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Imagen: César Mejías

La otra crisis en Asia de la que de seguro no sabías

Actualmente China e India viven momentos de tensión producto de la construcción de una carretera en un área en Bután que Beijing considera propia. Nueva Delhi fue en apoyo del pequeño reino y nadie pareciera dar su brazo a torcer.

Por Tomás Croquevielle @kroque1989 | 2017-08-21 | 11:50
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Si crees que la tensión entre Corea del Norte y EE.UU., en donde Trump amenazó con "fuego y furia" a Pyongyang es la única amenaza nuclear sobre Asia, pues te equivocas.

En un remoto paso en las cimas del Himalaya, China e India, ambas potencias nucleares viven momentos de tensión bélica por la disputa de un camino sin pavimentar. Leyeron bien, ahora el peligro de una guerra nuclear no solo viene del Twitter del Presidente de EE.UU. sino que también de una carretera sin asfalto en la "punta del cerro".

Se trata de una de las peores disputas fronterizas en más de 30 años entre estos dos gigantes, que cuentan con un tercio de la población mundial (cada uno con más de mil millones de habitantes).

Autopista de la discordia

Todo esta disputa comenzó el pasado 16 de junio, cuando un centenar de soldados del ejército chino llegaron sin preguntarle a nadie con excavadoras a la llamada Planicie de Doklam, una triple área fronteriza entre el Tíbet (bajo ocupación china desde 1950), el estado indio de Sikkim y el reino de Bután.

Su supuesta intención era "modernizar" y extender una carretera ya existente hacia el interior del valle. ¡Qué generosos! Como reacción casi inmediata, una compañía de soldados indios cruzó la disputada frontera y formó una cadena humana para paralizar las obras, instando a los chinos a “desistir de cambiar el status quo”.

Desde entonces, el conflicto ha seguido un curso zigzagueante, con altos y bajos, en donde se han combinado esfuerzos diplomáticos constructivos para bajar las tensiones y llegar a un entendimiento, junto con actitudes belicistas como la acumulación de tropas de ambos países en la zona en disputa. Oficialmente ninguno de los dos países quiere la guerra, pero ninguno parece estar dispuesto a dar su brazo a torcer.

¿Quién le preguntó a Bután?

Pero, ¿por qué tanto lío por una simple carretera?

Todo el conflicto reside en la gran diferencia que Beijing y Nueva Delhi tienen respecto a Doklam, mientras India la considera territorio soberano del pequeño reino budista de Bután (sí, el mismo que mide el bienestar de su país por la Felicidad Nacional Bruta), China nunca ha reconocido la soberanía butanesa sobre esa zona.

¿Y por qué se mete India? ¿Acaso Bután no puede defenderse solo? La verdad es que no; Bután es un pacífico país de apenas un millón de habitantes con un ejército de menos de 10 mil miembros, que depende casi totalmente de las FF.AA. indias para su defensa. Esto porque el pequeño país, que no mantiene relaciones diplomáticas con Beijing, siempre ha sido más cercano a Nueva Delhi, especialmente tras la anexión de China al Tíbet, otro reino budista.

Desde entonces, India ha desempeñado un papel clave en la administración del pequeño país, contribuyendo con casi mil millones de dólares anuales en ayuda económica y militar. Por eso se ha sentido con la autoridad para ingresar a Doklam y plantarse frente al poderoso ejército chino, el más numeroso del mundo. Aunque aquello pueda generar una guerra con su vecino.

¿Pero acaso India defiende a Bután de pura buena onda? En realidad tiene sus propios intereses que defender al ir al rescate butanés, pues la provincia de Doklam se encuentra peligrosamente cerca del corredor de Siliguri, denominado como el "cuello de pollo" de India, que conecta los estados nororientales con el resto del país. Por lo que el control chino de aquel territorio pone bajo peligro la continuidad territorial del país.

En rojo, el corredor de Siliguri. 

Esto, ya que aún existe desconfianza entre India y China, dado el historial bélico. Hasta la fecha ha habido tres conflictos militares de baja intensidad en la zona en disputa, la primera en 1962, la segunda en 1967 y la tercera en 1987.

Todas son producto de las disputas fronterizas con origen en 1914, cuando el Reino Unido (sí, otra vez en la raíz de los conflictos internacionales de la actualidad), que controlaba India, firmó un acuerdo secreto con el entonces Reino del Tíbet que estableció la línea McMahon, un límite fronterizo entre China e India, que nunca ha sido reconocido por Beijing.

Desde entonces, ocasionalmente y de manera cíclica, las tensiones se incrementan sin que aún se esté ni cerca de alcanzar algún acuerdo diplomático que defina de manera permanente las fronteras.

Por su parte desde que comenzó este conflicto, Beijing ha reforzado su presencia militar en la zona montañosa y un portavoz del ministerio de Defensa, advirtió que su ejército "ha adoptado medidas de emergencia para responder en la zona y seguirá intensificando su despliegue".

Dato útil: incluso en momentos de paz, China e India mantienen una gran rivalidad, derivada de la tolerancia india hacia las actividades del Dalai Lama y la causa autonomista tibetana y de su tendencia a aliarse con EE.UU., Australia y Japón. Además de resistirse a la Belt and Road Initiative, el megaproyecto chino de infraestructuras en el continente asiático y otras zonas.

¿Hay razones para preocuparse?

Aunque está situación pueda mantener a algunos nerviosos, especialmente considerando el potente arsenal militar, económico y nuclear que tanto China como India poseen, la verdad es que no hay realmente razones (aún) para entrar en pánico.

A diferencia de EE.UU. con Corea del Norte, por ejemplo, que no mantienen casi relaciones diplomáticas o economías, India y China mantienen un intercambio comercial de unos 60 mil millones de dólares anuales. Y sabemos que esas cosas son relevantes a la hora de tomar decisiones.

Al mismo tiempo que ambos países son miembros del club de países emergentes, conocido como BRICS, las iniciales de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, países con enormes economías y gran cantidad de población. Por lo que ninguno tiene deseos de entrar en guerra con su vecino, puesto que un ambiente pacífico y estable es crucial para ambos.

Así que no, en El Definido no queremos darte una nueva razón para que no puedas dormir en las noches, sino presentarte un conflicto asiático del que se habla menos, pues los estrafalarios Trump y Kim Jong-un suelen robarse los titulares. No queríamos dejar fuera este conflicto con décadas de historia, donde hay muchos factores en juego, y donde esperamos que prevalezca la paz.

¿Crees que China e India llegarán a un acuerdo?

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