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Imagen: César Mejías

El secreto de los prisioneros de guerra para superar grandes traumas

Un desafío prácticamente imposible, en condiciones de guerra y tortura, pero que estos prisioneros fueron capaces de enfrentar sin hundirse en la frustración. ¿Cómo lo hicieron? Aquí les contamos.

Por Alvaro Lopez B. | 2016-06-24 | 07:00
Tags | guerra, prisioneros, tortura, frustración, depresión, angustia, libertad, optimismo, resiliencia, superación
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La guerra no es algo para tomarse a la ligera. Bien lo sabemos, y no solo el pasado, sino el presente nos lo recuerdan constantemente. Es algo terrible, tanto para quienes la sufren (o sea, los habitantes del lugar), como para quienes la pelean. Ser tomado como prisionero de guerra tampoco es un paseo en el campo: muchas veces éstos son sometidos a torturas, asilamientos y una serie de condiciones que casi siempre los dejan con traumas que les duran toda la vida.

Sin embargo, hay algunos soldados, que no experimentan eso en su totalidad. No se quiebran por dentro y son menos dados a desarrollar depresión y estrés postraumático. En otras palabras, son resilientes. ¿Cómo diantres logran superar algo tan difícil y mantenerse equilibrados?

Es bastante probable que no nos convirtamos nunca en prisioneros de guerra (eso esperamos), pero los casos de estos soldados, además de ser impresionantes, nos dejan una gran lección que podemos aplicar a nuestras vidas cuando de enfrentar la adversidad más extrema se trata.

La evidencia

Los psiquiatras y doctores en medicina Steven M. Southwick y Dennis S. Charney, han dedicado sus carreras completas a estudiar la resiliencia, y han hecho investigaciones específicas sobre prisioneros de guerra, siendo eminencias en su ámbito.

El año 2008, lideraron una investigación que estudió a 30 ex prisioneros de la guerra de Vietnam, quienes fueron capturados y sometidos a torturas, y estuvieron años en celdas solitarias, en un horrible lugar que ellos llamaban con ironía “Hanoi Hilton”.

Aparentemente, esta investigación consideró al principio a 750 soldados, pero luego se publicó una cantidad más reducida de participantes, seguramente para homogeneizar la muestra. Sin embargo, los resultados son semejantes y han sido corroborados también en otros estudios sobre veteranos de guerra.

Estos soldados fueron considerados para la investigación, porque a pesar de haber sufrido tremendos abusos físicos y psicológicos, desarrollaron muy poco estrés postraumático para las experiencias vividas, y escasa depresión. Por lo tanto, se decidió investigar qué tenían en común. Los hallazgos fueron resumidos en 10 aspectos que permiten incrementar nuestra propia resiliencia en la vida cotidiana, basándonos en la experiencia de estos prisioneros de guerra.

Uno de los autores del estudio, nos explica las lecciones que se pueden aprender de los prisioneros de guerra. OJO: En inglés, con subtítulos en inglés. Big Think.

Características de los prisioneros de guerra altamente resilientes

El equipo liderado por Charney y Southwick, encontró 10 elementos decisivos que tenían en común estos ex-prisioneros:

1. Optimismo

Quienes son más optimistas, muestran mayor resiliencia. Mantener una actitud positiva, es clave para no aumentar el estrés. Esto puede ser un poco complicado para algunas personas, porque esto también está influido por factores biológicos y genéticos, así como por la química de los circuitos de recompensa del cerebro de cada cual.

De todas maneras, uno puede recurrir a algunas estrategias: para reestructurar nuestra respuesta al estrés, podemos activamente detener los pensamientos negativos apenas aparezcan, y preguntarnos si existe alguna base racional para sentirnos pesimistas sobre una situación. En suma, tenemos que aprender a darnos cuenta, que nosotros controlamos ver el vaso medio lleno, o medio vacío (aquí te dejamos 7 técnicas para ayudarte).

2. Altruismo y compasión

Asimismo, la necesidad de ayudar a otros en forma desinteresada, es una manera de sobrellevar el estrés extremo, y además, puede funcionar como terapia para recuperarse de algún problema, trauma o situación específica, que nos haya afectado. Sí, suena extraño hablar de "desinteresado" si es que en realidad, es una táctica para beneficiarse personalmente, pero lo cierto es que debe existir una real preocupación por los demás (y por añadidura llega el beneficio).

La compasión, y el volcarse hacia el otro, nos fortalece, y permite desarrollar mayor paciencia y mirar de forma más colectiva lo que ocurre, pensando también en cómo afecta a otras personas. De hecho, se ha probado en diversos estudios, que el altruismo es uno de los fundamentos al momento de criar niños con alta resiliencia.

Además se pueden “ contrapesar”, por así decirlo, los sentimientos de tensión, con sentimientos de amor y de conexión hacia el resto.

