VIH, Sida, inclusión, seropositivos
Imagen: June´s HIV + Eatery

El restaurante que sólo contrata empleados seropositivos para combatir el estigma del VIH

"June´s. An HIV + Eatery" es el nombre del restaurante pop-up de Canadá que sólo contrata personas seropositivas para derribar los mitos y prejuicios que rodean a la población afectada con VIH. La iniciativa ha sido un éxito.

Por Macarena Fernández | 2017-11-21 | 16:18
Tags | VIH, Sida, inclusión, seropositivos

Siete canadienses son diagnosticados de VIH al día, un ritmo que sólo ha descendido un poco desde los años ‘80; pero no así el estigma de la población hacia las personas portadoras. Es más, una encuesta demostró que la mitad de los canadienses jamás compartiría o comería comida preparada por una persona seropositivo.

Ante este dato, el reconocido chef Matt Basile, dueño del Fidel Gastro´s de Toronto; decidió levantar un proyecto temporal para derribar el estigma y los prejuicios de la población hacia las personas con VIH.

Se alió con Casey House, el primer hospital para personas con sida en Canadá, y así reunir a 14 pacientes seropositivos y capacitarlos para convertirlos en chefs profesionales. ¿Para qué?

Abrir un restaurante pop-up por dos días en Toronto llamado "June's. An HIV + Eatery", donde sólo atienden y cocinan personas con VIH.

"Para muchas personas que viven con VIH, es el estigma lo que más duele", dijo el restaurante en un comunicado. "Este proyecto es una oportunidad para luchar contra el estigma en cada bocado. Unirnos en un espectáculo de amor, apoyo y aceptación, y disipar los mitos sobre el VIH que condenan a tantos a sufrir en silencio".

El equipo de June´s 

Poniendo en pie el restaurante temporal

Lo primero que hicieron fue contratar a una agencia de publicidad (Bensimon Byrne) para que los ayudara a construir una campaña social, el logo, los mensajes a transmitir, etc. Y antes de abrir el restaurante, empezaron a lanzar la campaña con mensajes en los medios, gráficas en las redes sociales, videos en YouTube.

La idea era generar la mayor cantidad de conversaciones posibles antes de abrir las puertas; y descubrieron que cuando la ignorancia y la culpa aparecen en línea, hay una comunidad grande que responde de forma rápida para explicar, educar y acallar a las voces negativas y prejuiciosas.

Al ver los comentarios de gran parte de las personas, el equipo del restaurante decidió aclarar los mitos a través de las redes sociales y también a través de frases que imprimieron en las paredes de su local, y que tenían relación con lo siguiente:

- No te puedes contagiar el VIH por compartir mesa, vaso o cubiertos

- Si alguien se corta en la cocina y es seropositivo, se gestiona igual cómo lo harían en cualquier cocina: prestar primeros auxilios, limpiar la zona, tirar todo lo que haya podido estar en contacto con la sangre y limpiar todas las superficies

- El VIH no resiste fuera del cuerpo y además, el virus moriría durante el proceso de cocción.

- La preparación de comidas no propaga el VIH.

La exitosa experiencia de la apertura

En las semanas previas a la apertura, las 14 personas reclutadas para formar el equipo de cocina pasaron horas con el chef Basile para diseñar un menú exclusivo. Así aprendieron a cocinar sofisticados platos como sopa tailandesa de puerro y patata o char pappardelle ártico, y a trabajar la presentación hasta que quedara impecable.

Junes´s. An HIV + Eatery abrió sus puertas el pasado 7 de noviembre a los más de 300 comensales que habían reservado su mesa con mucho tiempo de anticipación. Comensales que pagaron 125 dólares (unos CLP$ 80 mil) por una cena de 4 tiempos, de primer nivel, preparada y servida por los 14 chefs con delantales con frases como: "Juzga la comida, no al cocinero", "Ayuda a combatir el estigma del VIH con cada bocado" o "Me contagié el VIH por comer pasta, dijo nadie, nunca"; entre otros.

Fue tal el éxito de esta experiencia que tuvieron que extenderlo por más noches y hoy, el equipo quiere trasladar el restaurante a distintas partes como San Francisco, Nueva York, Los Ángeles y Londres, por ejemplo; para seguir combatiendo los mitos que rondan alrededor de las personas que viven con el virus y sobre las posibilidades de contagio.

Además, el hospital Casey House en su página web agregó una campaña de donación para los pacientes del hospital, a cambio de un delantal de edición limitada con frases para desmentir los mitos del VIH; y han sido todo un éxito.

Los testimonios de los cocineros VIH+

Muluba Habanyama, una cocinera que perdió a sus padres por el sida, se pregunta qué habrían pensado ellos del restaurante. "Sé que si estuviesen vivos y viendo esto, sería irreal para ellos", dice la joven de 24 años. "Durante mi infancia yo sabía que era seropositiva, pero también sabía que era un secreto que se guardaba en familia".

De pequeña en las pijamadas le preocupaba que la pillasen tomando sus medicinas. Y también experimentó en primera persona cómo cambió la percepción cuando reveló su secreto. "Una de mis mentoras me hizo comer en platos y vasos de papel mientras que su esposo y ella comían con vajilla. Tenía unos siete años... me hizo mucho daño".

Después de que a los 19 años muriese su madre de la enfermedad, Habanyama sufrió una fuerte depresión. "Mi hermana y yo teníamos que organizar el funeral. La gente venía y preguntaba qué había pasado. Nos inventábamos historias", dice la joven. "No pude llorar su muerte de manera correcta porque estaba inventando mentiras y no podía decir la verdad a mis amigos y familia lejana de lo que estaba ocurriendo".

Trevor Stratton comparte este sentimiento. Ahora con 52 años, le diagnosticaron VIH hace 27 y lleva más de la mitad de su vida siendo seropositivo. "Intenta conseguir una cita siendo seropositivo", dice Stratton. "Siempre lo digo, incluso en webs de citas online. La gente no quiere hablar contigo. La primera cosa que dicen es ‘¿cómo lo cogiste?’".

Stratton no dudó en participar en la oportunidad de trabajar como cocinero en el restaurante, ya que consideró que era una oportunidad crucial de resaltar una cuestión que ha sido ignorada en gran parte durante los últimos años. "Necesitamos ayuda, necesitamos aliados, necesitamos ser reconocidos como una importante población afectada", dice Stratton, agregando "somos invisibles. Y este es nuestro trabajo: intentar situarnos en el mapa".

Kenneth Poon, un cliente de Casey House y chef del restaurante, dijo en un comunicado que estaba "orgulloso de ser parte de los cocineros de June´s que trabajan para romper las barreras audazmente y terminar con el aislamiento que he sentido y que otros siguen sintiendo (…) A través del cuidado compasivo que recibí en Casey House, superé los días más oscuros y hoy estoy aquí, ayudando a otras personas que viven con VIH / SIDA“.

"Creo que todavía existe la persistente noción de que si tengo contacto humano regular con alguien con VIH, puedo contraerlo, y sigue siendo una sentencia de muerte", señaló Joanne Simons, directora de Casey House, el hospital de pacientes con VIH.

Es por eso que es sumamente urgente que se realicen todo tipo de campañas e iniciativas públicas para educar a la población, y para desmentir los prejuicios y mitos que rodean al VIH.

¿Conoces otra iniciativa que busque derribar los prejuicios del VIH?

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