¿Cuántas cosas de tu casa usas normalmente? ¿O de tu closet? ¿O de tu baño? ¿O solo del cajón junto a tu cama?
La francesa Bea Johnson se preguntó esto hace años y de a poco logró cambiar su estilo de vida, no solo a uno sin basura, sino que a uno mucho más simple en el que puede dedicar más tiempo a pasar el rato con su familia y amigos. Ya que al final el problema no solo está en lo que botamos, sino que en el exceso de lo que compramos.
“Si bien el objetivo era con el medioambiente y tratar de reducir o eliminar la mayor cantidad posible de basura de nuestra casa, se tradujo en una vida más simple basada en experiencias, en lugar de acaparar, estar presente, en vez de tener”, dijo Bea el pasado domingo 9 de septiembre antes de su charla en Chile.
Desde el 2008 que los cuatro integrantes de la familia de Bea (su marido y dos hijos), recolectan solo un tarrito de basura anualmente. Lo que es difícil de imaginar, especialmente considerando lo rápido que se llenan los basureros (y para qué decir en estas fechas, es cosa de ver la basura acumulada cuando acaban las fondas en Fiestas Patrias).
Con un poco de conciencia, estos residuos, que quedarán en la tierra y en el mar durante muchos años, pueden ser reducidos y así, no hacer un gran daño por solo unos días de celebración.
“¿Se imaginan cómo mi familia de cuatro logra producir solo este jarro de basura anualmente? ¿Crees que un estilo de vida sin basura quita más tiempo y cuesta más? En mi tour por EEUU responderé todas sus preguntas [...]”, (Bea Johnson). Fuente: ZeroWasteHome |
Muchos pensarán que Bea, su marido y sus dos hijos viven en el bosque, no ven tele y duermen en colchones hechos de paja. Pero esto está muy lejos de la realidad. Comen como cualquier persona, solo que llevan sus envases de vidrio a la tienda si necesitan comprar queso, por ejemplo, o bolsas de género para llevar sus verduras o cualquier otro tipo de mercancía.
Una de las claves es llevar un inventario de lo que hay en su casa y, a diferencia de lo que hacemos muchos, ¡no comprar demás! No comprar comida que ya hay en nuestros refrigeradores y solo se pudrirá.
El problema no es solo el material orgánico extra que estamos generando, sino que en la mayoría de los casos todos vienen en envases de plástico. Para solucionar este problema, Johnson tiene un kit de envoltorios reutilizables que lleva a tiendas a granel (donde venden productos que no están envasados: arroz, harina, avena, por ejemplo). ¿No parece tan difícil o sí?
Además ahorran bastante, porque como dice Bea, cuando compramos un producto envasado, el 15% del precio se debe al paquete, por lo que literalmente botamos nuestro dinero cuando desechamos los envases que muchas veces solo usamos una vez.
También tiene un inventario de su ropa. Bea Johnson explica en su TEDx, y en las charlas que ha dado en más de 50 países, que en un closet normal se utiliza solo el 20% de la ropa que hay guardada. El resto lo guardamos pensando en ¿qué pasa si?”. ¿Qué pasa si vuelve a estar de moda?, ¿qué pasa si me vuelve a quedar bien? Ella compra solo lo que necesita y de segunda mano, lo que también es más barato.
Definitivamente es un estilo de vida que conlleva bastante organización, pero ¿a quién no le vendría bien un poco de orden en su vida? No por nada el movimiento tiene miles de seguidores en Facebook e Instagram, además de que el libro Zero Waste Home (“Residuo cero en casa”, en español) ha sido traducido a 25 idiomas y es catalogado como un Best Seller.
No hace mucho (2006), Bea Johnson vivía un estilo de vida como el promedio. Pero cuando con su familia arrendaron un departamento en San Francisco por un año, llevaron solo lo que necesitaban. Entonces se dieron cuenta que, teniendo menos, dedicaban su tiempo a lo que más les gustaba.
