- "Estúpido celular ¡la batería ya no le dura ni medio día!"
Puede que esa sea una de las frases más comunes de estos tiempos. Incluso, se podría reemplazar “celular” por cualquier otro artefacto electrónico que requiera de una batería, y la frase podría mantener su misma representatividad.
Y es que, a pesar de las maravillosas horas de servicio que estas nos pueden entregar sin la necesidad de estar conectadas a un enchufe, la verdad es que también tienen una esperanza de vida relativamente corta. Esto significa que después de un tiempo, ya no funcionan igual que al principio, cual escoba nueva.
Todo se debe a que en promedio una batería dura alrededor de 7 mil ciclos de carga. Y la razón detrás es la fragilidad de los nanocables que las componen: unas fibras mil veces más delgadas que el cabello humano y de alta conductividad energética, pero que con cada carga y descarga se van debilitando, debido a que cualquier corrosión o impacto en su material, incide en que estos se rompan y con ello vayan perdiendo su capacidad de carga.
Pero al parecer, este sombrío panorama está cambiando. Y es que un grupo de Científicos de la Universidad de California en Irvine crearon una batería capaz de soportar 200 mil ciclos de carga. Es decir, se pueden cargar 30 veces más que las que usamos ahora. Así que, en teoría, son capaces de durar toda una vida humana (considerando que las baterías tradicionales nos duran unos 3 años).
El estudio fue publicado en la revista de artículos de energía de la Sociedad Química Americana, bajo el nombre de “100 mil ciclos y más: Extraordinario ciclo de estabilidad para nanocables de MnO2 provistos por un gel de electrolito”.
En tanto, desde el departamento de Química de la universidad, emitieron un comunicado en el que aseguran que la innovación “nos acerca cada vez más a una batería que nunca más necesitará ser reemplazada. Este exitoso descubrimiento podría llevarnos a tener baterías con una esperanza de vida considerablemente mayor, tanto para computadores, como para teléfonos inteligentes, autos, naves y electrodomésticos”.
El gran avance, como tantos otros en la historia, en verdad se debió a un accidente protagonizado por Mya Le Thay, una estudiante de doctorado y líder del grupo de investigación. Según el director del departamento de Química de la universidad, Reginald Pepper, "Mya estaba prácticamente jugando, cubrió todo con una capa muy fina de gel y empezó a cargarla (…) descubrió que con este gel pudo someter a la batería a cientos de miles de ciclos de carga sin perder capacidad”.
Así que en el fondo, lo que hizo Mya fue crear una batería de nanocables de oro, los que cubrió con un caparazón de dióxido de manganeso, la que a su vez bañó en un electrolito similar al gel de plexiglás. ¡Y voilá!... típicas cosas que todos hacemos en nuestros ratos de ocio, ¿no? :P
Esto incidió en que, además de los 200 mil ciclos de cargas que las nuevas baterías son capaces de soportar, tampoco han mostrado alguna pérdida en su capacidad de funcionamiento. Y es que los nanocables han sido capaces de mantenerse intactos durante las pruebas.
Según los mismos investigadores, esto se podría deber a que el gel “plastifica” el metal al interior de la batería, lo que le entrega flexibilidad y a la vez previene cualquier quiebre en las fibras de los nanocables.
Además de la comodidad de no tener que estar reponiendo baterías, este descubrimiento trae un montón de buenas noticias. Por ejemplo, se podría terminar con el problema de los residuos de las baterías. Debido a que contienen diversos metales pesados y químicos tóxicos, son altamente dañinas y cuando son eliminadas junto con toda la basura, son capaces de llegar a contaminar cursos de ríos, entre otras cosas.
Otro aspecto importante es que podrían servir para revolucionar la industria de autos eléctricos. Esto, ya que el rendimiento decreciente de estos ha sido uno de los principales problemas que ha impedido la masificación de los mismos. Y ahora, con baterías que pueden durar toda una vida, la noción de un transporte masivo, limpio y eficaz se hace cada vez más posible.
Por su parte, también podría incidir en que como sociedad avancemos hacia una cultura menos desechable. Y es que si tenemos baterías que duran toda una vida, los artefactos electrónicos deberían avanzar hacia esa línea también, ¿no?