¿Te lo perdiste? Regularmente republicamos contenidos vigentes que pueden resultarte interesantes. Hoy destacamos estas iniciativas para celebrar el Día Internacional de la Madre Tierra.
En Chile el parque automotriz ha aumentado considerablemente en los últimos años: entre 2010 y 2015 creció en un 41%.
Se ha llegado a extremos, como que por ejemplo hay una comuna en la Región Metropolitana (Vitacura), donde en 2016 se registraron más autos que personas. Esa es una excepción, pero lo cierto es que cada vez llenamos más las calles de motores. Esto, sumado a las industrias y prácticas como la quema de leña y los asados, colapsa el aire de las ciudades volviéndolo tóxico.
Además, cada día somos más personas en el mundo y las grandes ciudades se densifican cada vez más, y la calidad del aire de muchas ha llegado a niveles preocupantes.
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En Reino Unido, por ejemplo, se calcula que están muriendo 50 mil personas al año a causa de la contaminación ambiental, que proviene principalmente de las fábricas y los autos.
Aunque no sea el único responsable de la contaminación, ni el más mayoritario, uno de los cambios que puede hacerse es en el transporte. Además de priorizar los viajes en bicicleta, el idea es cambiarse a la electromovilidad como lo está impulsando Noruega, por ejemplo. Pero por mientras se generan esos cambios, hay que ver otras alternativas que puedan ayudar a limpiar el aire (y de paso a reducir la congestión).
En El Definido te contamos cuáles son las que se están probando para combatir el problema e incentivar el uso de alternativas más amigables y qué tan efectivas son.
La capital de Corea del Sur, Seúl, está adoptando distintas medidas para combatir la mala calidad del aire de la ciudad. Comenzaron a probar cómo funcionaba liberar el cobro del transporte público en las horas punta. ¿El resultado?
No fue como esperaban, no hubo una caída sustancial en el uso de los autos y tampoco ayudó a disminuir la densidad del polvo contaminante. Los usuarios del metro aumentaron solo un 2,1% y el análisis del tráfico mostró que los vehículos disminuyeron solo cerca de un 1,8%.
Seúl no es la primera, otras ciudades del mundo también lo han intentado como Skopie (capital de Macedonia), París, Varsovia, Barcelona, entre otras.
Al aplicar esta medida en Varsovia, el vicealcalde de la ciudad, explicó que a pesar de que están conscientes de que no tiene un efecto significativo en la mejora de la calidad del aire, sí tendría un "impacto educativo y de conciencia pública".
El programa de Barcelona era un incentivo para que los ciudadanos que tenían autos viejos y contaminantes (1995 y 2000), los entregaran a cambio de una tarjeta para acceder al transporte público gratis durante tres años. Todo con el compromiso de no comprarse otro auto mientras dure la tarjeta. ¿Qué pasó? Hasta noviembre del año pasado habían logrado eliminar 249 autos viejos, los que contaminaban tanto como 5.000 nuevos.
En Chile, una tarjeta de transporte público gratuito por tres años, permitiría a una persona ahorrar cerca de 1 millón 300 mil pesos considerando dos viajes diarios de lunes a domingo (pasaje calculado a $610). Sí, puede que sea menos de lo que cuesta el auto, pero así ayudaría a mejorar el aire y también ahorraría dinero en bencina, permiso de circulación, seguro, etc.
El impacto del ofrecer transporte público gratuito también dependerá de su calidad y de cómo esté diseñada la ciudad (buena cobertura de las redes de transporte), lo que afecta directamente la decisión de los automovilistas. Pero si ni con transporte público gratis nos bajamos del auto, hay más alternativas, así que sigamos revisando.
Cada día es más difícil encontrar un estacionamiento, las calles están llenas de autos y lograr estacionarse en muchas partes es una tarea compleja y más aún si buscamos uno donde no cobren un ojo de la cara.
Sin embargo, las ciudades que están preocupadas por los altos niveles de contaminación están empezando a prohibirlos. ¿Cómo?
