¿Eres de los que sufren por ir al dentista? ¿Te lavas los dientes a la perfección, pero igual te salen caries e incluso te has tenido que hacer un tratamiento de conducto? El clásico problema de nuestra salud dental podría tener sus días contados gracias a un nuevo descubrimiento desarrollado por investigadores de Harvard y Nottingham.
Día a día, somos muchas las personas que vamos al dentista por un “simple” (para nosotros) dolor de muela, sin embargo, al llegar allá nos encontramos con la sorpresa de que es mucho más grave de lo que imaginábamos. Caries profundas que ni sospechábamos o incluso una infección que arriesga la "vida" de nuestro diente.
Ganar la guerra contra esas bacterias y salvar definitivamente nuestros dientes (y nuestro bolsillo) es lo que están logrando un grupo de científicos, al crear un material que se puede insertar en ellos, cual tapadura, y estimula la reparación de los tejidos internos. Pasen a ver.
Es probable que varias personas que conocemos se hayan sometido a uno. Cuando la infección de la caries pasa a mayores, el diente se ve tan dañado que para no perderlo es necesario hacerse un doloroso-famoso-y-costoso "tratamiento de conducto".
Es decir, cuando hay dientes o muelas fracturadas, con caries profundas (¡auch!) y que una vez ya lastimado este nervio, tienen una lesión irreversible. Una vez que se comienza el tratamiento, se perfora la pieza dental y se retira la pulpa, luego se limpia, agranda y moldea el espacio que queda “vacío” (llamado cámara pulpar), junto a los conductos de la raíz y luego se rellena, restaurando la pieza dental para que no se pierda.
El odontólogo de la Universidad de Talca, Felipe Diéguez, explica que además, actualmente un tratamiento de conducto tiene un porcentaje de fracaso de alrededor un 16%, lo que significa que cualquier persona que reciba el tratamiento, igual podría llegar a tener problemas nuevamente y finalmente el diente podría terminar por ser removido.
"Es un porcentaje que, dentro de todo, igual es alto, entonces cualquier método que hayan inventado que reduzca ese porcentaje de fracaso, resulta mejor que el tratamiento existente”, afirmó. Aclaró que incluso hasta un tratamiento a la perfección, puede tener un porcentaje de fracaso, por numerosos factores.
Ahora, ¿qué pasaría esta lesión irreversible pudiéramos hacerla reversible y además darle la pelea a las caries?
Bueno, esa pregunta es exactamente lo que los investigadores de la Universidad de Nottingham y la Universidad de Harvard se hicieron y están encontrando una revolucionaria solución, al desarrollar un nuevo biomaterial sintético, que dicen que podría permitir al nervio dañado, regenerar la capa protectora para prevenir la infección del diente. ¿Cómo funcionaría?
Es similar a los rellenos dentales utilizados para el tratamiento de conducto y las caries, solo que éste se pondría en contacto directo con tejido de la pulpa, para estimular la población de las células madre y así regenerar el tejido dañado.
Para entender mejor, el diente posee tres capas de tejidos: la capa externa es el esmalte (lo que vemos como blanco), luego vienen la dentina, que actúa como apoyo del esmalte y finalmente en el centro, está la pulpa que es el tejido blando en donde están los nervios y vasos sanguíneos. Y cuando una caries comienza a romper, lo hace por capas desde afuera hacia adentro. Si llegar a la pulpa, todo se complica.
Este biomaterial entonces, busca estimular a aquellas células madre que ya se encuentran dentro de la pulpa del diente para que crezcan y pueda formar una nueva dentina para proteger a la pulpa.
Este invento solucionaría el margen de error de los tratamientos de conducto, pero más importante aún, podrían sustituir la clásica tapadura de caries, permitiendo fortalecer al diente y protegerlo de nuevas infecciones y prevenir llegar a este tipo de tratamientos.
Los empastes dentales que hoy existen son tóxicos para las células e incompatibles con el tejido de la pulpa dentro del diente, explica el Dr. Adam Celiz, de la Universidad de Nottingham. Por eso solo pueden utilizarse en ciertos casos cuando la infección aún no es demasiado grave.
Al igual que los rellenos regulares, este biomaterial se inyecta en el diente y se endurece con luz UV, así que puede ser utilizado tanto para el tratamiento de caries como para el de conducto, ya que se pueden poner en contacto directo con el tejido de la pulpa y así estimular la reparación y regeneración del tejido de la pulpa y la dentina.
Aún no se revelan detalles de su funcionamiento, pero esta técnica ha resultado exitosa en las pruebas de laboratorios e incluso acaba de ganar el segundo lugar en la categoría de materiales de Tecnologías Emergentes, de la Competencia de Química de de la Royal Society de Reino Unido 2016 (largo, pero preciso ¿no?).