Quedan aún nueve meses para ver quién sucederá a Obama en la presidencia de Estados Unidos, pero la carrera ya comenzó y los candidatos deberán luchar estado por estado para conseguir el mayor respaldo ciudadano que les asegure la nominación en las primarias, que concluyen en junio próximo y que
tuvieron su primera medición de fuerza este lunes en las primarias del pequeño estado de Iowa.
Si bien existían 15 candidatos (3 demócratas y 12 republicanos) en competencia hasta esta primera cita electoral,
cuatro de ellos dejaron rápidamente la carrera tras enterarse de los resultados: Mike Huckabee, Rand Paul y Rick Santorum por el lado republicano, y Martin O'Malley por el lado demócrata. Jeb Bush, hermano del ex presidente George W. Bush, por su parte, se mantuvo en carrera, pese a recibir un decepcionante 2,8% de los votos, que espera revertir en la próxima primaria de New Hampshire.
En el otro extremo, el de los favoritos, en todo caso, la cosa no estuvo menos agitada.
Hillary Clinton y Donald Trump, quienes eran considerados los precandidatos más fuertes de los dos bloques políticos (demócrata y republicano), sufrieron una sorpresa al ser igualados o superados por Bernie Sanders y Ted Cruz respectivamente.
Por el
Partido Demócrata se encuentran la ex Primera Dama y ex secretaria de Estado de Obama, Hillary Clinton de 68 años, defensora de los derechos de la mujer, pro aborto, a favor del acceso a la educación y la igualdad de posibilidades y defensora de la política exterior agresiva. Y también el senador socialista por Vermont, Bernie Sanders de 74 años, fiel opositor al capitalismo y defensor del sistema de salud público y de la educación universitaria gratuita, lo que lo ha llevado a figurar como el favorito de los jóvenes, que han vivido prácticamente toda su vida adulta sufriendo los efectos de la gran crisis subprime del 2008, que mostró la peor cara del otrora admirado sistema económico y político norteamericano.
Por el
Partido Republicano, la pelea está entre Donald Trump, el magnate y showman neoyorquino de 69 años que ha revolucionado la política norteamericana por sus reiterados dichos en contra de los inmigrantes musulmanes y latinos. Y por otro lado está el senador por Texas de 45 años, Ted Cruz, ultraconservador radical, hijo de cubano, pero partidario de las políticas migratorias rigurosas, opositor al sistema de salud pública de Obama (Obamacare) y contrario al matrimonio homosexual.
Así, estos cuatro contendores pasaron rápidamente a transformarse en los favoritos de cara a las presidenciales, aunque el republicano de ascendencia cubana,
Marco Rubio, que obtuvo el tercer lugar entre los participantes de su partido, muy cerca del mismísimo Trump, recibió bastante atención de la prensa y el apoyo de los especialistas electorales, quienes hacen notar que se trata de la única alternativa moderada en su ala política con posibilidades reales de ganar, al volverse el recipiente natural de los votantes que no se sienten cómodos con el populismo de Trump y el puritanismo ideológico de Cruz. En todo caso, no nos concentraremos en él para este artículo.
Revisemos a continuación
las posturas de los cuatro candidatos mejor rankeados respecto a los temas más candentes de la discusión política norteamericana:
1. Inmigrantes: ¿bienvenidos o rechazados?
El tema de la inmigración siempre ha sido uno de los principales puntos dentro de las políticas de los mandatarios estadounidenses, ya que
más del 13% de la población total de norteamericanos corresponde a extranjeros, en su mayoría latinos (sobre 40 millones de personas, más 11 millones de indocumentados), por lo que muchos consideran que “sin voto latino no hay Casa Blanca”.
- Trump se presenta como el principal candidato anti inmigrantes. Al formalizar su candidatura, dijo en su discurso que “los inmigrantes mexicanos traen drogas, crimen, son violadores y supongo que algunos, son buenas personas”. Además, dentro de sus propuestas promete deportar a los 11,3 millones de indocumentados, triplicar la cantidad de agentes migratorios en la frontera, obligar a México a construir un muro a lo largo de toda la frontera y poner fin a la ciudadanía por nacimiento, porque considera que es un imán para los inmigrantes indocumentados.
