco, casi ningún historiador chileno ha resistido a la tentación de escribir algo sobre el polémico ministro Diego Portales. Hoy volvemos a hablar de él, pero esta vez por un asunto más superficial: su aspecto físico. En Venezuela, la reconstrucción forense del rostro de Bolívar obligó a cambiar varios textos escolares, y si bien aquí el tema aún no ha causado revuelo, podemos comenzar a preguntarnos por la fidelidad de las imágenes de nuestros próceres que han acompañado toda la iconografía que conocemos: billetes, estatuas de plazas, cuadros y representaciones en libros escolares. ¿Cuán reales serán?

¿Te interesa conocer el verdadero rostro de nuestros personajes históricos?

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