“Cuando encontramos la casa adecuada donde queríamos vivir, sacamos todo de donde lo teníamos almacenado y descubrimos que no echábamos de menos ni el 80% de lo que teníamos guardado, así que solo nos deshicimos de todo eso que sobraba”, dijo Bea.
También vieron documentales de temas medioambientales y eso los impulsó aún más a hacer el cambio. “Mi esposo y yo simplemente nos sentimos tristes pensando en el futuro que nosotros, como padres, estábamos creando para nuestros hijos”, agregó.
La sacerdotisa del estilo de vida sin basura (como le dicen en el NYT), parece hacer magia al no generar basura, de acuerdo a una de sus vecinas.
“Bea tiene un esposo, dos hijos y un perro, y sin embargo su hogar no genera contenedores vacíos, ni restos de comida, ni toallas de papel sucias, ni juguetes rotos, ni papel de regalo arrugado, ni envases de Ketchup vacíos de comida rápida”, dijo la columnista del NYT, Michelle Slatalla. Mientras, en promedio en Chile generamos un kilo de basura al día…
No se trata de culparnos constantemente por lo que producimos, pero sí de comenzar por ocuparnos del problema, que además nos puede traer muchísimos beneficios, como lo hizo en la vida de Bea.
¿Cuál fue la mayor dificultad?
Al principio Bea se obsesionó un poco con hacer todo en casa, su propio pan, queso, leche de soya, etc. “Descubrí que no había manera de que pudiera hacer todo esto por el resto de mi vida, consumía mucho tiempo y yo trabajo a tiempo completo. Dejé de lado esos extremos y adoptamos alternativas simples que podríamos hacer para siempre. Ahí es cuando Zero Waste se convirtió en un estilo de vida”, dijo Johnson.
A continuación, te contamos de algunas claves y pasos para comenzar con un estilo de vida que ayudará al mundo, a nosotros mismos y a nuestro presupuesto.
El pasado domingo 9 de septiembre, Bea caminaba por los stands que vendían cepillos de bambú o bolsas reciclables en Hub Providencia, donde dio una charla. Todos le ofrecieron distintos regalos, pero ella humildemente los rechazó diciendo: “Ya tengo todo lo que necesito, pero muchas gracias”.
Este es el primer paso de este estilo de vida, aprender a decir no, o rechazar. Y todo esto no solo ayuda a su vida y al mundo, cada año ahorran el 40% de lo que gastaban antes de aplicar esta nueva forma de vivir. Zero Waste, como explica Johnson, se trata de cinco R’s.
1. Rehúsa: actualmente más del 80% de los artículos para el hogar, se usan menos de una vez al mes ¿los necesitamos realmente? Rehusarse a comprar lo que no necesitamos o rechazar lo que nos ofrecen en la calle, por ejemplo, permite frenar la demanda de (y por lo tanto la creación de) productos que son innecesarios y así, el desperdicio de recursos naturales, dice Johnson.
2. Reduce: para adoptar un estilo de vida más simple, lo que hizo Bea y su familia fue limitar la cantidad de cosas que tenían. La ropa que utiliza no excede el espacio de un maletín de mano, no tiene muebles que no utiliza realmente y no se llena de artículos personales. “Este minimalismo se traduce en muchas ventajas en términos de viajar. Como poseemos poco, podemos alquilar fácilmente nuestra casa. No nos hacemos problema para empacar, ¡ya que todo cabe en un equipaje de mano, podemos llevarlo todo!”, dice Bea.
3. Reutiliza: Esta es la tercera opción para evitar generar residuos. Bea Johnson no usa envases desechables, siempre tiene su termo por si quiere comprar algo para tomar, solo lo rellena. Usa pañuelos de algodón, bolsas de género, frascos de vidrio, etc.
