Si no eres partidario de Trump, independientemente de donde vivas, seguro te pasó esto: todos tus contactos y los medios que viste en las redes lo consideraban obviamente un loco… hasta que de pronto… ¡Paf! Es el presidente de Estados Unidos.
¿Qué pasó, de qué te perdiste, en qué minuto se dieron vuelta la chaqueta tantos gringos? Nunca lo hicieron, simplemente estabas escuchando y viendo lo que querías ver, y el fenómeno se llama “cámara de eco”.
Imagina que vives dentro de una caja de resonancia, una suerte de burbuja en la que estás solo, y todo lo que dices se transforma en un eco que escuchas repetirse decenas de veces. De eso se trata esta cámara de eco o echo chamber, una metáfora sobre la forma en que hoy en día nos nutrimos de noticias a través de las redes sociales: creemos que accedemos a todos los puntos de vista, pero lo que hacemos no es más que escuchar una y otra vez nuestra propia perspectiva del problema.
Si piensas en tu cuenta de Facebook o Twitter, notarás que tus contactos suelen responder a tus gustos, tendencias políticas o intereses. Es más o menos lógico, ¿por qué seguir a un medio de derecha si soy de izquierda? ¿O por qué seguir a un negacionista del cambio climático, si creo firmemente en él? Nos gusta conocer la opinión contraria hasta cierto punto, pero preferimos afirmar la nuestra con otras similares.
El problema cuando seguimos solo a personas e instituciones afines, es que finalmente la situación se extrema y sólo nos escuchamos a nosotros mismos; creemos formar parte activa de la esfera pública, pero no hacemos más que personalizar cada vez más nuestras redes, accediendo únicamente a una mirada sobre cada tema.
Hoy en El Definido no queremos condenar a la tecnología, sino advertir sobre este problema, para hacernos conscientes de que lo que vemos a través de la redes sociales, no es lo único que existe.
Esas fueron las palabras que usó Barak Obama para referirse a la sarta de noticias falsas que circularon durante la última campaña presidencial, cuando se enfrentó Donald Trump a Hillary Clinton, entre ellas: Michelle Obama habría nacido de un hombre y Barak Obama habría fundado ISIS. What??
Y esa misma “nube de polvo de tonterías”, contribuye a nutrir la cámara de eco en la que cada uno de nosotros vive, en su mundo virtual-web-paralelo, colaborando al nivel de agresión que caracterizó a la última elección presidencial.
La práctica de personalización de las redes sociales es útil para acercarnos más a nuestros gustos, preferencias y personas afines, objetivo noble. El problema es que al filtrar la información que recibimos cada vez que abrimos nuestras cuentas de Facebook, el sistema nos muestra una realidad tendenciosa, pues lo que recibimos es mucho menos de lo que se está informando a nivel global. Y esto cobra gran relevancia cuando sabemos que, por lo menos en Estados Unidos, el 44% de la población utiliza Facebook como única fuente de noticias. ¿Qué problemas podría acarrearnos esta situación?
Este fenómeno podría llegar a dañar el funcionamiento de la democracia, de acuerdo al New Yorker, pues conduce a la gente a no distinguir entre noticias reales y falsas. La gente está tan inserta en su burbuja, que su pensamiento de nicho se polariza y, carentes de información, ya ni siquiera distinguen qué es real y qué es fruto de las creaciones de “los nuevos periodistas amarillos”, como los llama el Washington Post. Además, los famosos algoritmos que manejan las redes como Facebook, potencian este efecto, pues acaban por conocer al dueño de cada cuenta, mostrándole solo aquello que es un potencial “me gusta”.
Otro efecto peligroso de la cámara de eco, es que termina por confirmar nuestras creencias preexistentes, de acuerdo a Psychology Today. Y al no encontrar puntos de vista divergentes o contraargumentos sólidos que nos hagan plantearnos lo que consideramos como verdad, terminamos por creer casi siempre que nuestro pensamientos es el correcto, porque todas las fuentes que conocemos lo reafirman. Finalmente, no es más que un ejercicio para nuestro ego.
