El sarampión es también conocido como “alfombrilla” y no precisamente por dejar a la gente “como trapo” (¡turum tss!). Técnicamente es una enfermedad infecciosa causada por el virus paramyxoviridae, y se caracteriza por provocar manchas en la piel de color rojo, fiebre, debilitamiento, ceguera, diarrea, infecciones del oído y neumonía. En casos más extremos puede causar incluso inflamación en los pulmones y el cerebro, y posteriormente la muerte. Sí, algo que queremos evitar a toda costa.
Las muertes por este virus se deben principalmente a casos que sufren complicaciones; es una de las principales causas de fallecimiento en menores de cinco años y también es alta en mayores de 30 años. ¡Pero no se preocupen, no les pasará si se vacunan! En poblaciones con altos niveles de malnutrición, con deficiencia de vitamina A y donde las personas no reciben una atención sanitaria adecuada, el sarampión puede llegar a ser mortal entre el 3 y 6% de los casos. Entre los desplazados (casos como el de Venezuela), la cifra de muertes puede alcanzar al 30% según datos de la OMS.
En Chile las personas son inmunizadas contra esta cepa dos veces en la vida, a los doce meses de nacidos (o un poco más) y a los siete años, por lo general en primero básico. Posiblemente te acuerdas de esa fila que hiciste cuando eras un pequeño que recién debutaba en la básica… y que para ti significaba el pabellón de la muerte.
Sin embargo, algunos chilenos no pasaron por esta situación, pues no fueron vacunados. ¿Qué pasó ahí? ¿Por qué es tan necesario que todos recibamos esa vacuna? En El Definido te lo contamos.
El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa, según la OMS, se estima que entre 2000 y 2016, la vacuna contra el sarampión evitó 20,4 millones de muertes en el mundo. Por esta razón, es muy importante mantener una alta concentración de la población vacunada y protegida, pues los casos importados de otros países continúan siendo una relevante fuente de infección y se pueden producir brotes si se descuida la vacunación.
En 1980, antes de que se generalizara el uso de la vacuna en el mundo, el sarampión causaba cerca de 2,6 millones de muertes al año. Se calcula que en 2016 murieron 89.780 personas por esta causa, la mayoría de ellas menores de cinco años.
La forma de transmisión de esta enfermedad es a través de fluidos provenientes de la nariz, boca y faringe. Los primeros síntomas suelen aparecer entre ocho y doce días después del contacto, por lo que una persona infectada puede contagiar a cientos en el periodo previo asintomático, que va desde el día cinco, antes de tener señales, y que sigue hasta cuatro días después de la aparición de las mismas. El período de incubación es de seis a 21 días.
A pesar de que en nuestro país este padecimiento se consideró erradicado en 1992, a este periodo le siguieron algunas olas mínimas de casos, en los años 1998-1999, en 2003, 2009, 2011 y 2015, lo que nos deja claro que la enfermedad SÍ existe en el mundo (y la posibilidad de exponernos a ella, por angas o por mangas, es real).
Así y todo, el sarampión se considera eliminado de América desde 2002, debido a la ausencia de transmisión endémica (o sea, no es un brote generado dentro del mismo país, sino que viene de personas que se han contagiado viajando al extranjero o vienen de fuera), pues cerca del 92% de niños en el continente reciben una dosis de vacunación contra el sarampión, rubeola y parotiditis (SRP).
Pero, dada la presencia de brotes en distintos países de la región, persiste el riesgo de importación de casos. Esto se ha incrementado actualmente debido a la crisis en Venezuela, donde se concentra el 65% de casos de sarampión según datos de la OPS.
Desde el 2008 las campañas de vacunación han sufrido recortes de presupuesto, lo que ha causado la intensa reaparición de la enfermedad en el mundo, según la OMS. Lo que habría influido en el regreso de este virus a países donde ya se consideraba eliminado.
Si tienes entre 20 y 24 años, 11 meses y 29 días, eres el principal factor de riesgo. Según Paula Daza, subsecretaria de salud pública: “se trata de una población que no estuvo expuesta al virus circulante, que produce inmunidad; que tuvo una cobertura de vacunación por debajo del 90%; y otra justificación importante es porque hemos tenido una población de gente joven que ha llegado de otros países donde la cobertura de vacunación es muy baja”.
Según información de Red Salud UC CHRISTUS, el porcentaje de personas que quedó fuera de las campañas de vacunación en las últimas décadas o recibieron una dosis menor de la vacuna preventiva, se debió a que el conocimiento médico de ese momento así lo indicaba. Esto sucedió con las personas nacidas entre 1994 y 1999, porque se consideró erradicado el virus del país (mal no haber pensado en la realidad de nuestros vecinos, por los que ahora se vive un brote de sarampión importado).
Esta campaña se realizará entre el 2 de enero y el 28 de febrero, con extensión por el tiempo necesario para alcanzar la cobertura del 80%. Se contempla que la población objetivo alcanza a 1.390.097 personas. Esto incluiría, además de los nacidos entre 1994 y 1999, a lactantes entre seis y doce meses, niños mayores de un año y menores de siete que hayan recibido solo una dosis, y adultos nacidos entre 1971 y 1981 que vayan a viajar fuera del país (pues en esta década la cobertura tampoco fue completa).
Lamentablemente, aún no existe tratamiento para esta enfermedad, solo medidas paliativas para disminuir los síntomas, por lo que se recomienda inmunización a través de la vacuna Tresvírica. Lo más común en Chile es recibir dos dosis, y tres en casos de brotes, como está ocurriendo ahora.
La OMS propone las siguientes medidas en caso de contraer el virus:
La vacuna se encuentra disponible en todos los centros de salud pública y algunos privados, de forma gratuita para todos quienes estén en territorio chileno y aparezcan como grupo de riesgo. Para poder recibir una dosis, solo se necesita mostrar la cédula de identidad para certificar que la persona pertenece al rango etario correspondiente. Para los viajeros señalados anteriormente, se solicita una orden médica o el ticket del vuelo. Así que si perteneces a alguno de los grupos de riesgo señalados, en El Definido te recomendamos ir lo más pronto posible a recibir la inmunización correspondiente.