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Imagen: Felipe Lira

4 estrategias efectivas para persistir en tareas que nos generan rechazo, según la ciencia

Existen tareas y actividades a las que nadie dedicaría un poema, pero que son inevitables e incluso necesarias para nuestro desarrollo personal y laboral. Científicos suizos identificaron las estrategias más exitosas para persistir en ellas.

Por Francisco J. Lastra @efejotaele | 2019-01-22 | 11:00
Tags | psicología, estudio, ciencia, estrategia
Sí, es fome, pero hacer este tipo de “actividades aversivas” es importante por la misma razón que cualquier desafío es importante: perseverar en situaciones aversivas nos hace crecer en todo sentido.
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Hagamos una prueba. Imagínense que tienen que hacer, sí o sí, una de las siguientes tres actividades: a) Rellenar la declaración de impuestos, b) hacer cardio durante 30 minutos, c) tomar el metro en hora punta.

Si están realmente inmersos en este ejercicio de ficción, lo más seguro es que se derritieron en sus asientos hasta llegar casi al suelo (el respaldo les impide deslizarse completamente) y pensaron algo como: “¡Qué laaata!”.

Por mucho que tengamos el trabajo y la vida ideal, debemos inevitablemente enfrentarnos día a día a tareas o actividades que nos generan rechazo. Las razones son varias: son fomes o monótonas (hacer un inventario), muy difíciles (reporte de fin de año) o requieren de un esfuerzo mental o físico importante (ir al gimnasio, tratar con clientes muy exigentes).

Sí, es fome, pero hacer este tipo de “actividades aversivas” es importante por la misma razón que cualquier desafío es importante: perseverar en situaciones aversivas nos hace crecer en todo sentido. Si estuviéramos en el extremo hedonista y fuésemos incapaces de completar ninguna de estas actividades, estaríamos en un estado físico crítico, nos estancaríamos laboralmente o incluso perderíamos nuestros trabajos y le diríamos adiós a la convivencia familiar. Básicamente, viviríamos una vida en el nivel más fácil con también las consiguientes mínimas recompensas.

¿Pero cómo perseverar en aquello que nos causa aversión? Un estudio de psicólogos de la Universidad de Zúrich, identificó las estrategias usadas con más éxito en estos casos.

Las estrategias de autorregulación

Es viernes, van a ser las seis de la tarde y estás arreglando tus cosas para comenzar el fin de semana, las chelas, la playa, el asad… Pero, espera, viene el jefe…

Clásico, ahora tienes que entregar un reporte adicional, ¡hoy mismo! ¿Qué haces? Dado que tiene que cumplir, instintivamente adoptas estrategias para hacerte más llevadero el proceso: te imaginas escenas con tus amigos más tarde, te pones los audífonos y escuchas el épico soundtrack de Star Wars, piensas que al hacer este reporte tendrás más oportunidades de ascenso o te vas a una cafetería porque crees que el cambio de ambiente te beneficiará.

Todas estas son estrategias de autorregulación o autocontrol, es decir, “medios a través de los cuales los individuos, para ayudarse a sí mismos a lograr sus metas, alteran activamente sus capacidades cognitivas, motivacionales, afectivas o comportamiento”, explican los investigadores. Las metas pueden ser un tanto cortas, como hacer el reporte, o largas, como lograr un ascenso.

En un primer estudio, los investigadores desarrollaron una tipología propia de estrategias de regulación que se utilizan para perseverar en actividades aversivas. Para ello, consultaron a varios cientos de estudiantes sobre cómo lidiarían con, por ejemplo, estudiar contenido aburrido para un examen o ejercitarse en una trotadora. Terminaron con 19 divididas en los siguientes grupos:

Estrategias de modificación de situación: por ejemplo, cambiar el ambiente (irse a un café a trabajar o correr en el parque en vez de en el gimnasio), enriquecimiento de tareas (añadir música o prender la tele de fondo), buscar apoyo social y tomar substancias (café o bebidas energéticas).

Estrategias de despliegue atencional: enfocarse en el proceso (en cómo se está haciendo la actividad) y distraerse (sin incluir elementos de enriquecimiento como en el grupo previo).

Estrategias de cambio cognitivo: por ejemplo, enfocarse en las consecuencias negativas de no ejecutar la actividad, monitorizar el progreso hecho y el diálogo interno.