3. Fuerte sentido de la ética

Para superar tan grandes pruebas, otra cosa que tenían en común los soldados, y también buena parte de quienes han sobrevivido a grandes catástrofes, era un núcleo de creencias imposibles de remover. Una manifestación de eso, es tener un sentido claro y profundo, de lo que es y no es correcto, de lo que corresponde hacer y de lo que no corresponde hacer. Esto nos da un eje en el cual apoyarnos, y nos da un sentido de autorrealización al encarnar esos valores. Asimismo, la satisfacción de saber que hacemos lo correcto, nos da una sensación de confianza en el futuro.

4. Espiritualidad

Aunque no necesariamente se manifiesta a través de prácticas religiosas, la confianza en que hay algo más allá que lo material, esto es, el sentido de lo espiritual, permite también tener un eje donde apoyarse. Además, según Southwick y Charney, existe una fuerte correlación entre la fe y la espiritualidad, y el grado de resiliencia.

5. Sentido del humor

Existen numerosos estudios que muestran que el sentido del humor permite aliviar el estrés, y por lo tanto, aumentar nuestra resiliencia. Aparte de cambiar nuestro estado de ánimo en el momento, permite generar una distancia entre la tensión y nosotros mismos, así como regular nuestra respuesta frente a las situaciones estresantes o muy adversas. Así que, ¡las cosas no son nunca tan extremadamente graves, como para quedar en un eterno estado de negrura! 

Charla TED, de la Dra. en Psiquiatría Megan McElheran, que nos habla sobre cómo se superan los traumas y se fomenta la resiliencia. Aquí sí hay subtitulos en español. TED.

6. Tener un modelo a seguir

Es importante tener un modelo a seguir, en especial un modelo que nos sirva como ejemplo de resiliencia, de superación y de fortaleza frente a las dificultades (para algunos podrá ser un futbolista, un cantante, para otros un familiar o amigo). Estos modelos a seguir, tienen una gran influencia, pues afectan nuestros valores al marcarnos con una impronta psicológica.

Es así, los seres humanos también nos desarrollamos gracias a la imitación de conductas. Por eso la sugerencia es, a la hora de la fuerte adversidad, encontrar personas que admiremos, y cuya actitud nos pueda inspirar cuando llegue el momento de la adversidad.

7. Redes de apoyo

Es esencial tener y nutrir una red de apoyo social, pues prácticamente nadie puede avanzar con efectividad estando solo en la vida. Una red de apoyo no sólo sirve para ayudar en aspectos prácticos y palpables, sino que también potencia nuestra fortaleza emocional, al momento de sufrir dificultades. Tenemos con quien "desahogarnos", tenemos quienes nos escuchen y nos den consejos, y lo más importante, tenemos quienes nos entreguen y a quienes entregar amor, para nutrirnos interiormente. Nadie es realmente autosuficiente, así que… ¡cultivemos nuestras relaciones, nuestras amistades!

8. Enfrentar los miedos

Esto es, en estas situaciones de extrema adversidad si que hay que dejar la zona de confort. Sí, debemos hacer frente a nuestros temores, y si hay que asustarse, pues uno se debe asustar. No hay nada de malo en ello. Lo importante es plantarle cara a los miedos, pues… ¿cómo vamos a derrotar a un adversario, si ni siquiera nos atrevemos a mirarlo? Además, el miedo puede ser utilizado como una herramienta y un apoyo, para poder aumentar nuestra propia autoestima, al superarlo paulatinamente.

9. Darle sentido a la vida

Es fundamental tener una misión o darle un sentido a la propia vida, Victor Frankl bien claro lo tenía en Auschwitz y Dachau (de seguro leyeron o escucharon El hombre en busca de sentido).

Esto aumenta nuestra valoración personal de lo que hacemos, y le da un eje y una justificación a todos nuestros actos. Impide que la angustia (generada por la falta de sentido), mine nuestro estado de ánimo y, aparte de potenciar la resiliencia, evita o atenúa los estados depresivos.

10. Desarrollar la resiliencia activamente

No importa lo complejo que sea, debemos intentar desarrollar activa y voluntariamente, nuestra resistencia y resiliencia en diversos momentos de la vida. Obviamente que si tenemos dificultades para superar las adversidades, cuando llegue una mayor las probabilidades de éxito serán escasas. ¿Pero cómo se consigue esto?

Enfrentando desafíos constantes, haciendo cosas nuevas, sin refugiarnos en nuestra zona de confort. También es importante desarrollar nuestras fortalezas, de modo que potenciemos esos aspectos, lo que sirve no sólo como preparación para situaciones difíciles, sino para desenvolvernos en forma cotidiana. En otras palabras, es muy bueno hacer las cosas, para las que somos buenos. Y esto no sólo es válido para los adultos, sino que también es benéfico dar pequeños desafíos a los niños, de modo que vayan cultivando su propia resiliencia, lo que es infinitamente útil.

