La sucesión de dimes y diretes en el Congreso fue así:
Como esta historia no tuvo un final feliz, este fatídico día terminó siendo bautizado como “Martes negro”.
A continuación, te explicamos qué ocurrió con este dramático culebrón del Congreso y qué podría pasar con el sueldo mínimo en discusión.
Vamos paso a paso: durante la votación realizada este martes, hubo dos puntos que causaron polémica : la plurianualidad y el veto presidencial. ¿La pluri qué?
La plurianualidad es una característica de este proyecto de ley que comprendía que los aumentos se hicieran automáticamente hasta 2022. ¿Por qué? Porque así es posible reajustar el ingreso según las proyecciones anuales de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), o sea, dependiendo del valor de los bienes y servicios producidos por el país en ese período de tiempo.
En palabras simples: si el país está en un período de “vacas gordas”, el sueldo mínimo sube; pero si las vacas andan medias escuálidas… bueh, la cosa se queda tal cual.
En este sentido, el proyecto planteaba que si el PIB tenía una proyección de crecimiento anual de hasta un 4%, el sueldo se reajustaría 2,5%. Ahora, si esta proyección era superior al 4% anual, el ingreso mínimo subiría ese mismo 2,5%, más la cantidad de puntos porcentuales adicionales que hubiese crecido el PIB. Por ejemplo, si el PIB en lugar de crecer 4,0%, creciera 4,5% (es decir, 0,5 puntos porcentuales más), el sueldo mínimo aumentaría en la misma proporción, reajustándose 3,0% (2,5% + 0,5 puntos porcentuales más).
¿Se entiende? Léelo con calma si es necesario, no tenemos apuro…
En el primer trámite (o sea, en la Cámara de Diputados), la plurianualidad fijada en este período se limitó hasta marzo de 2020, es decir, se fijó el monto para el 2019 y se dejó un reajuste automático para el 2020.
Pero en el segundo trámite (Senado) se rechazó por completo el reajuste automático del sueldo mínimo en 2020. Los cambios al sueldo mínimo, entonces, se estancaban en el monto acordado para el 2019, y para los años siguientes tendría que volver a discutirse en el Congreso.
Ahora, ¿cuál es el problema con volver a negociar el sueldo mínimo para el 2020? Si no fuera por las elecciones municipales fijadas para 2020, ninguno. Pero las elecciones están ahí y ese fue el problema ¿Por qué, qué tienen que ver?
Lo que pasa es que la oposición quería que la discusión anual por el reajuste del sueldo mínimo fuera antes de estas elecciones, pero el oficialismo planteó que no quiere vincular este reajuste con el período de electoral. Lo anterior obedece a una lógica política de ambas coaliciones. Para el oficialismo, lo mejor es tener esa discusión zanjada, ya que, al ser quienes gobiernan, están obligados a mantener las expectativas a raya. Por el contrario, para la oposición lo mejor es que esta discusión se dé antes de las elecciones, pues así pueden aparecer públicamente exigiendo un aumento mayor al que proponga el gobierno.
Como no se logró un acuerdo sobre la fecha de la discusión del reajuste (y hasta ahí todo indicaba que el proyecto iba a ser rechazado en su totalidad), el Presidente Sebastián Piñera presentó un veto sustitutivo a su propio proyecto. ¿Vetar su propio proyecto? ¡Exijo una explicación!…
El
veto sustitutivo es una atribución establecida en la Constitución que le permite al Presidente de la República realizar ciertas modificaciones a un proyecto de ley cuando está en discusión.
¿Y qué propuso el Presidente? Su propuesta fue subir el sueldo a $301.000 en 2019 (es decir, $.1000 más sobre lo ya aprobado), pero a cambio de eso, mantener el reajuste automático en marzo de 2020 según el crecimiento del PIB.
Eso sí, el veto también se somete a una votación, y cuando esto se hizo, fue rechazado con 55 votos a favor y 64 en contra, principalmente de la oposición. En otras palabras, el veto no se incorporó al proyecto, y ahora tocaba votar el proyecto tal como estaba hasta antes de la intervención presidencial.