- Cruz, por su parte, si bien es canadiense de nacimiento e hijo de inmigrante cubano, es uno de los candidatos más duros frente a los inmigrantes. Al igual que Trump, plantea la creación de un muro en la frontera con México, triplicar el número de agentes fronterizos y dotarlos de drones y equipamiento biométrico, eliminar la ciudadanía a hijos de inmigrantes ilegales y promueve monitorear a los inmigrantes legales. Además, incrementaría las deportaciones, derogaría la amnistía a los indocumentados y plantea que la inmigración legal debiese ser suspendida mientras el desempleo continúe tan alto.
- Clinton, en cambio, figura como la candidata más pro inmigrantes, aludiendo en su discurso a que en este tema iría más allá que Obama. Plantea la lucha para que la reforma migratoria integral de Obama sea efectiva, y que así los inmigrantes que cumplan ciertos requisitos (corregir su situación legal, pagar impuestos, pagar una multa, aprender inglés, entre otras) puedan optar por la ciudadanía norteamericana. Acabaría con la detención de familias indocumentadas que se encuentren en situaciones extremas y les permitiría obtener el seguro de salud ofrecido por Obamacare.
- Sanders, al igual que Clinton, promueve una reforma integral del sistema de inmigración para regularizar a los indocumentados, ofrecer la oportunidad a los Dreamers (indocumentados que llegaron a EEUU siendo niños) de obtener la residencia y la ciudadanía, protegería de la deportación a padres de ciudadanos, de residentes y de Dreamers. Pero no abriría las fronteras de par en par y limitaría la inmigración de trabajadores no cualificados, para reducir la tasa de desempleo.
2. ¿Bombardear o no a Siria y al Estado Islámico?
Otro punto fundamental es lo que opinan los candidatos frente a la actual Guerra de Siria y el Estado Islámico; además de la enorme oleada de refugiados sirios que dicho conflicto ha suscitado. La ONU, organización de la que EE.UU. es aliado, dice que los estados miembros deben tomar todas las medidas necesarias para erradicar refugios de EI en Siria e Irak, y afirma que
el grupo representa una amenaza sin precedentes a la paz y seguridad internacional. Estados Unidos, bajo el mandato de Obama, está en contra del Estado Islámico y del presidente sirio Bahsar Al Assad y mantiene una campaña aérea en Irak y Siria, aunque ha mantenido a sus tropas terrestres fuera del conflictivo territorio, limitándose a apoyar al ejército regular iraquí y grupos rebeldes locales que se oponen al EI.
- En este tema, Trump mantiene su discurso anti inmigrante y promete que si sale electo, enviará de vuelta a todos los inmigrantes sirios y que prohibirá el ingreso de musulmanes al país, ya que según él, muchos de ellos pueden ser terroristas. Respecto a los ataques aéreos y bombardeos de Rusia frente a Siria, sostiene que Estados Unidos no debiese intervenir, y que personalmente los encuentra correctos porque van en contra de Isis. No está dispuesto a establecer una zona libre de vuelo sobre Siria, y en declaraciones ha llegado a culpar a Obama y a Hillary Clinton del conflicto sirio y el ascenso del Estado Islámico. Respecto al EI, defiende la idea de "cortarlos de raíz" y apoderarse del petróleo, aunque sin ofrecer un plan específico (a menos que "sacarles la mierda a bombazos" pueda considerarse un plan).
- Cruz en cambio, opta por ataques masivos para acabar con el EI en Siria e Irak, defiende una intensificación en ataques aéreos y favorece el despliegue de fuerzas terrestres estadounidenses para combatir las milicias del Estado Islámico si es necesario.