Estrategia de modulación de respuestas: suprimir el impulso de renunciar.

Regulación de emociones inespecíficas: básicamente mantenerse de buen humor sin especificar cómo.

Luego, realizaron el estudio principal con cerca de 250 estudiantes alemanes, quienes debieron ingresar cada día durante una semana el tipo de estrategias que habían usado para persistir en actividades o tareas aversivas recientes, especificar el grado de aversión que les producían y por qué (¿muy fome?, ¿requiere mucho esfuerzo físico o mental?), y qué tan satisfechos estaban de su nivel de persistencia alcanzado.

Paralelamente, el estudio también incluyó cuestionarios que midieron el autocontrol como rasgo en los estudiantes, ya que los investigadores también querían ver si quienes poseían mayor autocontrol utilizaban estrategias distintas que quienes poseían menos. En otras palabras: si el autocontrol como rasgo se expresa a través de estrategias más adecuadas y efectivas.

Las técnicas más usadas y las más exitosas

El tipo de tareas aversivas realizadas por los estudiantes, fueron las que uno esperaría: estudiar, asistir a lecturas y seminarios, desplazarse (sin especificar el medio) y trabajar (y bueno, un chistosito puso “participar en un estudio”).

Las estrategias más populares fueron enfocarse en las consecuencias positivas, pensar en el inminente final (de la tarea, no del mundo), enriquecer la tarea, concentrarse en las consecuencias negativas de no hacer el trabajo, suprimir el impulso de renunciar, regulación de emociones, distraerse y monitorizar el progreso hecho.

Las estrategias utilizadas variaron, en algunos casos, según el tipo de aversión de la tarea. En actividades de alta carga cognitiva (como estudiar) estrategias como distraerse o enriquecer la tarea fueron menos relevantes, no así en actividades consideradas aburridas (como desplazarse). En casos de esfuerzo físico, también hubo un incremento en el uso de estrategias como monitorizar el progreso y pensar en las consecuencias positivas.

¿Pero cuáles fueron las que, cruzándolas con el nivel de satisfacción, se alzan como ganadoras? Metiendo todos los tipos de tareas en el mismo saco, las más exitosas a grandes rasgos fueron estas cuatro: pensar en las consecuencias positivas, regulación de emociones, monitorizar el progreso y pensar en el fin inminente. Esta última recibe mención especial en el paper, dado que no existían antecedentes de ella y, aparentemente, no solo es muy común sino también efectiva. Por cierto, esta estrategia también incluiría una especie de diálogo interno, algo de cuyos beneficios les hablamos hace poco.

Pero también es importante mencionar las correlaciones específicas entre los tipos de tareas, ya que, como han visto, el tipo de aversión es importante para definir qué estrategias se usan. Estas fueron las correlaciones más importantes halladas: cuando el nivel de aburrimiento de la tarea era alto, la estrategia más exitosa fue el enriquecimiento de tareas; cuando el nivel de esfuerzo mental era alto, pensar en el fin inminente triunfó; cuando el esfuerzo físico era bajo, la más exitosa fue pensar en las consecuencias positivas y en el fin inminente.

Interesante fue para los científicos la relevancia y éxito de estrategias extrínsecas (como pensar en las consecuencias positivas), o sea, que motivan por factores externos, algo que normalmente los estudios desechan a favor de las estrategias de motivación intrínseca. La diferencia aquí está, claramente, en el tipo de tareas: al parecer, cuando algo nos genera aversión, la motivación extrínseca funciona bastante bien.

El éxito de los autocontrolados

¿Y hubo diferencias entre aquellos con mayor y menor autocontrol? El estudio indica que quienes tenían mayor autocontrol, tuvieron más éxito que quienes poseían menos, ahí no hay gran sorpresa. También identificó que estos primeros aplicaban con más frecuencia algunas estrategias como pensar en las consecuencias positivas, regulación de emociones y fijarse metas.

Sin embargo, los investigadores hallaron que su elección de estrategias no explica su mayor nivel de éxito. Es decir, que el autocontrol como rasgo no influye significativamente en el tipo de tácticas mentales que se usan a la hora de persistir en una tarea aversiva. ¿Entonces, cómo se expresa un mayor autocontrol? Esa es una pregunta que deberán responder estudios posteriores.

¿Cómo lidias con tareas que te disgustan?

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