Te sugerimos que acompañes la lectura de este artículo con la música del siguiente video:

Viajemos al pasado: nos encontramos en el año 1983. La industria de los videojuegos, todavía novedosa, pero con más de una década de desarrollo, está pasando por su mayor crisis. Hay demasiadas consolas diferentes, los problemas de piratería y uso de licencias están a la orden del día y, hay que decirlo: la calidad de los juegos está siendo cada vez peor. Se rumorea que Atari ha tirado camionadas de consolas y juegos a la basura, porque nadie los está comprando. Para ser honestos, los últimos lanzamientos han sido pésimos. La última promesa de la empresa, E.T.: El Extraterrestre, que prometía vender varios millones de unidades, resultó ser una decepción de mala jugabilidad y pésima programación. Los consumidores están molestos y se han preocupado de demostrarlo.

Si la situación empeora, se teme que Atari y otras empresas desarrolladoras como Mattel y Coleco deban cerrar sus puertas por fuera de forma permanente.

Restos de videojuegos de Atari encontrados en una excavación arqueológica dirigida por Microsoft en el vertedero de Alamogordo, Nuevo México, el año 2014. Este descubrimiento corroboró el rumor que circuló durante años sobre el destino de los juegos de la compañía en los tiempos de su peor crisis.

La crisis de 1983 estuvo cerca de echar por la borda todo lo que la emergente industria de los videojuegos había logrado hasta entonces. Pero entre todo el caos, hubo una marca que desde Japón supo aprovechar la caída de los gigantes estadounidenses para posicionarse con su propia consola, y revitalizar de paso al resto de la industria: por supuesto, hablamos de Nintendo. Subamos al Delorean, volvamos al presente y veamos las cosas en retrospectiva:

La famosa Nintendo Entertainment System (NES) fue el nombre occidental de una consola que en Japón se llamó Family Computer o Famicom. Desde esta plataforma saltaron a la fama juegos como Super Mario Bros, The Legend Of Zelda, Metroid, Mega Man y muchos más.

Fue por lejos la consola con procesador de 8 bits más famosa de todas (Nota al margen: entendamos que los bits de un procesador determinan cuánta información simultánea puede procesar una computadora. No profundizaré demasiado este tecnicismo para no desviarnos). Los procesadores de 8 bits fueron muy típicos a mediados de los ’80 y estuvieron presentes en famosas máquinas como el Commodore 64 (el modelo de computador más vendido de la historia), los Apple I y II, el MSX, la consola Atari 2600 y la Sega Master System. Fue todo un ícono de la tecnología y la estética de la época comprendida desde mediados de los ochenta hasta principios de los noventa.

Shigeru Miyamoto, productor y diseñador de videojuegos. Ha creado a prácticamente todos los personajes clásicos de Nintendo y se le considera uno de los personajes más importantes en la historia de la industria. Su relevancia es tal, que en Nintendo no le dejan ir al trabajo en bicicleta, por miedo a que se accidente en el camino.

Y si lo poco que hemos dicho hasta aquí ya les tocó un poco el cucharón, tranquilos, no son los únicos nostálgicos… para quienes nacieron entre el '80 y el '95, resulta imposible no sentir una puntada de nostalgia cada vez que escuchan la chillona y estridente música del Super Mario Bros en la tele o ven una pixelada imagen del Final Fantasy en internet.

8-bit music, chiptune, nintendocore y otras hierbas

Desde fines de los noventa se fue dando un fenómeno de revivalismo bastante interesante, que terminó cuajando una corriente musical que no solo llevaba con orgullo la estampa de nerd, sino que remaba contra los avances de la tecnología y se valía de máquinas “obsoletas” para generar sonidos que pudiesen ser convertidos en música. Así, en lugar de recurrir a las infinitas bondades de la tecnología MIDI o a la calidad sonora del Hi-Fi, artistas como 8 Bit Weapon y ComputeHer comenzaron a sacar recursos sonoros de Nintendos y Game Boys para crear música. Esta corriente musical es conocida como chiptune o 8-bit music.