- Clinton, como ex Secretaria de Estado, tiene una postura firme frente al conflicto en Siria. Considera necesario intensificar los esfuerzos para derrotar al EI, abogando por una campaña aérea más efectiva, con más aviones, aliados, ataques y apoyo a las fuerzas locales, pero se muestra contraria al envío de tropas a la región. Señala que es necesario retirar a Al Assad del poder a la par con el EI, y que sólo EE.UU. es capaz de hacerlo. Y, al igual que Obama, propone acoger 65.000 refugiados de Siria.
- Sanders, por su parte, considera que Al Assad no debiese ser prioridad. “El foco que hay que hacer en Siria es vencer a ISIS, la crisis política tiene que venir después”, y acusa a Clinton de estar empecinada en cambiar el régimen en lugar de concentrarse en luchar contra el EI.
3. ¿Mantener o disminuir las armas de fuego en manos de civiles?
Mientras Obama hace un llamado desesperado a
restringir la venta de armas, como les contamos anteriormente en este artículo, ya que cada año más de 30.000 estadounidenses mueren por armas de fuego; gran parte del país está en contra de esta medida, y es por esto que tras cada nueva masacre o atentado, la venta de armas aumenta considerablemente.
- Trump es fiel a su postura de que no se debe restringir la venta de armas y de que la posesión de éstas debiese ser ilimitada. Incluso, tras el ataque de Isis a París, declaró que “Si ellos hubieran tenido armas, si los ciudadanos tuvieran armas, si les fuera permitido portarlas, la situación hubiera sido muy distinta".
- Cruz también es un fuerte defensor de la industria de las armas y el derecho a portarlas. Votó en contra de la prohibición de los rifles de asalto, de fortalecer las penalidades por el tráfico de armas y de expandir los chequeos de antecedentes por la compra de armas por internet. Votó a favor de expandir los derechos de los veteranos de portar armas, expandir los permisos de portar armas ocultas.
- Clinton, por su parte, defiende la postura de Obama y considera necesario aumentar las medidas de control y propuso permitir que las víctimas de la violencia armada demanden a los fabricantes de armas. Solicita la prohibición de venta de armas a las personas con antecedentes por delitos graves y el control de ventas de armas no inscritas y por internet.
- Sanders concuerda con Clinton y también promueve el control de armas, pero no es tan drástico y, por ejemplo, el 2005 votó por la inmunidad a los fabricantes de armas.
4. Temas valóricos: ¿aborto y matrimonio homosexual?
El derecho al aborto en Estados Unidos es reconocido desde 1973, pero
depende de cada estado si su legislación vigente lo permite o no, y en la actualidad 43 de los 50 Estados han puesto algún tipo de límite desde que los republicanos obtuvieron la victoria en las legislativas del 2010.
En cuanto al
matrimonio homosexual, en junio del 2015, se declaró legal en todo Estados Unidos, luego que la corte suprema de ese país declarara que su prohibición era inconstitucional.
- Trump, si bien en un comienzo estaba a favor de la libre elección de las mujeres en temas de aborto, hoy se muestra en contra. Y en cuanto al matrimonio homosexual, considera que ha ido “evolucionando” con el tiempo, sin precisar bien su actual postura, aunque siempre se ha manifestado en contra.
- Cruz, como cristiano y representante de los evangélicos que es, se muestra en contra del aborto, incluso en casos de violación e incesto, y también en contra del matrimonio homosexual. Señala que defiende la familia tradicional y, aunque aconsejó a los estados a no acatar la orden judicial, hoy dice respetar que dicha decisión recae en los gobiernos estatales, quienes pueden adoptar políticas distintas respecto a los matrimonios.
- Clinton ha defendido desde hace mucho tiempo el derecho al aborto y expresado un firme respaldo a Planned Parenthood, un importante proveedor de servicios de pruebas médicas, métodos anticonceptivos e interrupción del embarazo. Y en cuanto al matrimonio homosexual, si bien se le ha criticado que anteriormente se mostraba en contra, hoy también es públicamente partidaria.