Si vivimos dentro de una caja de resonancia, que no hace más que repetir nuestras ideas, sin mostrarnos nada nuevo, poco a poco, nuestras capacidades para distinguir qué es falso o no, se van deteriorando, y éste es uno de los riesgos más peligrosos.
El Washington Postentrevistó a dos populares “nuevos periodistas amarillos”, que abiertamente publican varias noticias falsas al día, en su sitio Liberty Writers News. Se trata de una web de ultra derecha, adicta a Donald Trump, pero creada por un abogado y un contador que votaron en dos ocasiones por Obama. Estos son los prototipos de redactores web que hoy abundan en las redes sociales y contribuyen al efecto de cámara de eco; se cuelgan de una noticia cualquiera, para inventar conspiraciones, hechos espectaculares o derechamente noticias falsas. Ojo, que esto sucede en todas las veredas políticas.
Ben Goldman y Wade, los dos creadores de Liberty Writers News,se iniciaron como periodistas amarillos al no encontrar trabajos profesionales. Ambos eran meseros y ganaban poco dinero. Entonces, se les ocurrió el proyecto y su primera noticia fue sobre un rumor que corría en torno al gobierno de Corea del Norte: estaban haciendo experimentos con humanos. Como la noticia se basaba en habladurías y mucha imaginación, no había ninguna foto para poner como portada. Entonces buscaron en Internet una imagen de una masa carnosa (quizás proveniente de una carnicería o matadero) y la pusieron como gancho en Facebook. ¿Resultado? Éxito total, el sitio alcanzó 13 mil seguidores en un mes y, entre junio y agosto del año pasado, ganaron entre 6 a 26 millones de pesos mensuales.
Gracias a este "éxito", ambos se han hecho expertos en lo que pega o no pega en Facebook, y aseguran que “las cosas que hacen pensar”, no reciben clicks en la red(¡algo que en El Definido estamos en profundo desacuerdo!). Ambos ya están pensando en abrir un nuevo sitio, esta vez de tendencia liberal-demócrata, pero inspirado en la misma fórmula que hizo famoso a su sitio actual: hipérbole, conspiraciones, amarillismo, falsedades, remedios contra el acné y sucedáneos del Viagra.
El periódico The Guardian, alertado también por el fenómeno, realizó un interesante experimento durante la última campaña presidencial en Estados Unidos: creó dos cuentas de Facebook, una que se nutría con noticias demócratas y otra con republicanas. En ambas, sus usuarios eran personas de la otra vereda política, es decir, en el sitio demócrata, iniciaban sesión gente de derecha, mientras que en el sitio republicano, gente de izquierda. La idea era ver la reacción de los usuarios durante 48 horas, al nutrirse únicamente de información proveniente de una cámara de eco absolutamente antagónica a la propia.
El experimento causó reacciones de todo tipo: algunos se dieron cuenta de que sus opositores políticos los odiaban, otros que los trataban de equivocados o abiertamente mentirosos, para algunos confirmó sus tendencias, mientras otros se volvieron más comprensivos e, inclusive, entendieron las estrategias de sus rivales políticos y las consideraron atractivas. Lo más sorprendente, es que algunos fueron persuadidos y se mostraron mucho más abiertos al diálogo después de los dos días de exposición a Facebook.
Uno de ellos, quien admitió que únicamente se informaba sobre el acontecer nacional e internacional a través de Facebook, admitió finalmente: “tengo que ser más proactivo para obtener contenidos de mejor calidad”.
“¿Quién es más loco: el loco, o el loco que sigue al loco?”, cita Psychology Today, recordando las palabras de Obi-Wan Kenobi. Porque claro, locos como los descritos arriba, siempre han existido y existirán pero, ¿tú vas a seguirlos también? ¿Quién es el loco entonces?
Hace poco, en El Definido dimos algunos simples consejos para detectar noticias falsas que, en una época en donde los medios-fábricas-de-salchicha abundan, son muy útiles. Además de esta guía, agregamos las sabias palabras del psiquiatra Joseph M. Pierre:
A meses de las elecciones presidenciales en Chile y teniendo fresco el recuerdo de la agresividad de las últimas elecciones estadounidenses, ¿continuarás manteniendo hermética tu cámara de eco?