Existen innumerables campañas que te invitan a ahorrar agua en tu casa, para así ayudar al planeta con distintas medidas: cambiar los electrodomésticos a unos que usen menos agua (lavadora, por ejemplo), fijarse en que los grifos estén funcionando bien, que las duchas no sean tan largas, y cuantas otras más.
Pero quizás ninguno imaginó, que hacer algo tan común hoy en día como revisar tu correo electrónico, escuchar la música desde internet, o ver el nuevo video de tu artista en YouTube, hace que el mundo gaste más y más agua.
¿Pero cómo? Bueno, aunque solemos olvidarlo, toda la información que se mueve por internet en el mundo, todo lo que recibimos, viene de un centro de procesamiento de datos, los que funcionan con computadoras (muchas, muchas computadoras). Y ahí comienza el asunto.
Como podrás imaginar, estas computadoras consumen mucha energía y a su vez se calientan en exceso, por lo que es necesario mantenerlas a una temperatura que no vaya a dañar su funcionamiento. Esto se logra manteniendo refrigerado los centros de procesamiento y para eso, se utiliza agua (y mucha energía).
Según investigadores del Imperial College de Londres, quienes estudiaron el proceso y dieron sus resultados en 2015, se estima que un gigabyte (1 GB) de datos utilizados por internet, puede significar el gasto de hasta 200 litros de agua. Y un estudio estimó que solo en California, donde hay 800 centros de datos, se consumen al año unas 158.000 piscinas olímpicas de agua.
Por otro lado, tenemos un aumento sostenido del uso de internet. En 2015, los celulares con acceso a internet en Europa, subieron su gasto a 1,9 GB por mes por persona, y en EE.UU se alcanzó la cifra mensual de 3,7 GB, según una compañía de telecomunicaciones consultada por la BBC.
Si vemos las cifras en Chile, solo con ver una película en HD en Netflix, se gastan 7 GB por hora, mientras que en YouTube, se gastan un poco menos de 2 GB. Y se estima que en el país, en un hogar que utiliza regularmente las plataformas de Netflix, Spotify, YouTube y los buscadores de internet, gasta hasta unos 500 GB en 15 a 20 días.
El tema es preocupante, ¿pero qué podemos hacer si hoy en día prácticamente todo funciona desde o con internet? Es casi imposible pedirle al mundo que deje de utilizar sus celulares con 3G, que deje de contratar wi-fi, entre otras cosas más.
“Es muy poco probable que cambie el comportamiento del consumidor, lo que hay que cambiar es el comportamiento de quienes gestionan los centros”, dijo Bill Thompson, especialista en tecnología.
Y acá es donde entran las compañías. Las empresas de estos mismos centros de procesamiento se están haciendo cargo para contribuir con el planeta y el cuidado del agua. Según dijo a la BBC Kaveh Madani, del Centro de Política Medioambiental del Imperial College, las cosas van mejorando; “Facebook, Apple, Microsoft y Google hicieron mejoras considerables respecto a su huella hídrica”.
Aunque las razones para invertir en tecnología que derroche menos agua, sea por un tema de conciencia medioambiental, por ahorro o por miedo a dañar su reputación, es de todas maneras una buena noticia.
“Centros de datos ecológicos” son los que hoy las compañías quieren adoptar y que parece ser se están tomando muy en serio. Este tipo de centros, buscan tanto utilizar energías renovables (granjas eólicas, por ejemplo), como bajar el gasto hídrico.
Una de las empresas que ya ha hecho cambios, es Green Mountain, una compañía que nació en 1997 con el objetivo de proporcionar energías renovables. Y siguiendo su línea de trabajo, tienen el centro de procesamiento de datos en el interior de una montaña en noruega, donde las temperaturas son bajas y así existe un enfriamiento natural. Este lugar, además, solía ser un almacén de municiones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Otra empresa que va camino a la creación de estos centros de procesamientos ecológicos, es Microsoft. Como les contamos en este artículo, en febrero de este año terminaron las pruebas de su centro de datos bajo el agua, aunque por ahora solo un prototipo, nada oficial aún. El agua que rodea el centro ayuda para mantenerlo refrigerado, en vez de necesitar energía para aire acondicionado y los otros mecanismos de enfriamientos que significan gasto hídrico.
Por otro lado, en 2013 Facebook partió con un centro de computación al norte de Suecia, en Lulea, la cual queda cerca del círculo polar ártico. Como podrán imaginar, el lugar tiene temperaturas mucho más frías, lo que ayudan también al enfriamiento natural de los centros de procesamiento. Además, este centro cuenta con un 100% de su energía renovable, ocupando sistemas hidráulicos. Y este no es el único que habrá, ya que están construyendo otro en Irlanda el cual utilizaría energía eólica en su 100%.
Estas serán buenas soluciones para reducir el impacto ambiental y el uso de agua, en la medida que el impacto que generen en el ambiente donde se instalan no sea nocivo.
Por otra parte, se pueden aplicar nuevos sistemas de refrigeración, como el Liebert DSE, el cual no utiliza agua ni introduce aire externo a las instalaciones (generando además un ahorro energético del 50%). Con esta tecnología se han ahorrado 5.300 millones de litros de agua en los últimos 36 meses en Norteamérica.