*Esta nota fue originalmente publicada el 3 de julio de 2018.
La cantidad de carne y de leche que consumimos los seres humanos, es enorme. Para los productores de estos alimentos, los terneros -las vaquitas recién nacidas- son la base de su negocio. Cuidarlas y criarlas para que lleguen a la adultez, es un desafío gigante.
Uno de esos temas pendientes es prevenir la diarrea infecciosa, provocada por la bacteria Escherichia Coli o Salmonella, generalmente en los primeros 60 días de vida del ternero. Esta desagradable enfermedad es una de las causas más importantes de muerte y pérdidas económicas en la industria ganadera, porque provoca una mortalidad de entre el 12 y el 30% en Chile, según este artículo.
Pero, como hemos comprobado en El Definido, todo problema tiene solución. Al menos hasta que alguien la inventa. Y ese fue el caso de tres chilenos -Nicolás Ferreira, Diego Belmar y Hans Pieringer- quienes hace algunos años crearon una empresa, Phage Technologies, y desarrollaron Milkeeper, un aditivo alimenticio en polvo que hace que los terneritos se enfermen menos, ganen más peso y no se mueran.
Aditivo alimenticio para terneros Milkeeper/ Fuente: innovacion.cl |
Gracias a ellos, hasta el día de hoy más de 70.000 terneros han sido tratados y salvados de la diarrea, lo que ha mejorado de paso la situación de miles de ganaderos. Se asociaron además con el gigante farmacéutico alemán Bayer, gracias a lo cual hoy ya se abrieron al mercado internacional y piensan instalarse dentro de poco en Europa.
Conversamos con Nicolás Ferreira, ingeniero en biotecnología y uno de los socios fundadores. Te contamos todos los detalles de su innovadora solución y sus planes a futuro.
En el sector ganadero en Chile, la diarrea infecciosa que mata a uno de cada cinco terneros infectados, suele tratarse con antibióticos, cuando la enfermedad ya está ahí. Aún estando en la universidad, estos jóvenes se propusieron prevenirla.
“Actualmente ocurre que la industria ganadera es una de las que más usa antibióticos. Ya está descrito que gran parte de estos no están funcionando”, nos dijo Nicolás. El uso excesivo de los antibióticos, tanto en la industria ganadera como en otras, trae consigo consecuencias problemáticas, pues va generando resistencia y termina teniendo efectos negativos a largo plazo en la salud del animal y de los humanos.
Inventaron Milkeeper, un aditivo que se agrega a la leche que consumen los terneros y que previene las diarreas infecciosas.
Su acción, según describen en su sitio, se basa en una innovadora tecnología basada en el uso de unos microorganismos llamados bacteriófagos, virus que infectan a las bacterias. Al agregarse Milkeeper al alimento de los terneros, los bacteriófagos se disuelven y eliminan las Escherichia coli y la Salmonella ahí presentes, antes de que lleguen al cuerpo del animal y causen estragos. Y lo hace sin ser tóxico y sin modificar los sabores y aromas propios de la leche, lo que facilita la ingesta del animal.
El invento logró disminuir la mortalidad de los terneros de un 20 a un 1%, según nos contó Nicolás, mientras que la incidencia de diarreas infecciosas por la misma causa, bajó de un 80 a un 20%.
“Generó una solución total a la crianza de terneros. Ya no se estaban muriendo los animales, estaban ganando más peso, porque ya no estaban mal del estómago, y todo el grupo animal estaba en mejores condiciones de crianza. El productor no perdía tanto dinero en gastos de medicamentos, horas de trabajo, entre otros”, nos dijo. Y es que en promedio un productor pierde 250 dólares (equivalentes a $163.000 pesos chilenos) por animal muerto, más todos los costos asociados a la enfermedad misma (remedios, veterinario, etc.)
“El impacto de la solución es muy grande, ya que en Chile hemos tratado cerca de 70.000 terneros, y la industria nacional es de 200.000”, aclaró el biotecnólogo. Es decir, ¡ya han tratado al 35% de la población animal!
Pero lo más interesante, según él, es que esto abre la oportunidad a que la industria ganadera exporte su genética. Porque si tenemos buenos animales, en buenas condiciones, tenemos buena calidad genética, que se traduce en mayor productividad. Entonces de afuera van a decir, estos terneritos se ven saludables, y querrán comprarlos.
“El objetivo que tiene el producto, es generar una buena partida desde el inicio de la vida de los animales, para que cuando lleguen a su momento de producción más intensiva, que es la lechería, puedan tener un rendimiento lo más alto posible de acuerdo con su genética”.
Los tres chilenos lograron captar la atención de la farmacéutica alemana Bayer y se asociaron con su unidad de Animal Health (salud animal).
“Parte del éxito que tuvimos fue el boca a boca, en base a los resultados que fuimos teniendo. Eso empezó a escalar en el mercado farmacéutico y finalmente Bayer se acercó a nosotros para saber un poco más de lo que estábamos haciendo y ver si podíamos llegar a un puerto juntos”, nos contó Ferreira.
Con ellos firmaron un contrato de distribución que les ha permitido abrirse al mercado latinoamericano. Hoy ya están trabajando con Argentina y Brasil, esperan este año terminar los trámites para abrir en México y el próximo año operar también en Colombia y algunos países de Centroamérica.
Y mientras se consolidan en nuestro continente, planean pegarse el salto al otro lado del Atlántico. “La idea es poder abrir nuevas oportunidades en el mercado europeo. Estamos explorando la posibilidad de abrir una planta productiva con norma europea y tenemos varios sitios ya estudiados”, nos dijo Nicolás. Este mismo mes decidirían en qué lugar de Europa.
Según nos contó este, toda la producción primaria de la industria ganadera (chanchos, pollos, vacas) se ve afectada en su etapa temprana por enfermedades bacterianas. “Ahora el gran desafío que tenemos por delante, en el que llevamos trabajando más o menos dos años, es el desarrollo de un producto para la aplicación en cerdos. Y, por otro lado, tenemos otro producto que va a tomar un poco más de tiempo, que está enfocado en la industria de pollos”.
El foco de la empresa ahora sería desarrollar nuevas aplicaciones en las industrias de producción primaria que ayuden a disminuir el uso de antibióticos de forma indiscriminada. “Que solo los apliquemos cuando corresponda. Ese es el gran norte”, concluyó Ferreira.
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