Elon Musk, es caracterizado por ser un multimillonario visionario, genio loco y aventurero. Se dice que Robert Downey Jr se inspiró en él para personificar a Tony Stark (Iron Man). ¿Por qué no nos es difícil compararlo con un superhéroe? Porque Musk nos sigue deslumbrando una y otra vez con proyectos cada vez más sorprendentes. ¡Y fuera de este mundo!
Primero: la creación de Tesla, una empresa de transporte sustentable e increíblemente lucrativa. Luego, su idea de construir el Hyperloop, el cual busca unir trenes que funcionan a 1.100 kilómetros por hora a través de tubos de aluminio. Últimamente, nos ha impresionado con la creación de la planta solar más grande del mundo, y hace algunas semanas con el lanzamiento del Falcon X, el cohete más potente de la historia.
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¿Y el real propósito de los proyectos impulsados por su empresa aeroespacial, SpaceX? Ser el colonizador de Marte y de un mundo futurista. Y sigue… Ahora busca extender redes de internet por todo el planeta.
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Starlink es el nombre del proyecto con el que promete desarrollar una nuevo sistema comunicacional: internet accesible en todos los rincones del mundo, con una red 180 veces más veloz a la del promedio mundial, incensurable, encriptado, mucho más económica que la actual y con menos latencia (tiempo que tarda en transmitirse un paquete dentro de la red). ¿Cómo lograrían tanto avance? Posicionando los satélites en una órbita terrestre baja, por lo cual tendríamos conexiones de datos mucho más rápidas y receptivas.
Para poder acceder a esta red, se necesitaría de un receptor del tamaño de un notebook, el cual podría tener un valor único de por vida que variaría entre los $100 y $300 dólares ($60.000 a $180.000 CLP).
SpaceX solicitó a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) en Estados Unidos poder lanzar dos constelaciones de satélites que le permitirían cumplir con su propósito: primero una tanda de 7.518 satélites y luego 4.425 más, sumando cerca de 12.000, los cuales serían puestos en órbita en 2020 y estarían operativos en 2024. “Estos permitirán a SpaceX proporcionar servicios robustos de banda ancha en una base global completa y continua", suscribió SpaceX en su solicitud.
Entonces, su proyecto sería como una gran compañía de internet con acceso para todo el mundo, con ventajas que ninguna empresa ha ofrecido a sus clientes.
Desde 2015 que SpaceX está realizando estudios e investigaciones para el desarrollo de esta red en Redmond, Washington. Una vez que se aprobó la moción por parte de la FCC y de alcanzar el financiamiento necesario, lograron enviar los dos primeros satélites experimentales, que iban como cargamento secundario en el Falcon 9, propulsado el 22 de febrero desde la Base de la Fuerza Aérea de Vandenberg en California.
Los dos pequeños satélites Microsat- 2a y 2b fueron bautizados por Musk como Tintín A y B y permitirán poner a prueba los diseños, estructuras y rutas de comunicación para crear la red mundial.
Según explicó Elon Musk en 2015, también se encuentra dentro de sus posibilidades vender algunos de los satélites a empresas que busquen desarrollar investigaciones con fines científicos o exploratorios.
Sin embargo, el lanzamiento de casi 12.000 satélites es más del doble de todos los satélites que se han lanzado en la historia, según la Unión de Científicos Preocupados (UCS), los cuales podrían convertirse en una importante fuente de contaminación espacial.
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Aunque no lo creas, aún existe una gran barrera de accesibilidad al internet, ya que el 50% de la población mundial no posee conexión. Esto sucede especialmente en áreas rurales o en los países en vías de desarrollo. “Si tiene éxito, la constelación Starlink atenderá a los menos atendidos”, escribió Musk vía Twitter, luego de lanzar Tintín A y B.
Ajit Pai, presidente de la FCC explicó en un comunicado: "Para cerrar la brecha digital tendremos que usar tecnologías innovadoras (...) Las peticiones de SpaceX, junto con las de otras compañías de satélites que buscan licencias o acceso al mercado estadounidense para sistemas de órbita de satélites, implican unas de esas innovaciones".
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Según Gwynne Shotwell, presidenta y jefa de operaciones de SpaceX, los esfuerzos de Elon Musk por mejorar la velocidad tiene que ver con que los clientes de internet no están contentos con el servicio que actualmente se les presta. "Él tiende a pensar que es una industria donde los clientes están muy enojados y frustrados (...) Nosotros construiremos pequeños satélites de comunicaciones y además proporcionaremos una capacidad de banda ancha global a precios razonables”.
También explicó algo increíble: están evaluando que este nuevo sistema de internet se pueda utilizar ¡en Marte! "Si envías a un millón de personas a Marte, es mejor que les proporciones una forma de comunicarse. No creo que las personas que vayan allá estarán satisfechas con tener unas radios terribles y anticuadas. Querrán sus iPhones o Androids".
¡Y por supuesto! El generar millonarias ganancias, ayudarían a la incansable misión de Musk por conquistar Marte. "Para nosotros, tomar solo un pequeño porcentaje de eso nos brinda una gran oportunidad de ingresos, lo que realmente sería un factor definitorio para Marte y más allá", dijo Gwynne Shotwell.
Pero Elon Musk no es el único que ha pensado en esta mina de oro. El proyecto tiene otros competidores como Oneweb, Boeing, ViaSat, Telesat y LeoSat. La primera de ellas, busca lanzar su primer satélite de prueba este año y comenzar a funcionar limitadamente en 2019. Quizá nos llevemos una sorpresa, ya que en el proyecto Oneweb también está incluido el fundador de Amazon, Jeff Bezos.
A pesar de que el proyecto es sumamente interesante, hay muchas preguntas que SpaceX aún no aclara: ¿de qué tamaño serán los satélites? ¿ 12.000 aparatos será un número exagerado? ¿qué sucederá con la ciberseguridad? ¿existirá alguna legislación global al respecto?