Tener que salir de casa siempre con la cabeza y cuello tapados, sin dejar un solo mechón de pelo o pedazo de piel afuera. Tener que hacer lo mismo con más de 40 grados en verano, aguantándose la transpiración y el calor. Tener que hacerlo en el gimnasio, en la playa, en todas partes. Y además, tener que hacerlo simplemente por obligación, porque las leyes en Irán dictan que las mujeres deben llevar el hijab, o velo, los 365 días del año en espacios públicos. Si no lo usan o lo llevan mal puesto, son sancionadas por la llamada "policía moral".
Por esto es que la periodista iraní Masih Alinjejad, quien reside hoy en Londres, decidió llevar a cabo una campaña mediática a través de las redes sociales para protestar por el velo forzado. “My Stealthy Freedom” (Mi libertad encubierta) se llama la iniciativa, que comenzó el 2014 y que ya cuenta con más de 1 millón de seguidores en su cuenta de Facebook. Busca que las mujeres, y ahora también los hombres de Irán, apoyen la protesta en contra del velo forzado a través de fotografías personales. Y la dinámica es simple: las mujeres sin velo y los hombres con. Todo esto bajo el lema: “el derecho individual de las mujeres iraníes para escoger si quieren o no usar el hijab”.
“Es sólo un velo, no es tan terrible”, “Que le ponen color, es lo mismo que un pañuelo”, “Muchas mujeres religiosas están de acuerdo con llevarlo”. Comentarios como éstos hemos leído en las redes sociales respecto a la noticia y por esto mismo quisimos escribir al respecto. Puede ser que no sea algo de vida o muerte, puede que no sea tan atroz usar el hijab, puede que muchas mujeres no se sientan oprimidas por llevarlo, sino orgullosas (como les contamos anteriormente en esta nota). Ok, de acuerdo. Lo terrible aquí no es que las mujeres lleven velo, sino que el gobierno se los imponga a todas, lo quieran o no. Porque como dice la periodista que lidera la campaña: "Mi problema no es tener que usar el velo. Mi problema es no tener opción”.
Las mujeres iraníes deben llevar el hijab por obligación desde el triunfo de la Revolución Islámica de 1979, instancia en la que se dictó una ley de conducta islámica que incluye la vestimenta femenina en público, y que es vigilada a diario por la policía moral (Gasht-e Ershad) en las calles y lugares de acceso público de todo el país.
La ley consiste en que todas las mujeres, desde su pubertad, deben llevar su cabeza, cuello y pecho tapados por un hijab o velo cuando se presentan en lugares públicos o frente a hombres que no sean sus familiares. Esto como sinónimo de castidad, pureza y sencillez, cualidades que la religión musulmana destaca en las mujeres.
La medida fue inspirada en el propio Corán 24:31 que dice: “Di a las creyentes que bajen la mirada y guarden recato; que no deben mostrar su belleza y adornos, que deben echar el velo sobre sus pechos y no mostrar su belleza, excepto a su marido, sus padres, padres de su marido, sus hijos, hijos de sus maridos, sus hermanos o hijos, etc.”
Si una mujer decide no llevar el velo en público o llevarlo a medias, mostrando un poco el pelo o el cuello por ejemplo, o maquillando su rostro; las autoridades pueden castigarla con multas e incluso con cárcel, por considerarlo una deshonra.
Además de los policías, existen más de 7.000 agentes encubiertos (hombres y mujeres) que deben informar las transgresiones a la Gasht-e Ershad, la que decidirá finalmente si actuar o no.
Si bien hay muchas mujeres y hombres iraníes (quizás la mayoría) que están a favor del uso del hijab y del seguimiento de las leyes de vestimenta, como sinónimo de respeto y dignidad; hay también muchas otras mujeres y hombres (más occidentalizados tal vez) que lo consideran humillante por el hecho de su uso forzado.
Es más, actualmente existe una aplicación móvil en Irán (de la que les contamos en esta nota), similar al Waze, que permite saber de antemano dónde se ubican los puntos de control móviles de los policías morales, para evitarlos en el trayecto, y evitar así las detenciones.
Con la campaña “Mi libertad encubierta”, miles de mujeres comenzaron a tomarse fotografías sin el hijab en sus casas, junto a sus parejas, en la calle, playa o lugares públicos; subiendo comentarios como “Quiero tener la misma libertad que mis compatriotas hombres”, “Sólo tenemos Facebook, redes sociales y nuestras palabras las unas a las otras, mientras el Gobierno tiene armas, balas y poder. Esto no es una guerra justa”, “Me resisto al hijab. A mí también me gusta sentir el sol y el viento en mi cabello. ¿Es un gran pecado?”, entre miles de otros.
Desde el 22 de julio pasado, la campaña se extendió, haciendo un llamado a los hombres a unirse a la protesta bajo el #MenInHijab (hombres en hijab), subiendo fotografías de ellos usando el velo solos o acompañados de sus mujeres sin velo. Y ha sido todo un éxito.
"La mayoría de estos hombres están viviendo dentro de Irán y han sido testigos de cómo sus parientes mujeres han sufrido a manos de la policía la humillación de hijab forzado", comentó Masih Alinejad para el periódico británico Independent.
“Esperamos que un día, en cada familia, la libertad individual de cada persona sea respetada. No creemos que obligar a alguien a llevar el hijab sea un signo de honor”. “Simplemente quise demostrar que mi entendimiento por honor no tiene nada que ver con acciones impuestas de vestimenta en las mujeres”.“Muchos pensarán que la imagen de un hombre en velo es humillante para los hombres. Pensemos en profundidad:¿qué hay de los millones de mujeres que están obligadas a llevarlo?”. “Cuando usé el hijab, aunque fue por un corto tiempo, sentí que dejaba de ser yo. Es el peor sentimiento del mundo y absolutamente inaceptable para cualquier ser humano libre. Significa que las mujeres, cuando dejan sus casas cada día, dejan también su verdadera identidad”. Esto son solo algunos de los comentarios de hombres en las redes sociales.
Familia Iraní que compartió su foto en el FB de My Stealthy Freedom |