La mañana del 11 de abril, el gobierno de Lenin Moreno autorizó la entrada de la policía británica a la embajada de Ecuador en Londres para efectuar el arresto de Julian Assange. El arresto del ciudadano ecuatoriano desde 2017 (nacido en Australia), se produjo después de siete años de asilo por parte del Gobierno de Ecuador, durante los cuales residió permanentemente en el edificio de la misión diplomática. La situación representa el gran distanciamiento entre el expresidente Rafael Correa y el actual presidente Lenin Moreno.
¿Por qué las implicancias internacionales de este arresto son tan complejas? En el Definido, te contamos sobre el polémico caso de Julian Assange.
Nacido en la costa noreste de Australia en 1971, Julian Assange tuvo una infancia difícil. Hijo de una madre casada y divorciada en varias ocasiones, pasó sus años formativos de ciudad en ciudad y de escuela en escuela. Durante su adolescencia, desarrolló una pasión y un talento por la informática y los computadores. Desde entonces, el joven Julian se ha dedicado a un particular tipo de activismo cibernético en nombre de la transparencia, que le ha costado numerosos problemas con la justicia.
En 1994, Julian Assange fue acusado de hackeo a computadores y cuentas de gobierno por parte de las autoridades australianas. A pesar de que en esta primera ocasión se liberó de una sentencia mayor, la carrera del polémico activista ya había comenzado.
En 2006, Assange y un grupo de compañeros fundaron un portal noticioso, WikiLeaks, que se dedica a publicar materiales confidenciales, en su mayoría filtrados de agencias de gobierno a nivel internacional. En ocasiones, WikiLeaks ha trabajado en conjunto con algunos de los más grandes periódicos del mundo, como Le Monde, The New York Times y El País, pero mayormente Assange obtenía, verificaba, editaba y publicaba sus propios contenidos.
Según las acusaciones que pesan contra el jefe de WikiLeaks en los Estados Unidos, en 2010 Assange instigó y asistió al analista de inteligencia del ejército estadounidense, Bradley Edward Manning (actualmente Chelsea Elizabeth Mannig, pues es transgénero y hoy vive como una mujer), a quebrar códigos del Departamento de Defensa de los Estados Unidos para robar informes sobre las guerras en Irak y Afganistán. Dichos informes, que fueron eventualmente publicados vía WikiLeaks, contenían mensajes diplomáticos de naturaleza confidencial, nombres de espías en regiones como África y el Medio Oriente, la cantidad de civiles abatidos en combate en Irak y Afganistán, y vídeos sobre bajas accidentales a civiles por parte del ejército estadounidense.
Desde que WikiLeaks comenzó a crear polémica a nivel internacional y a convertirse en el blanco de investigaciones gubernamentales, la defensa de Assange y su equipo ha planteado que su portal es meramente un medio periodístico y que por ende merece las protecciones propias de esta profesión.
Particularmente en los Estados Unidos, la corte Suprema ha declarado que un periodista es protegido por la primera enmienda de la constitución (enmienda sobre la libertad de expresión) si publica material confidencial que le fue provisto por alguna fuente externa al medio. ¿Y cuándo comenzó este tipo de protección?
En 1971, después de que los periódicos The Washington Post y The New York Times publicaran documentos confidenciales sobre el escándalo del hotel Watergate, la administración del presidente Nixon intentó censurar a los periódicos mediante una demanda que llego a la Corte Suprema y pretendía sancionarlos por publicar documentos que lanzadores de alerta les habían provisto, y que destapaban actividades clandestinas ilegales en las que estuvieron involucradas personalidades del gobierno estadounidense, presidido por Nixon.
Específicamente, el caso The New York Times contra el gobierno de los EE.UU., decidido en 1971, les permite hoy a los periodistas proteger a sus fuentes, aun cuando la información revelada es confidencial y obtenida de forma ilegal, siempre y cuando el periodista no haya participado en robo de la información. Es decir, la ley estadounidense no protege a la persona que roba o revela información confidencial en primer lugar; solamente protege al periodista que la revela en nombre del interés público.