Y aunque esto es un poco difícil cuando vamos a supermercados porque ya todo está en envases de plástico, podemos buscar opciones de tiendas a granel en el buscador creado por la sacerdotisa del Zero Waste (en Santiago sale Emporio La Granel como opción). “Creé un Buscador masivo para ubicar y compartir ubicaciones en cualquier parte del mundo. Si estoy de viaje y mi aplicación no apunta a una ubicación local, compro en los mercados de agricultores y tiendas de alimentos naturales, ya que ofrecen alimentos sin paquetes”, dice en su página web.
4. Recicla: A diferencia de lo que muchos creen, este estilo de vida no impulsa a reciclar más, sino que menos ya que principalmente se trata de generar menos basura. Las cinco R’s se deben aplicar en orden, por lo que, si tienes algo que no pudiste rechazar, reducir o reutilizar, entonces recíclalo.
5. Rot (compost): finalmente haz compost. Y como gran parte de nuestra basura está hecha de material orgánico, podremos reducir bastante y evitar que termine en un vertedero. Bea Johnson incluso composta el pelo de sus hijos y el suyo lo deja crecer, se lo corta y lo envía a una organización que hace pelucas para los pacientes con cáncer. La mantequilla es el único alimento que Bea compra con envase, pero en un envase de papel de cera, que puede compostar.
Por lo menos la Municipalidad de Santiago, ya tiene un Plan de Medio Ambiente para las Fondas 2018 del Parque O’Higgins, según un comunicado de prensa. Al menos el 25% de las parrillas que usen los fonderos debe ser a gas, se venderán solo vasos reutilizables para disminuir la cantidad de desechos (si alguien no se lo quiere llevar puede devolverlo y recuperar los mil pesos). Todas las fondas tendrán sólo iluminación LED para promover la eficiencia energética. Prohibieron las bombillas plásticas, sólo se podrán utilizar las biodegradables, como las de papel, y habrá puntos de reciclaje para vidrios, latas, plásticos y cartones o papeles.
Y si las fondas pueden lograr reducir sus desechos, ¿qué tan difícil puede ser que lo implementemos nosotros?
“En términos de residuos, logramos recolectar más de 120 toneladas de basura y logramos reciclar entre 23 y 25 toneladas de material recuperable entre vidrios, papeles, plásticos y latas”, dijo el año pasado el jefe del Departamento de Aseo de la Municipalidad de Santiago, Raúl Ponce, sobre la basura recolectada en las celebraciones de Fiestas Patrias del Parque O’Higgins. ¿Será posible este año reciclar un poco más, o mejor aún, generar menos basura?
Un basurero en la Fonda de Limache, en la Región de Valparaíso. Imagen capturada por el fotógrafo Diego Reyes de Agencia UNO, el lunes 18 de septiembre del 2017. Fuente: Publimetro |
Muchas veces gastamos en exceso para cualquier celebración, y la que se viene va a durar cinco días. Requiere organización, pero con un buen cálculo de lo que realmente consumiremos, podemos evitar botar un exceso de basura y además ahorrar dinero.
Siempre es mejor reciclar que botar a un vertedero, así que reciclemos lo que no podamos reducir. Es especialmente importante en los lugares pequeños, cuyos sistemas de basura no están preparados para recibir cantidades masivas de gente, como muchos pueblos que acogen a turistas durante estas fiestas.
Tomemos consciencia especialmente el 18, que es cuando históricamente derrochamos más y botamos más basura. ¿Por qué comprar mote con huesillo en un vaso de plástico o con una cuchara desechable, cuando podemos llevar nuestro propio vaso? ¿Por qué comprar kilos y kilos de comida que terminamos botando a la basura? ¿Por qué usar bombillas de plástico si podemos usar de cartón? ¿Por qué no probamos reciclando por unos días y tratamos de celebrar sin hacer tanto daño?
“´La felicidad es cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces, está en armonía´, dijo Ghandi, y el estilo de vida Zero Waste hizo eso exactamente para mí”, dijo Bea en su charla en Providencia. “Hoy solo me arrepiento de no haber comenzado antes”.