Lo culinario está de moda. Cada día hay más chefs autodidactas en nuestro entorno cercano que se lucen en almuerzos y eventos familiares con sus platos estrella y dejan a todos boquiabiertos exigiendo repetición, la que claramente nunca es posible. Cada día hay más programas de televisión estilo MasterChef, donde los participantes se parten el lomo ingeniando las mejores recetas para que luego los jueces escupan sus platos o los boten a la basura (y cómo gozan haciéndolo).
El mundo está girando cada día más en torno a lo gourmet, porque si hay un placer que todos compartimos es el amor por la comida. Flacos, gordos, niños, ancianos, animales, marcianos, etc., todos agradecemos felices un buen plato y es por esto que la cocina, al igual que todas las grandes disciplinas del mundo, cuenta con su propio "Nobel": los premios de la Guía Michelin, otorgados por la prestigiosa editorial francesa del mismo nombre y que corresponden al mayor reconocimiento que un restorán u hotel puede recibir.
Sus "estrellas Michelin" son el premio más famoso, y corresponde al reconocimiento de la excelencia en presentación, calidad, creatividad y sabor de un plato. Uno cree que este premio va dirigido únicamente a los restoranes exclusivos, a esos que se caracterizan por sus platos fusión minimalistas que cuestan un sueldo mínimo, con nombres estrambóticos e ingredientes inexistentes (trufas selladas con costra de sal de ballena asiática o flores secas del desierto florido al tártaro); y que de seguro, luego de comerlos, los clientes corren a zamparse un completo de la Copec, al menos en Chile.
Pero en realidad, no siempre es así. Estas estrellas premian un buen plato en distintas categorías y en los premios de este año, sucedió algo inédito.
Por primera vez en la historia de la Guía Michelin (creada en 1900), dos puestos de comida ambulante reciben una soñada estrella por ser muy buenos en su categoría. Estamos hablando del “Hong Kong Soya Sauce Chicken Rice and Noodle”, que vende arroz con pollo y soya; y el “Hill Street Tai Hwa Pork Noodle”, que vende tallarines con cerdo; ambas picadas que quedan en plena calle Hill en el centro de Singapur. Lo mejor es que ambos platos cuestan menos de 2 dólares.
El dueño de uno de los puestos es Chan Hon Meng, un comerciante y cocinero de 51 años que lleva tres décadas en el negocio gastronómico y 10 desde que abrió su carrito en el centro de Singapur, en el que vende un solo plato: arroz con pollo y salsa soya a US$1,85 (unos 1.200 CLP).
Sólo a la hora de almuerzo, el puesto vende más de 150 platos, y en el día, la clientela llega a más de 500 comensales, quienes esperan las largas colas para ser atendidos. Chan trabaja únicamente junto a su mujer y una asistente de cocina, quienes lo ayudan a preparar los pedidos que cada día son más numerosos, y que luego de la estrella, de seguro no darán abasto.
Respecto al premio, y a esto mismo, Chan le dijo a la BBC que él era consciente de lo que significaba una estrella Michelin, pero que jamás imaginó que su puesto ambulante la recibiría alguna vez, y agregó que se sentía satisfecho y entusiasmado con el reconocimiento, pero también presionado por mantener la alta calidad de la comida y el servicio.
Dentro de sus planes próximos está abrir un segundo puesto en el Singapore Shopping Centre, y si el éxito continúa creciendo, el dueño cuenta que le gustaría formar una cadena gastronómica y llevarla al exterior.
Del otro puesto ganador no hay mucha más información. Se sabe que vende tallarines con cerdo que son un éxito, que abrió su primer puesto en 1930, y que hoy es administrado por la segunda generación de la familia.
Tener una o más estrellas Michelin supone que un restaurante no sólo es uno de los mejores de su país, sino que también es uno de los mejores en el mundo. En la actualidad cerca de 2.000 restaurantes de todos los países que cubre la guía tienen estrellas.
Además de estos dos, la Guía Michelin Singapur 2016 (primera vez que se realiza en un país asiático), reconoció a 200 restoranes en 35 categorías diferentes, dentro de los que figuran 62 puestos callejeros. Todo un hito para la prestigiosa y exclusiva guía culinaria, la que al otorgar estas estrellas, asegura que puede existir perfectamente comida ambulante y rápida de primera calidad y a precios accesibles para todos.
1) Las estrellas, que premian a los mejores platos
2) Los cubiertos, que premian el buen servicio y confort del restorán
3) Las casas, que premian el buen servicio y comodidad en los hoteles
Además, cada uno de estos premios tiene categorías. Por ejemplo, 1 estrella significa que es bueno dentro de su rango, 2 estrellas señalan calidad de primera clase, y 3 estrellas indican una cocina excepcional que justifica de por sí el viaje. En el caso de los cubiertos y casas, las categorías son 5, y se rigen por parámetros similares a los de las estrellas.
Por otro lado, las estrellas, cubiertos y casas se pueden ir acumulando con los años o pueden ser entregados de una sola vez, y también pueden ser quitados si es que el restorán u hotel baja su calidad y servicio.