Esta es la fina línea entre periodista y criminal que Julian Assange es acusado de haber cruzado como editor de WikiLeaks, y por lo cual es pedido en extradición por los Estados Unidos. Mas aún, los argumentos presentados la semana pasada por el presidente de Ecuador, Lenin Moreno, concuerdan con esta narrativa al denunciar que Assange lideraba una operación de “espionaje” desde la embajada en Londres.
Similar al caso de extradición de Meng Wanzhou en Canadá (del que te contamos en esta nota), Julian Assange comienza ahora un complejo juicio en el Reino Unido para determinar su futuro penal. Por un lado, es solicitado por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos por complicidad en el robo de información y material confidencial. Y, por otra parte, también es pedido en extradición por Suecia, ante una grave acusación de violencia sexual contra dos mujeres.
A pesar de que las acusaciones que pesaban contra Assange en Suecia fueron archivadas hace unos años por su condición de asilo en la embajada en Londres, los abogados de las demandantes están buscando que se reabra el expediente judicial. Ahora, el gobierno y las cortes del Reino Unido deben decidir si le dan prioridad a la solicitud de los EEUU o al caso que tendría lugar en Suecia.
El 12 de abril, un grupo de parlamentarios británicos le envió una carta formal al Ministro del Interior del Reino Unido, Sajid Javid, solicitando que se le diera mayor peso a la solicitud de Suecia donde las acusaciones contra Assange son de crimen sexual. Simultáneamente, el arresto y el proceso de extradición de Assange le ha dado un breve descanso mediático al Brexit en el Reino Unido e incluso fue tema de debate en el Parlamento británico.
El expresidente ecuatoriano Rafael Correa, quien dio el asilo político a Assange en primer lugar a partir del 2012 y férreo defensor del activismo político de WikiLeaks, ha denunciado lo que él califica de "traición" por parte de su sucesor en la presidencia, Lenin Moreno.
Ante los ojos de Correa, la decisión del actual presidente se fundamenta, en primer lugar, sobre un ajuste de cuentas personal por parte de Moreno con Assange, dado que WikiLeaks publicó información sobre una cuenta bancaria secreta que aparentemente mantiene la familia Moreno en Panamá. En segundo lugar, según Correa, el presidente Moreno busca ganar favor y apoyo político de los Estados Unidos con su decisión de entregar a Assange a la justicia británica con fines de extradición. Por último, Correa denuncia la decisión del presidente Moreno como inconstitucional, ya que las leyes de Ecuador no permiten la entrega o extradición de un ciudadano ecuatoriano a un país donde se pueda exponer a la pena de muerte, como sería el caso si Assange terminase en una corte en los EE.UU.
Mientras que el presidente Moreno niega que sus acciones hayan sido motivadas por ajustes de cuentas o favores políticos, sí alega que obtuvo garantías del Reino Unido de que Assange no será extraditado en caso de que su vida o su integridad física corran peligro. De igual manera, ha suspendido la ciudadanía ecuatoriana de Assange en lo que parecería ser un intento de liberar a su gobierno de las obligaciones constitucionales de interceder en favor del ciber-activista.
Los defensores de Julian Assange ven al fundador de WikiLeaks como un activista mártir, cuyo deseo de desenmascarar a los poderosos le ha costado su libertad. De hecho, esta es la línea argumentativa que busca desarrollar su defensa legal, explicando que él no es mas que un periodista victima de sus enemigos quienes buscan silenciarlo a toda costa. Por otra parte, los críticos de Assange lo califican de traidor, de criminal y de agente antidemocrático, ya que la mayoría de sus publicaciones son filtraciones de inteligencia sobre gobiernos norteamericanos y europeos que desacreditan y avergüenzan a las instituciones de muchos de estos países.
Todavía está por verse qué suerte tendrá Julian Assange durante su juicio en el Reino Unido y ante una posible extradición. Sin embargo, es innegable que continuará habitando nuestra conciencia colectiva como una persona que revolucionó el uso de las filtraciones y el internet como arma para revelar secretos de los poderes políticos y económicos a nivel internacional.