En 2017, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, anunció que comenzarán a prohibir la construcción de estacionamientos para automóviles en gran parte de la ciudad, para aumentar la proporción de viajes a pie, en bicicleta o en transporte público.
El objetivo es lograr que esa proporción crezca de 64 al 80% en los próximos 25 años y para lograrlo deben eliminar 3 millones de viajes diarios en automóvil. Junto con eso, también duplicarán el número de estacionamientos para bicicletas en las tiendas minoristas.
"Debemos ser más audaces para alentar a las personas a reducir su dependencia de los automóviles. Es esencial para lidiar con la congestión a medida que la población de Londres crece, y es crucial para reducir nuestras emisiones tóxicas de contaminación del aire”, aseguró Khan.
En Seúl hicieron algo similar con los estacionamientos, pero no tan drástico. Dentro de las medidas de emergencia adoptadas por la ciudad, decidieron cerrar temporalmente algunos estacionamientos de los edificios gubernamentales, así los trabajadores públicos podrían dar el ejemplo y cambiando el auto por otro medio de transporte o compartiéndolo otros compañeros de trabajo.
Otra medida para desincentivar el uso del auto es cobrar mucho por los estacionamientos y eso es lo que hicieron en Helsinki, capital de Finlandia. Así combaten el tráfico y la contaminación.
Hoy las bicicletas la llevan, en Santiago hemos visto como ha aumentado considerablemente la cantidad de kilómetros de ciclovías en los últimos años.
Ciudades de todo el mundo están fomentando su uso a través de la construcción de ciclovías y de distintos incentivos, como más estacionamientos que les permitan dejarlas en un lugar seguro al momento de trasladarse, bicicletas públicas a las que se puede acceder por un precio accesible, etc.
Algunas han ido más allá y han clausurado el paso de los vehículos en ciertas calles del centro como en Paris los fines de semana, para priorizar el paso de peatones y bicicletas.
Algo similar ocurre en Santiago con la CicloRecreoVía que se realiza todos los domingos entre las 9 am y las 14 horas. Algunas calles y avenidas se convierten en circuitos de paseo libres de motores, para fomentar la actividad física y el encuentro.
Claro, en ambos casos estamos hablando de un sector de la ciudad y de uno o dos días a la semana solamente, lo que no tiene un impacto muy significativo sobre la calidad del aire, pero sí da un mensaje claro, al invitar a los ciudadanos a atreverse a moverse en bicicleta o a pie.
Lo ideal sería que esto se fuera ampliando a más lugares de la ciudad y, ojalá, a todos los días de la semana. Prohibir los autos de manera permanente en el centro de la ciudad, es un proyecto que se discute en Oslo y en muchas otras ciudades del mundo.
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Es complicado que todos nos bajemos del auto, por eso también existen opciones más ecológicas como compartir transporte (tipo colectivo).
Hay aplicaciones para compartir viajes (en Chile encontramos algunas como Nos Fuimos y AllRide), por ejemplo, si quieres ir al trabajo o a otra ciudad, te conecta con alguien que ofrece su auto y lo llena con personas que vayan al mismo destino, así comparten gastos y contaminan menos.
En 2018, quince de las principales empresas mundiales de transporte y tecnología (una de ellas es Uber) firmaron los Principios de Movilidad Compartida. Se comprometieron a priorizar a las personas por sobre los vehículos, reducir las emisiones, promover la equidad y alentar el intercambio de datos en las ciudades donde estas operan. ¿Qué quiere decir esto?
Impulsarán medidas para fomentar el uso de autos compartidos y así maximizar el uso de cada vehículo.
“En Uber, creemos que el objetivo de reducir la propiedad de automóviles privados es uno que compartimos con personas y ciudades de todo el mundo. Por sí misma, la tecnología no es una solución para las ciudades. Pero, usada correctamente, y en asociación con otros, creemos que la movilidad compartida tiene el potencial de contribuir a un mundo mejor para todos", dijo Andrew Salzberg, Jefe de Política e Investigación del Transporte de Uber.