Después, en la siguiente y
última votación sobre el proyecto que había sido aprobado inicialmente, 64 diputados votaron a favor, hubo una abstención y 54 lo hicieron en contra. Lo inesperado en esta votación por la discusión del proyecto fue que, en su mayoría, fueron los propios diputados de Chile Vamos, la coalición oficialista, los que votaron en contra de su iniciativa. Pero como para la aprobación del proyecto se requerían los votos favorables de dos tercios de los diputados presentes, este resultado marcó el fin de la tramitación del proyecto.
Pero ¿por qué el oficialismo votó en contra, si era su propio proyecto?
![]() Fuente: Cámara de Diputados. |
![]() Fuente: Cámara de Diputados. |
Según la oposición, la reacción de la bancada oficialista obedeció a que no hubo un consenso respecto a la plurianualidad, de lo que se interpreta que el oficialismo quería conservar a toda costa esta característica del proyecto para evitar el debate previo a las elecciones.
Como resultado, el proyecto no se aprobó, por lo que el sueldo mínimo seguirá siendo de $276.000 hasta que no exista un acuerdo. Todo vuelve a foja cero.
Por supuesto, las críticas entre diputados y senadores del oficialismo y la oposición no se hicieron esperar. Desde Chile Vamos salieron coordinadamente a acusar a la oposición de haber "rechazado un alza histórica" del sueldo mínimo, entre ellos, el propio Presidente de la República:
Lamento profundamente q oposición no haya aprobado reajuste de 9% salario mínimo y q busquen rechazar sin discusión modernización tributaria. Lejos de perjudicar al Gobierno, perjudican a todos los chilenos. Recuperar el camino del diálogo y los acuerdos es lo que Chile necesita.
— Sebastian Piñera (@sebastianpinera) August 28, 2018
Lo anterior, por supuesto, cayó muy mal en la bancada opositora, que acusó a esta estrategia comunicacional como "mentiras" por parte del Gobierno.
No mienta, Presidente. La política del engaño le hace mal a Chile. El Congreso aprobó su reajuste y como usted quería que no se negociara en 4 años, aplicó veto. Aún así volvimos a aprobar el reajuste y SU COALICIÓN LA RECHAZÓ. La votación está disponible. https://t.co/XvtGJs32eK
— Camila Vallejo Dowling (@camila_vallejo) August 28, 2018
Ambas partes, al menos, tuvieron un punto de encuentro: el rechazo termina afectando directamente a los trabajadores más vulnerables.
Pero ¿quiénes son?
Según los antecedentes presentados a la Comisión de Hacienda durante la tramitación del proyecto, alrededor de 1,2 millones de trabajadores reciben entre 0 y 1,25 veces el sueldo mínimo en Chile, siendo en su mayoría hombres (712 mil).
Las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), son las que tienen más trabajadores que reciben el sueldo mínimo. Dentro de este escenario, con 43,4%, predominan las micro empresas (nueve empleados como máximo), seguidas por las grandes (200 o más trabajadores), con 27,5% de participación. Después, con 18,6%, están las pequeñas firmas (entre 10 y 49 trabajadores) y, por último, las medianas, que representan 10,6% (entre 50 y 199 trabajadores).
Entre quienes perciben el sueldo mínimo, la mayoría se dedica al comercio (22,7%), seguidas por los rubros de la agricultura, caza, ganadería y silvicultura (17,3%); industrias manufactureras (9,8%); Construcción (8,6%) y Hoteles y restaurantes (8,2%).
Producto del rechazo del proyecto de ley, el recurso que le queda al oficialismo es presentar una nueva propuesta. Incluso, lo podría realizar dentro de los próximos días, el lunes si quisiera, porque esta iniciativa fue aprobada en primer trámite a mediados de este mes.
Queda, entonces, ver si el Gobierno insistirá con la plurianualidad, arriesgándose a un nuevo rechazo, o encontrará un punto de encuentro con la oposición. Una cosa queda clara, en todo caso, con la arremetida mediática que acabamos de presenciar, está difícil esperar buena voluntad de la oposición.