- Sanders siempre ha sido un fiel defensor de los derechos homosexuales. “No estoy evolucionando frente a los derechos homosexuales. Yo siempre he estado ahí” comentó a la revista Time. Y respecto al aborto, el senador socialista también es defensor de los derechos reproductivos de la mujer y de la libre elección.
5. Sistema de salud: ¿Sigue el Obamacare?
La
reforma sanitaria impulsada por Obama hace cinco años, –coloquialmente conocida como Obamacare– que permite la cobertura asequible a 16 millones de personas sin acceso a la salud, es la reforma más emblemática del presidente demócrata y, por lo mismo, blanco favorito de los republicanos, que han intentado más de 60 veces derribarla, aprovechando su mayoría en el Congreso, por medio de quitarle los fondos para su operación, medida que ha sido evitada una y otra vez, ya sea por no conseguir los votos necesarios, o mediante el poder de veto del Presidente. El último intento fue hace apenas unos días y ya se ha ganado el apodo de "el día de la marmota" por parte de los medios, en referencia a la película en que Bill Murray despierta una y otra vez en el mismo día.
La reforma consiste en
obligar a los ciudadanos a contratar una póliza de seguros de salud, de manera similar a nuestra cotización obligatoria de salud. Hasta la implementación de esta reforma, los norteamericanos que no eran suficientemente pobres para recibir salud gratuita del Estado, y que no contaban con algún seguro de salud privado (habitualmente provisto por el empleador), se arriesgaban a tener que pagar de su bolsillo el costo completo de cualquier tratamiento de salud. La reforma también ofrece subsidios a ciudadanos de bajos ingresos para ayudarles a pagar los seguros de salud, y expande el número de estadounidenses que pueden acceder al sistema público y gratuito de salud, Medicaid.
- Trump desde el primer día que se ha mostrado opositor al Obamacare. Tras calificarlo como "un desastre", Trump dijo que de ser presidente de EE.UU. reemplazaría el programa de salud pues “es un hecho inaceptable que el número de estadounidenses sin seguro médico aumentó a 42 millones de personas”. Dijo que aunque es conservador, en la mayoría de los problemas se considera un liberal y el objetivo en cuestión de salud es claro “nuestra gente es nuestro principal activo. Debemos cuidar de los nuestros. Debemos cuidar la salud universal”, refiriéndose a su apoyo a la idea de ofrecer un sistema universal de seguro de salud provisto por el Estado, como lo hace Canadá.
- Cruz es un fuerte opositor de Obamacare, y critica al presidente Obama porque según él, sus políticas perjudican el crecimiento económico. Y resalta como prioridad sus esfuerzos de eliminar el financiamiento de la reforma de salud. Sencillamente, prefiere volver al sistema anterior, y dejar la decisión de contratar o no un seguro de salud en manos de cada ciudadano. Esta dura postura, curiosamente, no le impidió contratar el seguro de salud para su familia, pese a tener otras alternativas legales, lo que le ganó bastantes críticas.
- Clinton, como era de esperarse, se alinea con el plan, afirmando que los republicanos "no tienen un plan" y que sólo buscan deshacer lo que Obama ha logrado, destacando que la reforma de salud ha expandido la cobertura a 19 millones de americanos, terminado con la discriminación por preexistencias e igualado el costo de planes para hombres y mujeres. Por eso, llama a fortalecerlo y mejorarlo donde sea posible, afirmando que como presidenta impedirá todo intento de desmantelarlo.
- Sanders, por su parte, considera que la salud es un derecho universal e igualitario, y por eso quiere llevar a Obamacare más lejos: su idea es que sea el Estado el que pague el seguro de salud de todos los estadounidenses, dejando los seguros de salud privada como un adicional optativo; un punto que, curiosamente, comparte con su opuesto absoluto, Donald Trump. Mientras eso ocurre, su idea es expandir Madicaid a la mayor proporción posible de la población.
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