Dentro de la corriente chiptune podemos encontrar tres tipos de músicos:

En primer lugar están los que componen música utilizando exclusivamente computadoras y/o consolas de 8 bits. Dependiendo del tipo de composición, estos suelen clasificarse como artistas de música ambient o música electrónica a secas.

En segundo lugar están los que utilizan sonidos de 8 bits combinados con instrumentos reales o sonidos electrónicos de otras fuentes, como sintetizadores o baterías programadas en computador. En Chile tenemos a Lalo Ibeas, vocalista de Chancho en Piedra, que forma parte de Perno, un dúo de música geek que compone música original con temática de videojuegos.

Por último, existen también artistas que se dedican a tomar canciones populares y versionarlas en estilo chiptune. El colectivo más famoso en este estilo es 8-bit Universe.

En el sentido opuesto, dentro de la música existen también quienes han tomado piezas famosas de chiptune y las han versionado en su propio estilo. Dentro del rock nos encontramos con géneros como el nintendocore y el nerd rock que, explotando su faceta más ñoña, versionan las bandas sonoras de clásicos de Nintendo con instrumentos reales. ¿Alguna recomendación? Sí, escucha a The Advantage y NESkimos. Eso sí, te lo advertimos: hazlo bajo tu propio riesgo. Puede que bajes la guardia y en un pestañeo te encuentres convertido en un gordo amarillo con cola de caballo, atendiendo una tienda de historietas en Springfield.

Más allá de la música, la corriente cultural 8-bit

Si bien dentro de la música este es un fenómeno en sí mismo, no se le puede aislar del marco mayor: la onda 8-bit está de moda, y las plataformas actuales están facilitando enormemente su difusión. Juegos de PC, videos de Youtube y aplicaciones para teléfonos están plagando de moda retro al ciberespacio (los smartphones han sido un área especialmente fértil para esta estética, debido a los procesadores más lentos, estilo de juego más casual que favorece al arcade y el área de pantalla reducida que saca poco partido a los detalles).

Cthulhu Virtual Pet es un juego para Android diseñado al estilo retro de los 8 bits, en el que debes cuidar a una mascota virtual (un “Tamagochi”), que en este caso es Cthulhu, el ser mitológico del universo literario de H.P. Lovecraft. Debes alimentarlo con gente y asegurarte de que se divierta… Destruyendo ciudades y hundiendo embarcaciones. Créditos de la imagen: Google Play Store.

Si te gustan los dibujos animados, échale un ojo a Regular Show, de Cartoon Network. Además de tener variadas referencias a los videojuegos y a la cultura ochentera, su banda sonora está ampliamente nutrida de influencias de música de la época. Y no es casualidad: detrás de las labores compositivas se encuentra nada más ni nada menos que Mark Mothersbaug, fundador de la banda de new wave Devo.

Y si de cine se trata, la última gran novedad en el mundo del cortometraje es la película sueca Kung Fury (2015). Financiada exclusivamente mediante crowdfunding, Kung Fury es una sátira genial a todos los clichés de las películas ochenteras de artes marciales y ciencia ficción. ¿Un policía experto en kung fu combatiendo mano a mano contra una máquina arcade con arrebatos asesinos? ¿Hitler el Kung-Führer? ¿Un nerd computín que hackea el espacio-tiempo? ¡Por supuesto! Hay de eso y más. Sus realizadores la subieron a Youtube, donde ya supera los veinticuatro millones de visitas.

Por último, si te aburriste de cambiarle la ropa a tu personaje del Nintendo Wii o si tu foto de Whatsapp te parece demasiado del siglo XXI, prueba haciendo un autorretrato con las plantillas de 8biticon o con los pinceles de Make8BitArt. ¡Diversión garantizada, casi como en 1988!

Este es mi autorretrato en 8-Bit. ¿Quedó igualito, no?

¿Te gusta el arte 8-Bit?