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¿Enciendes la TV y te deprimes? ¿Abres Twitter y terminas enojado con el mundo? Mantenerte informado de la actualidad se puede sentir como un factor más de estrés en un mundo que ya es estresante. ¿Cómo lograr mantenerte informado de los eventos actuales pero sin quedarte pegado en emociones negativas por mucho rato? En El Definido buscamos los mejores consejos para darte algunas ideas.
La doctora Ashley Maltz -máster en Salud Pública en el Área Médica de la Universidad de Texas (UTMB) y certificada en medicina interna e integrativa- dijo en una entrevista que es importante permitirse sentir pena, rabia o frustración en el momento en que leemos las noticias que nos afectan; es natural sentirse mal al saber que muere gente inocente, que hay políticos corruptos o que la tierra se calienta cada vez más. Pero luego es necesario volver a la calma.
Claro, parece más fácil decirlo que hacerlo, ¿no? Pero para esto hay distintas estrategias. Hay opciones como alejarse -aunque sea parcialmente- de las redes sociales, dejar de ver televisión u aplicar mucho autocuidado, destinando tiempo extra a compartir con nuestros seres queridos, botando el estrés o haciendo actividades que nos gustan, a modo de “compensación” por así decirlo.
Pero a veces no nos da el tiempo para esto último o, debido a nuestro estilo de vida o intereses, no podemos darnos el lujo de desconectarnos tanto de los medios. ¿Qué se puede hacer en esos casos? Te dejamos algunos consejos prácticos.
La doctora Maltz no recomienda ver noticias justo antes de dormir, ya que esto puede aumentar los niveles de una hormona que liberamos en respuesta al estrés llamada cortisol, manteniéndonos despiertos durante la noche.
Apagar las pantallas al menos una hora antes de dormir, ayudaría a nuestras cabecitas a entender que es tiempo de descanso. Y las cantidades correctas de sueño nos ayudan, a su vez, a procesar mejor la información, manejar el estrés y, en general, a sentirnos más saludables. Así, esto deriva en un círculo virtuoso para bajar la ansiedad que las malas noticias pueden provocar.
Además, es relevante tener un momento del día designado claramente para ver y digerir noticias. Sí, digerirlas también, ya que es importante que nos demos tiempo para reflexionar y responder a ellas, de otro modo podemos encontrarnos lidiando con las emociones que las noticias nos provocaron durante todo el día (leer El Definido y detectar soluciones a esos problemas que se presentan en los noticieros, ¡puede ser un buen ejercicio!).
Así, luego de darnos ese tiempo, podemos reenfocarnos en volver a la calma y continuar con nuestra cotidianeidad.
La doctora y psicoanalista del New York Psychoanalytic Institute, Gail Saltz, escribió para la revista Health que cuando sentimos temor, lo primero que solemos hacer es preguntarnos qué podemos hacer para solucionar el problema. Una vez que tenemos un plan, tratamos de implementarlo lo mejor posible. Pero, ¿qué pasa cuando estamos enterándonos constantemente de noticias sobre problemas que no podemos resolver?
Si no hay nada que podamos hacer, lo natural es seguir adelante, pero a veces nuestras preocupaciones persisten y seguimos pensando en esas complicadísimas situaciones e intentamos darles algún tipo de respuesta. Esto no tiene nada de malo o raro, pero la doctora recomienda que si ocurre, hagamos una pasa y dejemos de intentar responder todas esas interrogantes.
En vez de eso, podemos dejar que las preguntas se queden un rato en nuestras mentes, así no más, sin respuesta. Si las dejamos tranquilas eventualmente perderán su “poder” y nuestras mentes solas dejarán de preguntarlas.
Vivimos en un mundo en el que el bombardeo de información a veces resulta, francamente, abrumador. Sin caer en extremos ni andar desinformados por la vida, es bueno poner filtros. En redes sociales podemos elegir qué cuentas dejar de seguir o clickear la opción “mostrar menos”, para no perder totalmente el contacto con una cuenta o contacto que publica muchas tragedias.
Y aunque nuestra recomendación venga de cerca, es importante buscar medios que nos informen y que tengan un enfoque que nos guste y que no sea puro morbo. Es bueno recordar que muchos optan por dar más relevancia a las noticias que hablan de desastres, conflictos y escándalos, dejando de lado el lado positivo, constructivo y propositivo.
Feeds como el de Google también se pueden filtrar, eligiendo opciones sobre las noticias que nos muestran, como marcar “no me interesa este artículo” o “personalizar artículos”. Es bueno complementar estas acciones con una búsqueda activa de artículos sobre temas que nos dejen inspirados o motivados.
Sal a la calle, haz ejercicio, escucha música. Todas estas actividades nos ayudan a lidiar en general con el estrés, también a despejar nuestras mentes de un exceso de malas noticias.
La doctora Stephanie Sarkis, terapeuta y autora de varios libros, aconseja en la revista Psychology Today que hagamos ejercicio regular y variemos nuestra rutina de ejercicios, combatiendo el estrés y la ansiedad. Además, el ejercicio genera endorfinas, que a su vez bajan la hormona cortisol que produce el estrés, haciendo que rápidamente nos sintamos mejor, como también es explicado en la revista Live Science.
Por su parte, el doctor Art Markman, de la Universidad de Texas, añade: "La música es una genial herramienta para liberar estrés. Ponte tus audífonos y escucha algo que te transporte a otro sitio. Y, si puedes, aprende a tocar un instrumento musical”.
Algo que es importante tener en claro, es que los medios instalan realidades que no siempre se condicen con la vida misma. Si la tele muestra únicamente catástrofes y tú te encuentras en paz, haz un ejercicio reflexivo: “hay gente que sufre y eso es triste y frustrante, pero es sólo una parte de la realidad. También hay un montón de cosas bellas e importantes que hoy mismo se están haciendo en el mundo”.
Jamás te quedes de brazos cruzados, trabaja por el otro. Pero si la solución no está a tu alcance, siempre está la opción de echar una hojeada al lado luminoso de la vida (que nunca se apaga, por más frustrado que estés) para volver a la calma.