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Por nuestra cuenta de Instagram, realizamos una encuesta e invitamos a los lectores a compartir sus experiencias. “Yo sufrí una parálisis del sueño en una época muy estresante”, nos contó Fernanda. “No podía despertar de una pesadilla muy macabra, en la que un tipo intentaba perseguirme para matarme. Pedí ayuda a mi familia y según yo estaba gritando, pero nadie en la casa me escuchó”.
“Una vez sentí que intentaban violarme”, nos dijo Karen, por el otro lado. “Fue horrible porque realmente sentí que alguien se me subía encima y yo no me podía mover, sentí que me respiraban muy cerca al oído y, si me movía, lo sentía en el otro oído. Luego me empecé a sentir asfixiada y sentía que me cogían los brazos”.
“Muchas veces, cuando estoy durmiendo, me despierto de la nada y se siente como que todo el cuerpo se empieza a paralizar”, contó también Diego.
Si te ha pasado algo de este estilo, no eres el único. Hay muchos casos de personas que les pasa una vez y luego nunca más, nos contó el dr. Pedro Moya, neurólogo de la Clínica Somno y especialista en trastornos del sueño. Pero hay otro porcentaje de personas que lo tienen frecuentemente. “El 5% de la población lo tiene, es normal y no tienen ningún problema”.
Por el otro lado, una revisión sistemática de más de 30 estudios de una variedad de países, reveló que alrededor del 8% de la población ha sufrido alguna vez parálisis del sueño.
Somos varios, aparentemente, a los que nos ha pasado despertarnos en la mitad de la noche (o de la siesta incluso), no poder movernos (aunque estemos completamente conscientes), tener dificultad para respirar y empezar a ver cosas un poco tenebrosas, como demonios, fantasmas u otros. Y cuando más se necesitan, los gritos no llegan.
Esta obra renacentista nos muestra un ejemplo bastante gráfico sobre lo que muchos pueden haber vivido, porque hay teorías que dicen que estaría relacionada con una experiencia de parálisis del sueño.
“La pesadilla” (1781), del artista suizo Henry Fuseli/ Detroit Institute of Arts |
Pero aunque parezca una experiencia paranormal, tiene una explicación bastante lógica y racional, según conversamos con el dr. Moya.
“Lo que ocurre es que uno se despierta de forma incorrecta”, nos explicó Moya. “Consiste en que se entremezclan estados de conciencia distintos, como estar dormido, despierto o semi dormido”. Nuestras mentes despiertan, pero nuestros cuerpos no.
Cada noche, pasamos por diferentes etapas de sueño, explica esta nota del medio The Conversation, con el siguiente gráfico.
Ciclo de sueño/ Dan Denis en The Conversation |
Después de quedarnos dormidos, pasamos por las etapas uno, dos y tres, en un nivel de inconsciencia cada vez más profundo, conocido como sueño no REM (por sus siglas en inglés rapid eye movement). Luego, al volver a la etapa uno del sueño, entramos en el período REM, una etapa menos profunda del sueño, en la que nuestro cerebro está muy activo y empezamos a soñar. En esa parte, nuestros músculos están completamente paralizados, excepto los de los ojos y del sistema respiratorio.
Gracias a una investigación japonesa, se pudo descubrir que la parálisis del sueño está estrechamente relacionada con el sueño REM. Lo que sucede en ese caso, es que te despiertas y te vuelves consciente de lo que te rodea, mientras aún estás en ese estado del sueño. ¿Pánico? No, algo natural, pero incómodo.
Como los músculos están paralizados, no nos podemos mover, solo ver y respirar (aunque a un ritmo bajo). Y como en esa etapa el cerebro está muy activo y estamos soñando, imaginamos cosas que no son reales ni racionales.
“El cerebro completa la realidad con la memoria ancestral que está en el inconsciente. Uno tiende a soñar con cosas sobrenaturales, catástrofes, ataques de personas, todas cosas que vienen de la parte del cerebro más básica de nosotros, pero que no son reales [...] El sueño dice lo que siente el cuerpo, pero lo hace con su idioma, que es uno simbólico”, explicó el doctor.
Por ejemplo, si sentimos que falta el aire y que no podemos respirar como lo hacemos cuando estamos despiertos, nos empezamos a imaginar que tenemos un demonio encima, que es el que nos está oprimiendo el pecho. El cerebro completa la realidad de manera creativa para que haga sentido, ¿por qué más nos pasaría esto sino?
Además, como no todo el cuerpo está despierto, tampoco lo está el centro respiratorio, el cual sigue funcionando a un ritmo más bajo que cuando estamos despiertos totalmente. Por lo que si queremos, por ejemplo, respirar profundo, no podremos hacerlo, porque el centro respiratorio está en piloto automático.
“Son experiencias cortas pero aterradoras porque provocan angustia”, dijo Moya. “Eso ocurre porque la capacidad de controlar los movimientos del cuerpo está perdida, y mientras más la persona intenta dominarlo, más alerta queda su cerebro y más se va a demorar en recuperarse”. ¿Qué hay que hacer entonces?
“La recuperación ocurre solo si la persona se vuelve a dormir, para que luego pueda volver a despertar en forma correcta. Es como cuando uno entra por una puerta y choca, hay que dar unos pasos atrás para poder volver a entrar”, nos explicó el neurólogo. Para eso, algunos consejos:
- Mantener la calma.
- No intentar moverse
- Tratar de volver a dormir, para luego despertar de forma correcta.
Es difícil reaccionar así cuando se está asustado, pero de a poco se puede ir tratando, haciendo consciente el hecho de que se trata de un fenómeno totalmente natural y nada paranormal. Y cuando es más recurrente, nos dijo Moya, se puede realizar un tratamiento médico y psicoterapia para manejar el miedo. Eso, junto a buenos hábitos de sueño, puede hacer que los episodios desaparezcan o disminuyan.
Las parálisis pueden ocurrir por tener malos hábitos de sueño, cuando estamos pasando por situaciones especiales (como estrés o etapas difíciles de la vida) o por alguna enfermedad, en ciertas ocasiones, nos dijo el neurólogo.
“Generalmente coincide con los períodos de la vida en los que uno trasnocha, está muy desorganizado, estresado, entre otras cosas. Ahí se producen parálisis del sueño más frecuentemente”, afirma el dr. Moya.
También puede ser un signo de narcolepsia, un trastorno crónico del sueño que provoca somnolencia excesiva durante el día. “Pero esa es una enfermedad poco frecuente, 1 en 2.000. Mucho menos frecuente que la parálisis del sueño”, nos dijo Moya. “Hay mucha más parálisis del sueño y menos narcolepsia”.
“Las personas que tienen buenos hábitos de sueño, casi no tienen parálisis”, aclaró Moya. “Porque lo más común es que nadie quiere prevenir, todos van al doctor cuando ya han sufrido uno o más episodios de parálisis del sueño”.
Llevando una vida saludable en todo ámbito (sueño, deporte, alimentación) y teniendo hábitos ordenados de sueño, se reducen los riesgos de sufrir este trastorno, que puede ser bastante angustiante y aterrador.
En el caso de que te ocurra, recuerda mantener la calma y tener en mente que las pesadillas son tan reales como nosotros creamos que lo son.