Y por último: la Paradoja de Stockdale

Además de estas 10 características en estos soldados y sobrevivientes, se cumple casi siempre la llamada Paradoja de Stockdale. ¿En qué consiste? Esta paradoja fue nombrada en honor a Jim Stockdale, quien fue prisionero de guerra en Vietnam por 8 años. Mientras todos sus amigos “optimistas” se quebraban, él mantuvo al grupo a flote, ¿de qué forma? Aquí viene la paradoja: los soldados “optimistas”, decían: “ya nos liberarán en Navidad”. Pasaba Navidad, y nada. Luego: “ya nos liberarán en junio”. Pasaba junio, y nada. Finalmente, al tener sus expectativas frustradas una y otra vez, dejaron de tener anhelos, y se quebraron por dentro.

En cambio, Jim Stockdale asumió otra postura: aceptó la realidad. Era una realidad horrible, hay que admitirlo. Torturas y encierro solitario. Sin embargo, la aceptó. No se dijo, de manera un tanto escapista: “ah, esto terminará en tal fecha”. Lo que en el fondo, es esconder la cabeza como la avestruz ante los problemas. Stockdale tomó las cosas como son, sin perder la esperanza de que habría eventualmente un cambio (por cierto optimismo sigue siendo necesario). Por lo tanto, pudo empezar a actuar de manera efectiva, para aliviar su situación aunque fuera de manera mínima, pues no suspendió eternamente la acción a la espera de que “algo cambiara”. Por ejemplo, creó un código de comunicación entre presos, por medio de pequeños golpes en la pared, lo que aparentemente, salvó la sanidad mental de todos ellos.

La Paradoja de Stockdale, entonces, se puede resumir de la siguiente forma: hay que mantener la confianza en que las cosas se arreglarán y al mismo tiempo, aceptar por completo la situación, por más dura que sea. Esto permite que uno pueda tomar medidas concretas y efectivas, para paliar las circunstancias, y poder sobrellevar mucho mejor las circunstancias adversas… aunque sea paradójico.

¿Qué te parecen estas características? ¿Cómo has logrado mantenerte optimista en situaciones de gran adversidad?

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Comentarios
Paulina Ríos | 2016-06-24 | 23:54
2
no lo logré... por eso me gusta leer estos artículos...
Dejé de ser yo misma y lo perdí todo. Los que aún siguen a mi lado y saben, también saben cuánto cuentan.
Cuesta mantener el optimismo... y el altruismo y la compasión fue lo primero que desapareció. Le siguió la esperitualidad. Mi ética siempre estuvo ahí, aunque la encerré, como todo lo demás.
Creo que tomar distancia (física, y muuuucha) es algo que también ayuda
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Alvaro Lopez B. | Colaborador | 2016-06-25 | 13:39
1
Sin duda... y el paso del tiempo. Te envío mucho ánimo, y un gran abrazo. Espero que todo esté poquito a poquito mejor. :)
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María Francisca | 2016-06-25 | 12:58
2
Interesante, además aplicable a situaciones menos traumáticas, pero difíciles y dolorosas.
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Alvaro Lopez B. | Colaborador | 2016-06-25 | 13:40
1
Efectivamente, lo de ellos fue como el extremo mismo, pero se puede transponer ese aprendizaje a nuestras propias situaciones, que no por ser cotidianas, dejan de ser dolorosas y difíciles. Muchos saludos!!
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Lorena Muñoz | 2016-06-25 | 17:28
2
Bueh...supongo que estoy en la etapa en que intento recuperar el optimismo, aunque sea un minimo, el que sentia antes, es lo mas complicado...las demas cosas estan en 50%..creo..
A veces es complicado encontrarle un sentido a todo. Uno necesita renovar las creencias muchas veces y en ocaciones pierdes el sentido que habias pensado antes y el tener que reconstruir todo te da la sensacion de que te sientes perdido. En mi caso, despues de un año las cosas se reacomodan y de apoco se siente q se vuelven a ajustar cn los nuevos cambios. El tiempo ayuda, aunque aveces se siente que pasa lento.
Aunque me siento poco optimista puedo decir q al menos ya acepte lo que paso sin echarle la culpa a nadie ni al universo ni a alguna cosa externa, eso ya es algo importante.
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Alvaro Lopez B. | Colaborador | 2016-06-28 | 09:49
0
Es importante darse cuenta que la actitud de uno cuenta mucho, y que está en nuestras manos ir, poquito a poco, construyendo nuestro futuro. No hay plazos... lo importante es ir avanzando. Como dicen por ahí, poquito a poquito se llena el jarrito. Un abrazo grande!
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Sebastián Zunino | 2016-07-04 | 23:14
0
Gracias por el artículo. Creo que hay que corregir el enlace con la charla TED porque es el mismo del video superior. Gracias!
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Sebastián Zunino | 2016-07-04 | 23:15
0
Ahh no. Fue error de mi computador al parecer.
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Alvaro Lopez B. | Colaborador | 2016-07-05 | 04:07
0
son pasas que cosan :)

pero muchas gracias por el interés en avisar! ^_^
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